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Inés Villanueva Casal se sumó este verano a la lista de deportistas compostelanos becados en EE.UU. // La exfutbolista del Victoria FC, internacional con España sub-19, disfruta de la experiencia en la Universidad de Alabama TEXTO Cristina Guillén

“Sin duda fue la decisión más difícil e importante de mi vida”

  • 16 oct 2020 / 01:00
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La vida sigue, nos hemos dicho en infinitas ocasiones a lo largo de toda esta durísima situación de pandemia. La covid-19 ha quebrado proyectos, revuelto estilos de vida, transformado modos de pensar, de actuar, nuestras rutinas... pero a la espera de una vacuna que nos libere de tantas barreras físicas y afectivas la vida sigue... Y hay trenes que el miedo no nos puede hacer perder.

Así lo demostró hace apenas dos meses Inés Villanueva Casal (2/6/2002), una futbolista compostelana, internacional sub-19 con España, que ha dado el salto de la comodidad de su día a día en Santiago, con su familia y amigos, de crecer deportivamente bajo el cobijo del Victoria FC, club en el que también ejercía de entrenadora de la base, a la hora de tomar la decisión de hacer las maletas y emprender esa experiencia vital de estudiar y jugar en Estados Unidos con la ayuda de una beca deportiva. “Sin duda ésta fue la decisión más difícil e importante de mi vida, por lo menos hasta ahora”, confiesa la centrocampista de 18 años.

El principio de esta aventura es similar al de otras historias de jóvenes talentosos que cruzan el charco. También en tiempo de covid todo arranca por una llamada. “Adrián y Víctor, de la agencia La Liga Fútbol Players, contactaron conmigo a principios de abril a través de las redes sociales diciéndome que mi perfil les interesaba. Esto hizo que me picara la curiosidad por saber qué oportunidades podía tener con mi nivel o currículum, por decirlo de alguna forma, y acepté charlar con ellos un día a través de videollamada”, relata Inés. “A raíz de ahí tuvimos un par de videollamadas más hasta que llegó la oferta de UAB (University of Alabama at Birmingham), que es donde estoy ahora. No obstante, tomar la decisión fue un proceso largo, de hecho no dije que sí hasta casi dos meses de continuas llamadas cada semana donde nos iban informando de más cosas, fui conociendo a los entrenadores de la universidad y poco a poco yo también me iba concienciando”, añade.

“Quizás lo que más me echaba para atrás era el hecho de que, en realidad, yo ya tenía mi vida organizada en Galicia. De hecho, aunque no tenía muy claro qué carrera en concreto quería estudiar, en mi cabeza no cabía otra posibilidad que la de jugar en el Victoria, estudiar en Galicia y pasar tiempo con mis amigos y familia, por lo menos en mi primer año de carrera. Pero entonces se me juntó el tema del confinamiento, segundo de Bachillerato, la selectividad a la vuelta de la esquina, mis responsabilidades como entrenadora y jugadora y demás, creo que llegó a agobiarme demasiado”, confiesa y añade: “Es ahí cuando me di cuenta de que necesitaba cambiar de aires. Siempre supe que la posibilidad de ir a EE.UU. existía pero era algo que ni me planteaba, sin embargo en ese momento lo pensaba y lejos de asustarme me agradaba y en cierto modo me apetecía. Después de meditarlo mucho y consultarlo con mi familia y amigos, decidí que era el momento de probar algo nuevo”.

Una gran oportunidad. La oferta de la UAB semejaba irrechazable. Es una beca completa por cuatro años, que cubre los gastos de residencia, matrícula, las dietas y libros de texto durante todo ese tiempo -“De otro modo habría sido imposible”, admite- que le da libertad también para regresar en cualquier momento . “También si sufro alguna lesión grave que no me permita competir durante casi una temporada entera, la beca se ampliaría hasta un quinto año más. Y como estas muchas otras más que me ayudaron a tomar esta decisión”, aporta la santiaguesa.

El hecho de que la rama de Ingeniería, hacia donde Inés enfocará su estudios, es una de las más fuertes de la Universidad ayudó al empujón final. Porque su familia en ningún momento quiso interferir en su decisión. “A mis ojos son la mejor del mundo. Desde el primer momento me dijeron que la decisión era mía, que lo pensara bien y que ellos me iban a apoyar hiciera lo que hiciera, que no me sintiera presionada por el ‘qué dirán’ porque iban a estar contentos con lo que decidiera; que lo importante era que estuviera convencida de mi decisión”, cuenta. “De hecho, mi padre no me quiso dar su opinión sobre lo que él haría para que eso no influyera en la mía. No obstante, no puedo decir que fue todo fácil porque es cierto que mentalizarse de que de repente vas a pasar de ver a tu familia todos los días, a no volver a tener contacto físico con ellos hasta dentro de 4 meses es duro, pero creo que por ahora lo estamos llevando bastante bien”, añade. Las llamadas a casa son diarias. Así es como la distancia, y la morriña, amainan.

