Agotado el libro ‘Aquellos Maravillosos Aros’ en TiroLibre, queda en ‘Gigantes’

Sin pesar 80 kilos, un base es veloz por liviano pero... “La potencia sin control no sirve de nada”, decía un eslogán de Pirelli en los años 90 con vallas coronadas por Carl Lewis, el Hijo del Viento. Y sin correr tanto, Tim Hardaway, a su modo, voló.

4, 10, 13 y 22 puntos, fue la progresión anotadora en sus cuatro años universitarios con Texas-El Paso. En tierra de nadie en esa liga juvenil, los Warriors lo eligen con el número 14 de un draft donde los Lakers cazan a Divac (26). El número uno es para los Kings y Pervis Ellison, 2,06 m. tan elegante como frágil, cuyo cristal cruje entre los profesionales tras ganar la NCAA con Louisville.

Hardaway, base con alma de escolta (guard) y un entrecejo de mala baba, más que dar órdenes las tirotea aunque él mismo sea el primero en quemar el libro de jugadas ante la menor rendija rival.

Al Tim rookie le tiemblan las piernas en su debut. En 23 minutos ante los Suns, lanza siete veces y... van todas al agua de la frustración pero reacciona. Descubre el control.

Entrenado por Don Nelson, se une a los pistoleros Chris Mullin y Mitch Richmond, a dos pioneros de la emigración europea, el lituano Šarunas Marciulionis y el alemán Uwe Blab, al exótico suplente largo cual discurso de Fraga, Manute Bol (difunto 2,31 m.), a un buen secundario salido de una película de Sam Peckinpah llamado Terry Teagle y al All Star menguante en su año del adiós, Marques Johnson.

Firme la brida de la inexperiencia, Tim crece y orquesta. Firma 14,7 p. en esa primera temporada.

Ágil de 1,83 m. y fuerte, domina el bote bajo. Traza eléctricos quiebros. Dribla cruzándose el balón entre las piernas o por detrás de la espalda.

Saca brillo al arte del crossover... lo que unido al galopar que instaura Nelson convierte a esos Warriors en un divertido clan. Hacen puntos como palomitas aunque sin colarse en la élite porque su defensa está más dejada que el barrio de Vite por las alcaldías de Santiago (ayer y hoy).

A Tim y sus aleros metedores les llaman Run TMC (Tim, Mitch y Chris), guiño al hiphop jugón y callejero de los Run DMC. Tras el curso de debut, suma tres con 22,5 p. por rutina y 10 asistencias al día pero una lesión de rodilla le frena.

Tras un año de parón, habitual del All Star (juega 5), Hardaway sigue en forma, ficha por los Miami Heats de 1996-1997 para alimentar a Alonzo Mourning, Majerle, Danilovic... con seis buenos cursos algo a la baja. Oro olímpico en Sidney 2000, sella su carrera con paso fugaz por Denver e Indiana, y un último partido con 36 años e injusta anotación: cero puntos. De rostro adusto y malabarista dominio de bola, en 2009 los Heats retiran el número 10 de quien se hace llamar El Rey del Crossover y es padre de Tim Hardaway Jr., compi de Doncic, a quien dice admirar.

GRACIAS Agotados de nuevo los ejemplares del libro de baloncesto Aquellos Maravillosos Aros en las tiendas y web de TiroLibre, hay disponibles a la venta en la web de la revista Gigantes (www.gigantes.com) y de la editorial LibrosCom (www.libros.com). Este volumen con 63 reportajes ampliados y actualizados publicados en este diario, a los que se suman extras y un álbum con sesenta fotos (tamaño 17 cm x 24 cm.) se ha agotado también en librerías online como Agapea, Proteo y Popular Libros. Ofrece una selección de 63 capítulos dedicados a grandes del basket de los años 80 y 90, cada uno con una opinión invitada. Su contenido mezcla reportajes sobre referentes del baloncesto de Galicia como Tonecho Lorenzo, Manel Sánchez, Alberto Abalde senior, Miguel Juane, Nate Davis, Tito Díaz, Ismael Santos o el añorado Alfonso Rivera, de mitos NBA como Michael Jordan, Larry Bird, Magic Johnson, Steve Nash, Shaquille O Neal o los Bad Boys, y de estrellas europeas como Kukoc, Gallis, Petrovic, Delibasic, Divac o grandes de la ACB como Fernando Martín, Norris, Villacampa, Pinone, Berni Rodríguez o Pablo Laso. Además, Amaya Valdemoro y Blanca Ares, tienen capítulo propio y hay una entrevista larga la santiaguesa Blanca Millán.