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Sin público con el que celebrar y un futuro en el aire

El Obra no podrá festejar con su afición una de las permanencias más sufridas // Beliauskas, Kartal, Muñoz y Birutis tienen otro año firmado

  • 11 may 2021 / 01:00
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La pandemia, y esta incomprensible decisión del Gobierno de no permitir aún público en la Liga Endesa, privará de una de las imágenes típicas en todos los epílogos de la temporada: la ovación final de la afición felicitando a jugadores y miembros del cuerpo técnico por el éxito logrado y el consiguiente escrutinio sobre quiénes son sus favoritos para continuar un año más dando alegrías en la caldeira de Sar.

Esta vez no habrá aplausos, ni fiesta, ni se compartirán emociones con el compañero de asiento, ni se jalearán los agradecimientos... aunque sean más merecidos que nunca. Porque el Monbus Obradoiro y todos los que forman parte de su engranaje -lógicamente también los que se han visto obligados a sufrir y disfrutar a través de las pantallas- tienen muchos motivos para la celebración. Restan dos jornadas todavía para el final de la liga regular y el equipo compostelano ha sellado su continuidad en la elite del baloncesto nacional por undécima temporada consecutiva pese a la infinita lista de contratiempos que han marcado cada paso del camino. “Ha sido una temporada muy dura, muy dura”, apostillan todos los protagonistas cuando reflexionan sobre lo logrado. Sólo quién ha estado dentro del vestuario o ha tenido que tomar decisiones desde los despachos puede calibrar con justicia cuánto ha costado realmente, en lo económico, lo profesional y lo anímico, esta permanencia.

Por eso también la respuesta a lo que pasará a partir de ahora se deja en el aire.

Son infinitos los factores que determinan cómo será el Monbus Obradoiro 2021/22 pero todo se sustenta en lo económico. El déficit de un curso y medio sin aficionados en las gradas es inasumible por muchos clubes y más en entidades del cariz de la santiaguesa, donde cada euro que entra en sus arcas lleva detrás un enorme esfuerzo de captación. ¿Regresará la temporada que viene? ¿En qué medida? ¿Habrá aún restricciones? Son las primeras preguntas que deben resolverse.

Porque sin saber con qué presupuesto se podrá formar el nuevo proyecto, todo lo demás semeja secundario. No se trata tanto de la cantidad a la que asciendan las ofertas que se pondrán sobre la mesa para los fichajes o las renovaciones, sino el diseño en sí del equipo, sus aspiraciones o su margen de maniobra.

Todas estas cuestiones seguro saldrán en cualquiera de las conversaciones que desde ahora mantengan todos los miembros del cuerpo técnico -con Moncho Fernández, Gonzalo Rodríguez o Víctor Pérez a la cabeza- como jugadores como el propio capitán Pepe Pozas, a quien aún no se le ha ofrecido la renovación.

Es inédito en las últimas temporadas que a estas alturas del curso ni Moncho Fernández ni ningún jugador hayan firmado ya su continuidad, un hecho que puede estar relacionado también con la más que posible marcha del director general José Luis Mateo, de quien el propio Raúl López dejó entrever en la primera rueda de prensa post-pandemia que se le logró retener una campaña más en el Obra cuando todo hacía presagiar su adiós al cerrarse el pasado curso.

A día de hoy -con la salvedad de las muchas cláusulas que se suelen incluir en los contratos como variables que condicionan el futuro- tan solo Laurynas Birutis, Kartal Ozmizrak, el alero Álvaro Muñoz y el escolta Laurynas Beliauskas tienen contrato para la próxima temporada.

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