RUTINAS. También ayuda a que el tiempo pase más rápido el tipo de rutinas que sigue ya que la actividad no para desde las siete de la mañana y entre entrenamientos, clases online y estudiar enseguida llega la hora de descansar. “En un principio tampoco son horarios tan distintos, pero como con todo hay que adaptarse”, asume la santiaguesa cuyo mayor cambio fue la nueva convivencia en la residencia junto a sus nuevas compañeras. “Para todos los estudiantes de primer año de carrera es obligatorio estar en alguna de las residencias que hay en el campus y me toca compartir habitación. Sin embargo, en el equipo somos diez jugadoras en esta situación y estamos repartidas en dos dormitorios con seis y cuatro habitaciones dobles”, explica. “Al vivir con ellas es más fácil adaptarme porque pasamos casi todo el día juntas y eso hace que haya más confianza y me encuentre constantemente en un ambiente cómodo, sobre todo porque la convivencia, al menos por ahora, está siendo muy buena”, añade.

Otro estilo. Inés Villanueva confiesa que es complicado entender el formato de competición de la Liga de fútbol en Estados Unidos. “Mi equipo está en la NCAA, que es como la federación, y dentro de ella hay distintas divisiones. Mi universidad compite en la Division 1 que es la más alta. El sistema de competición es lo que más cambia, con una primera fase de liga regular dentro de cada conferencia, después una segunda fase a eliminatoria directa de 1.º contra último, 2.º contra penúltimo..., y por último el campeonato nacional que también es a eliminatoria directa entre los campeones de cada conferencia”, detalla.

También cambia el estilo. “Aquí es muy físico, se preocupan más primero de estar en forma que de la táctica o técnica, cosa que en España no sucede en ese orden. En ese sentido si que noté muchas diferencias pero, como con todo lo nuevo, se trata de adaptarse lo mejor posible. Quizás por suerte para mí nos atrasaron la temporada hasta enero, por lo que tengo más tiempo de coger ritmo y ponerme al mismo nivel físico que ellas”, acepta y sopesa: “De este modo, podré pelear por un puesto en el equipo titular. Aunque después ya se verá cuántos minutos juego, creo que tienen bastantes expectativas puestas en mí que espero poder cumplir”.

Otra mentalidad. Para la futbolista de UAB el mayor choque, sin embargo, fue el de la mentalidad americana de “luchar siempre por alcanzar el éxito”. “Todo el mundo está pendiente de que cada alumno, y sobre todo, cada estudiante-deportista tenga los recursos necesarios para triunfar tanto a nivel académico como deportivo. Siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos y a animarnos para que todos sigamos para adelante y tengamos éxito”, subraya Inés.

NUEVA VIDA

• Medidas anti-covid Inés afirma que le preocupaba qué tipo de medidas se tomarían en el Campus y en el equipo para controlar la pandemia, pero subraya que está gratamente sorprendida porque además del cuestionario diario para evaluar síntomas, tomas de temperatura cada mañana y mascarilla obligatoria, añade que “a los deportistas nos hacen tests cada semana y para cuando empiece la competición dicen que nos van a hacer hasta 3 a la semana”. “La verdad es que me siento como en una burbuja, porque dentro del equipo no tenemos prácticamente relación con nadie externo al grupo, por lo que no es algo que me preocupe excesivamente, simplemente hay que tener cuidado y cumplir con las medidas de seguridad”, asume.

• ‘Morriña’ de su Victoria FC Confiesa Inés que no metió demasiados objetos personales en la maleta -”Solo algunas fotos y poco más porque necesitaba hacer espacio para la ropa, el calzado y otras cosas más importantes”, aporta- porque el contacto con familia y amigos es constante. También con sus excompañeras del Victoria FC. “Echo muchísimo de menos al Victoria. Para mí son mi segunda familia y les debo mucho por todo lo que me enseñaron durante todos estos años y porque si tuve esta oportunidad, en gran parte es también gracias a ellos”, enfatiza la santiaguesa. “No obstante, sigo estando muy pendiente de como les va todo a través de sus redes sociales y de mis excompañeras, que a muchas las considero ya como mis mejores amigas”, dice.

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