Molestia en Francia por el silencio del gobierno sobre la plitidepsina

El proceso de vacunación avanza en todo el planeta, y aunque no ha logrado evitar la explosiva propagación de contagios que se ha dado en el último mes y medio, sí que se ha demostrado eficaz a la hora de reducir el número de pacientes que ingresaban en los hospitales, especialmente en las unidades de cuidados críticos. Y, sobre todo, ha hecho caer en picado la mortalidad.

Con todo, el hecho de que las personas vacunadas sigan siendo contagiables y, por encima de todo, potenciales contagiadoras, sigue poniendo el foco en la necesidad de contar, cuanto antes, con un medicamento eficaz contra el coronavirus.

Hasta el momento el Remdesivir ha sido el fármaco de cabecera que se ha utilizado para tratar a los pacientes hospitalizados, mientras que otros, como el Aplidin, desarrollado por el grupo gallego PharmaMar, sigue avanzando a pasos agigantados para conseguir tener su medicamento en funcionamiento pronto.

La plitidepsina es su principal principio activo, y el silencio que hay a su alrededor genera un profundo malestar en algunos sectores franceses. No en vano, en el país galo ya habían denunciado presiones y un trato de favor para recomendar Remdesivir sobre otras posibilidades.

En esta ocasión, François Asselineau, candidato de Unión Popular Republicana a las presidenciales de 2022, ha puesto el grito en el cielo con un vídeo en Twitter. El político comienza recordando que se ha hablado de este medicamento en la revista Science, en enero de este año, en el que se “demuestra que es eficaz en un 99% contra el SARS-CoV-2”.

En este punto, se pregunta “¿qué ha hecho el gobierno francés, las autoridades europeas, la Agencia Europea del Medicamento y la OMS para lanzar a gran escala el uso de este tratamiento que, por lo que parece, es un formidable inhibidor de la Covid?”

Asevera que “más pronto que tarde este escándalo tendrá que llegar a su fin” y que “el Gobierno tendrá que explicarles a los franceses algún día por qué quiere imponer, en contra de toda lógica, especialmente en contra de los derechos humanos, una vacuna obligatoria cuyos efectos nocivos no paran de aflorar y de los que vamos a tener mayor conocimiento”.