ENTREVISTA
Leonardo Padura // Escritor

”Hemos visto en España, en Cuba y en medio mundo niveles asombrosos de corrupción”

16 oct 2022 / 01:00
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Refutando a Vargas Llosa, dice que la novela policíaca floreció en los últimos años, hasta convertirse en el “género de nuestro tiempo”

El escritor Leonardo Padura regresa con una nueva entrega de su serie protagonizada por el detective Mario Conde, Personas decentes (Tusquets), en la que la capital isleña es “casi un personaje más” que deja de ser un ente pasivo para convertirse en uno activo, a través de la mirada crítica y desencantada del autor cubano. Su Cuba natal vuelve a ser protagonista, un país cuya realidad “alimenta” al Premio Princesa de Asturias y donde “todo es política”. “Los poetas, por lo general, pertenecen a una lengua, a una cultura, pero los novelistas tenemos una relación mucho más íntima con los espacios, y la ciudad es el predilecto”, comenta Padura.

Mientras escribe, aprovecha para reflexionar si esa ciudad le pertenece o “por momentos” lo rechaza, aunque él reconoce que siente un arraigo muy fuerte: “La realidad cubana me alimenta y ese es uno de los motivos por los que me mantengo allí, porque me interesa, con sus conflictos, con sus problemas, con sus contradicciones, y ese es mi lugar”. El caso es que en Cuba todo es tan político que, incluso si uno quiere hablar de béisbol, está hablando también de política”, ha explicado el escritor cubano.

Padura ha reconocido que a veces preferiría no hablar solo de la actualidad cubana puesto que “hay unas realidades que se pierden” entre el vacío informativo y el exceso de noticias sobre Cuba. “Y esas realidades a veces son mis libros. No me niego a hablar de Cuba, porque creo que es importante, pero soy un escritor y para mí es importante también hablar de las cosas que soy yo”, ha lamentado.

No obstante, asume que es “muy difícil” no terminar mezclando las dos cosas, puesto que incluso sus novelas también abordan esa actualidad del pueblo cubano. Eso ocurre también en Personas decentes, donde el esplendoroso inicio del siglo XX en Cuba -con el establecimiento de la República tras la independencia española- se cruza con la investigación de Conde en el año 2016, cuando se juntaron en el país la visita del por entonces presidente estadounidense Barack Obama con The Rolling Stones.

“Hay un proceso contemporáneo muy importante cuando se anunció que Cuba y Estados Unidos comenzaban a conversar para restablecer las relaciones diplomáticas que se reanudaron en 2015 y tuvieron un momento muy importante con la visita de Obama un año después. Se vivió esa euforia de que muchas cosas podían pasar, pero si no hubieran ocurrido los acontecimientos históricos que se vivieron después y la política de Obama respecto a Cuba se hubiera mantenido, posiblemente hubieran cambiado muchas cosas”, relata el escritor y periodista sobre el cambio de rumbo con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y los efectos de la pandemia en un país, como España, muy dependiente del turismo. El resultado es “la situación actual de desabastecimiento, de carencias, de falta de prácticamente todo, sumado a un proceso de inflación brutal”, dice sobre la situación actual de su país.

“Lo que ocurrió en aquel 2016 en Cuba fue un paréntesis entre dos crisis y yo, como autor, he jugado con ventaja porque ahora es más fácil ser aguafiestas. Fue un momento rápido y furioso y todo parecía que iba a encaminarse más favorable para el país”, ha apuntado Padura.

Pero al año siguiente llegó la administración Trump y la situación cambió para Cuba, un país en el que sus ciudadanos “sienten que lo que de verdad falta son esperanzas de futuro”. “Hay una crisis migratoria muy grande de la cual se habla muy poco, con jóvenes con una alta preparación que se marchan porque no encuentran respuestas a sus expectativas”, ha destacado.

VUELTA A CUBA CON “TRES MALETAS LLENAS DE COMIDA”. El propio Padura, quien consiguió la nacionalidad española hace más de diez años, reconoce estar “con un pie en un sitio y otro” entre ambos países. “Al principio yo era un escritor cubano que publicaba en España y ahora soy un escritor de Tusquets que además es cubano, pero ha sido un proceso de lucha”, ha admitido. No obstante, reconoce que no dejará de residir en Cuba -ni renunciará a seguir escribiendo más entregas de Mario Conde, pese a la limitación en ese país- porque tiene a familiares allí. “Cada vez que regreso a Cuba lo hago con tres maletas llenas de comida y para mi madre y la de mi pareja es como si hubiesen llegado los Reyes Magos”, ha señalado el autor, quien admite que en este país “comprar cigarrillos es hoy en día una odisea”.

“CADA VEZ MÁS ‘HIJOPUTAS’. En Personas decentes Padura retrata la Cuba “más habanera”, gracias a ese retrato de la conocida por entonces como ‘Niza del Caribe’ que albergaba a personajes tan oscuros como Reinaldo Quevedo, aristócrata ligado a la prostitución y que ejerció una terrible represión cultural y que, no obstante, “terminó tranquilo sus días”. “Es una novela en la que salen bastante ‘hijoputas’, pero es que los hijoputas son cada vez más y van ganando más espacio. La decencia de la que habla el título era algo muy importante antes, un reconocimiento incluso y una manera de dignificar a las personas. Pero hoy, cuando la supervivencia te obliga a determinados comportamientos, prácticamente ya no se habla de ella”, dice.

Padura desarrolla el noveno libro de la saga de Mario Conde con una trama que se entreteje con otra investigación criminal a principios del siglo XX, en los años posteriores a la independencia, cuando la capital cubana experimentó un gran crecimiento -fue entonces cuando se construyó el emblemático Malecón- y aspiraba a ser “la Niza de América”. Su intención era hacer una novela “lo más abarcadora posible”. “Quería ver cómo un momento histórico y un presente podían verse en un espejo y reflejar ciertas similitudes, a pesar de todos los cambios que trae, por supuesto, el paso del tiempo”. Pero Personas decentes es para él también, sin dejar de lado su vertiente social, su novela más policiaca, en la que rompe su tendencia de resolver las tramas “con un solo muerto”, aunque, como siempre, con el investigador Mario Conde en el meollo. Un personaje que toda su vida literaria ha sido “una persona decente”, como defiende su creador, a pesar de habitar también “un mundo donde cada vez hay más pérdida de valores éticos y de respeto a los derechos de los otros”.

“Hemos visto en España, en Cuba y en medio mundo niveles asombrosos de corrupción, abusos de poder, tráfico de influencias... Estamos viviendo en un mundo en el que los pillos, los indecentes, campan por sus respetos. Pero creo que sí, que siguen existiendo personas decentes como Mario Conde”, asegura.

Refutando a Mario Vargas Llosa, defiende que la novela policíaca ha florecido en los últimos años, hasta convertirse en el “género de nuestro tiempo”, al tiempo que se ha mostrado convencido de que seguirá acaparando un espacio muy importante en la creación literaria, toda vez que refleja de modo fiel lo que sucede en la sociedad. Lo que diga de Vargas Llosa no puede salir de aquí”, ha bromeado el creador habanero que, parafraseando a Alfonso Reyes, que dijo que la novela policíaca es “el género de nuestro tiempo”, ha alegado diversas razones para encumbrar a este género literario que, a su entender, sigue muy vigente.

“El mundo se hace cada vez más violento, más corrupto y los poderes cada vez son más agresivos, invasivos. El fenómeno del tráfico de drogas y de personas ha crecido muchísimo y de esa materia se alimenta este género”, concluye.

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