Zonas 'explotadas' y parques infrautilizados
EN ABSOLUTO es criticable, todo lo contrario, que el Ayuntamiento de Santiago organizase una fiesta fareleira para dar más vistosidad al Carnaval. Es más, todo indica que dicha celebración ha venido para quedarse, porque la participación fue masiva y los asistentes, tanto niños como adultos, se lo pasaron en grande tirándose harina en las dos sesiones -mañana y tarde- celebradas el lunes. Ojalá sea así y surjan, además, nuevas fiestas relacionadas con el Entroido más allá del pregón del meco, el tradicional desfile de carrozas -también fue un éxito- y los típicos obradoiros que se organizan por toda la ciudad para mantener a los más pequeños entretenidos con la fabricación de máscaras y confección de disfraces. Eso sí, también habría que analizar con algo de detenimiento si la plaza de O Toural, una de las más emblemáticas del casco histórico, es realmente el mejor escenario para llevar a cabo un fiesta como la citada, siendo como es la harina un producto que mancha mucho y es muy difícil de limpiar debido a los grumos que se forman al contacto con el agua. Si se decide que sí es el emplazamiento ideal (el alcalde ya dio a entender ayer que se cambiará), entonces lo oportuno será diseñar una estrategia conjunta con los empresarios de la zona para evitar que sus negocios y productos acaben tan rebozados como los propios asistentes al festejo, y seguramente también habrá que organizar la limpieza de la plaza y de los propios establecimientos de otra forma. Con esa forma de actuar, nunca más tendrían por qué surgir problemas con una celebración que, repetimos, debería tener continuidad. En Santiago, por cierto, tenemos un sinfín de espacios muy poco aprovechados para desarrollar actividades de este tipo, más allá del casco viejo y de la sobreexplotada Alameda. ¿Qué ocurre con el parque de Belvís, el de Eugenio Granell, la Granxa do Sexto o la propia Cidade da Cultura? ¿No va siendo hora de darles un mayor protagonismo? Ahí queda la pregunta.