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Yes, we can!

    QUÉ OCURRE CUANDO G¡IRAMOS UN BALÓN sobre un dedo, o cuando la Tierra rota (olvidémonos del Sol)? Todo se mueve. No, todo no. En el caso del balón, el eje sobre el que gira se queda quieto, al igual que hace el eje de rotación de la Tierra. Este simple fenómeno (“hay algo quieto mientras el resto se mueve”) se da también en otras situaciones de la vida real.

    El fenómeno se puede considerar también en Universos de infinitas dimensiones (el nuestro tiene sólo tres). Estos “lugares” existen aunque no podamos visualizarlos; y no sólo existen, sino que su estudio tiene múltiples consecuencias prácticas (desde lo aeroespacial la medicina de alta gama).

    La versión abstracta del fenómeno (“algo permanece invariante cuando todo se transforma”) se conoce en matemáticas como el Problema de Subespacio Invariante.

    Como problema científico se planteó en los años 30 del siglo XX, por el matemático norteamericano de origen húngaro John von Neumann. Durante 75 años ha sido objeto de deseo de muchos matemáticos, entre ellos los más eminentes. La cuestión era, por tanto, saber si en infinitas dimensiones ocurría lo mismo que en ocurre en tres, o no.

    Ya sabemos la respuesta.

    Se ha desvelado ayer en la Facultad de Matemáticas de la Universidade de Santiago, durante el congreso de la Real Sociedad Matemática Española. Dos matemáticos, el norteamericano Carl C. Cowen y la española Eva Gallardo, han hallado la solución: es afirmativa.

    Esta ocasión singular es propicia para reflexionar.

    Como primer apunte, rendirnos ante el avance de la Ciencia, cuyo movimiento  perpetuo nos recuerda la siempre necesaria confianza en el trabajo duro y en la valentía de intentar lo difícil.

    Otro jugo podemos obtener de la biografía científico-académica de la joven Eva Gallardo. Licenciada en 1996 en la Universidad de Sevilla, donde hizo su doctorado, ha sido profesora en las universidades de Cádiz y de Zaragoza,  recalando recientemente en la Universidad Complutense de Madrid. No es ésta, desafortunadamente, una carrera al uso en la universidad española, aquejada de una intensa aversión a la movilidad. Los tres intensos lustros dedicados por la Dr. Gallardo a la investigación han sido posibles gracias un entramado entramado de ayudas públicas a la investigación urdido con becas, subvenciones y proyectos. El tiempo y el trabajo riguroso han dado el resto. Lecciones para jóvenes atraídos por la Ciencia, sobre organización de la universidad y sobre política científica abundan en este caso.

    España alcanzó hace tiempo la normalidad científica, de la que tan lejos habíamos estado durante siglos. A nuestra actual democracia se lo debemos. El siguiente reto es el de la excelencia (más allá de casos singulares y aislados). ¿Lo alcanzaremos?

    Hoy podemos reafirmarnos: Yes, we can!

    *Catedrático de Análisis Matemático de la Universidad de Sevilla

    29 ene 2013 / 19:13
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