Viaje a la mente de un ciclista único dentro y fuera de la carretera

Precisamente esta misma semana, el diario francés L’Équipe publicó el ranquin de los ciclistas mejor pagados en el pelotón internacional. En los puestos segundo, tercero y cuarto figuran los tres últimos ganadores del Tour de Francia, los tres integrados en el Team Ineos: Chris Froome, Geraint Thomas y Egan Bernal. Al aficionado menos experto quizá le sorprenda que por delante de ellos figura un corredor que, por sus características, no tiene ninguna opción de ganar el Tour, la Vuelta a España o el Giro de Italia: es el eslovaco Peter Sagan, a quien el Bora-Hansgrohe paga cinco millones de euros al año.

Sagan no es solo uno de los mejores ciclistas de la actualidad, también es uno de los mejores de todos los tiempos, aunque no tenga ninguna grande en su palmarés. Sí es el protagonista de un hito histórico que nadie había podido conquistar antes: entre 2015 y 2017 ganó tres Campeonatos del Mundo en ruta consecutivos. Son varios, como el español Óscar Freire, los que han vestido el maillot arcoiris en tres años distintos, pero hasta el eslovaco nadie lo había logrado encadenando las tres victorias.

Este es, precisamente, el punto de inicio de Sagan. Mi mundo (2018), firmado por el propio Peter Sagan y por John Deering. Es un relato autobiográfico pero centrado en los tres Mundiales que ganó el corredor eslovaco. “Si en la línea de salida de una carrera hay cien ciclistas, cuando termine te podrán contar cien historias diferentes. La mía va de lo que se siente al vestir el maillot arcoiris tres años seguidos. Es algo que solo puedo contaros yo”, expone Sagan en la contraportada del libro, donde ya deja claro de qué trata. Principalmente, de esos triunfos, del antes, el durante y el después; de su preparación, de sus sensaciones...

Y hay mucho más, pues por encima de esa base, que comprende únicamente tres temporadas de su trayectoria, el eslovaco ofrece su visión sobre otras grandes victorias y sobre algunas decepciones sobre las dos ruedas. También muestra algunas reflexiones sobre otros compañeros del pelotón internacional o sobre su método para preparar un esprint. Sobran los alicientes para adentrarse en la mente de un ciclista único.

Sagan es diferente por haber ganado tres Mundiales consecutivos o por haberse hecho con el maillot verde del Tour (el de la regularidad) en siete ocasiones. Desde 2012 solo falló en la edición de 2017, cuando fue descalificado con polémica por un codazo a Mark Cavendish en un esprint, un episodio que también se recoge en Mi mundo. Pero además Sagan es singular también por su personalidad, por su sentido del humor, por su irreverencia, por ponerse a hacer piruetas sobre la bicicleta en plena ascensión del Tour, por sus declaraciones (a veces, sin el filtro necesario)... Por todo ello se ha convertido en uno de los ciclistas favoritos de los aficionados, y no cabe duda de que su historia merece ser escuchada; o, en este caso, leída. Ó. DE LA FUENTE