Juego de tronos: Rafa, a por el 13.º ante su ‘ogro’ Novak

Vaya final espera mañana en el más atípico Roland Garros que se recuerda: en el frío París, en octubre, Rafael Nadal y el serbio Novak Djokovic, los dos mejores jugadores del mundo, lucharán por ser el ganador del torneo... y algo más: es un partido clave en su carrera, junto al suizo Roger Federer, por ser el mejor jugador de la historia, al menos en títulos de Grand Slam: 20 tiene Federer, 19 Rafa, que aspira a igualarlo, y 17 Djokovic.

La final quedó decidida ayer, con las semifinales. Nadal venció al argentino Diego Schwartzman por 6-3, 6-3 y 7-6 (0), en 3 horas, y optará mañana a su decimotercera Copa de los Mosqueteros. Después, el número uno del mundo, Djokovic, que busca su segunda corona en París, superó al griego Stefano Tsitsipas (6) por 6-3, 6-2, 5-7, 4-6 y 6-1 en cuatro horas.

Por sexta vez, Nadal alcanza la final de París sin haber perdido un set. Para lograr su triunfo 99 en Roland Garros, Nadal, de 34 años, tuvo que emplearse a fondo contra el rival que le endosó hace unas semanas su única derrota tras el confinamiento en el Masters 1.000 de Roma y que durante el primer set, que superó la hora de juego, tuteó al defensor del título.

“Diego llegaba en una gran forma, ya me lo había demostrado y lo corroboró aquí contra Thiem. Es uno de los rivales que más te puede romper el saque, ha sido una victoria muy trabajada”, señaló el español. En su primera incursión entre los cuatro mejores de un Grand Slam, el argentino se marchó con la cabeza alta y con la convicción de que no está tan lejos de los mejores. El lunes será octavo de la clasificación mundial.

Salió el sol y el día tuvo tintes primaverales en esta edición otoñal. Los abrigos y bufandas dejaron paso al más típico sombrero blanco, el torneo tuvo casi la misma pinta que en verano. Hasta se vieron banderas españolas entre el millar de espectadores, cifra limitada por la seguridad.

Roland Garros se pareció algo a Roland Garros, también en la pista, donde Nadal prosigue su trayectoria inmaculada en los últimos escalones del torneo, sin derrotas a partir de semifinales, cuando su juego ya se ha rodado y alcanza su más elevado nivel.

Nadal solo ha cedido dos sets en semifinales y Schwartzman no le robó ninguno, aunque frente al argentino el partido fue un intercambio de zarpazos.

El argentino tuvo opciones en el primero, más disputado de lo que dice el marcador. Pero sólo aprovechó una de las bolas de rotura de que dispuso, y Nadal ganó las dos que tuvo. La segunda manga fue , la más plácida para Rafa, que llevó la iniciativa. Y en la tercera, el español bajó una marcha con 4-2 (tuvo ventaja para 5-2). En el tie-break, reinó Rafael Nadal.

La historia de las pelotas de ruptura se repitió en el Djokovic-Tsitsipas. El serbio se plantó en el tercer set con 6-3, 6-2, 5-4 y saque, tras aprovechar cuatro de las cinco opciones de quebrar de las que dispuso, mientras el griego no había ganado ninguna de las diez que tuvo... hasta que igualó a cinco, y nuevamente rompió para ganar 5-7.

Misterior mentales del tenis, se transformó la dinámica en un gran cuarto parcial. Tsitsipas , que empezó 2-0, sólo concedió una de las once opciones que tuvo Djokovic, y quebró con 5-4 para llevar el partido al quinto. Allí, el griego, también tocado muscularmente, ya no pudo más y Novak impuso su ley. Mañana será una gran amenaza para el decimotercero de Rafa Nadal, en el enfrentamiento número 56 entre ambos.