Un gran principio sobre el que edificar

URBANISMO Afortunadamente, los trámites administrativos son cada vez menos sinónimo de engorro. La burocracia, el papeleo, las duplicidades y el vuelva usted mañana de antaño -que hacían eterno y desesperante cualquier movimiento ante una ventanilla pública- son cada vez más cosa del pasado. Las nuevas tecnologías y también la voluntad por simplificar los procesos están llegando cada vez a más ámbitos. El último ejemplo, la siempre compleja ordenación urbanística, que ahora se actualiza en Galicia gracias a la norma aprobada ayer en el Consello y, como detalló el presidente Alberto Núñez Feijóo, da el relevo a la vigente en la actualidad, que data de 1995, con el gran reto de "esquivar los posibles desequilibrios y mejorar la coordinación y planificación". A falta de su paso por el Parlamento, con la esperanza de que entre en vigor a principios de 2020, la ley pretende ser más simple, útil, eficiente y práctica, en palabras de la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez. Se pretende, en resumen, facilitar la vida a los 313 ayuntamientos gallegos con una ordenación coherente y, al mismo tiempo, reforzar la seguridad jurídica de quienes quieran venir a la comunidad a invertir. En una palabra, racionalidad. Un buen principio sobre el que construir que siempre es de agradecer.