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J.S. Bach: profundo e insondable músico y peregrino

Seguir el rastro de su itinerario lleva demasiado lejos, pese a que no salió de las lindes germanas. Elijo la etapa de Músico de Capilla y Cantor de Sto. Tomás de Leipzig, intensa y sufrida. Ejerció como músico multitareas siendo tachado de inquilino no grato por las autoridades y las iglesias encomendadas

  • 26 dic 2021 / 01:00
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¿Por qué fijarnos siempre en el barroco gallego? Conviene salir de ese círculo y seguir la estela -la estrella la dejamos para Reyes- de otros mundos paralelos. Es un modo de abrir la mente y confrontar ideas, también desde la música.

Un acierto ha sido el concierto del Grupo Barroco de la E.S. de Música Reina Sofía (S. Martín Pinario, 11-12-21), un viaje por el barroco europeo.

J. S. Bach (1650-1785) fue el telonero. Buen comienzo. Eso es poner el listón alto. Con él me quedo porque, aunque el resto de compositores escogidos es loable, tengo debilidad por este músico sabio, como lo califica Ch. Wolft.

Como es tiempo navideño me detengo a ver qué compuso para estas fiestas. Erapiadosocristiano (“pietista”). El calendario luterano al que tenía que ajustarse le coartaba al inicio, pero se hizo a él. No solo iba cada domingo a la iglesia por devoción, sino que, para cada uno de ellos, componía una “cantata”, que no es precisamente una cantinela de pueblo.

Era sabio, pero no un ilustrado como los de su tiempo. Su biblioteca admitía de todo y tomaba rápidas decisiones ante un encargo o una composición libre (¿inspirada?: no es la palabra) de una obra que, si veía acertada y buena, la rentabilizada hasta el infinito. Eso sí que supone sabiduría y habilidad de oficio.

Podría tildársele de racionalista, pero ni eso. Su existencia estuvo llena de tropiezos y sinsabores, de ilusiones frustradas -consciente de su talento- por lo que su “verdadera vida”, como narra K. Eidam, denota el sometimiento que le deparó el destino.

Seguir el rastro de su itinerario lleva demasiado lejos, pese a que no salió de las lindes germanas. Elijo la etapa de Músico de Capilla y Cantor de Sto. Tomás de Leipzig, larga, intensa y sufrida. Ejerció como músico multitareas siendo tachado de inquilino no grato por las autoridades y las iglesias encomendadas.

Las cantatas de J. S. Bach duraban unos 20 minutos. Los textos intercalados los tomaba de la liturgia, traducidos del latín al alemán, su lengua materna y la única que conocía bien.

En casos se percibe que su tono no es religioso ni está su música compuesta para una iglesia, pero pasaba del género profano al sacro, sin inmutarse. Eran buenas piezas. Por eso les sacó todo el partido posible.

Hizo otra gesta. Con pasajes de sus propias cantatas las enlazó para narrar el relato desde Navidad hasta Epifanía. La distribución quedó fijada de esta manera: 1. Nacimiento de Jesús (día 25). - 2. Anuncio del nacimiento a los pastores (día 26). -3. Adoración de los pastores (día 27). -4. Circuncisión y bautizo de Jesús (día 28). - 5. Viaje de los Reyes Magos (Epifanía). - 6. La Huida a Egipto (a modo de coda).

Juntas configuran el Oratorio de Navidad BWV248 (Bach-Werke-Verzeichnis, nº 248). Hay retazos de piezas anteriores: otras cantatas seculares y una para iglesia, documentada, pero perdida (BWV248a).

Las cantatas eran efímeras, de un solo uso “original”: el reciclaje/autoplagio/manipulaciónestaba a la orden del día.

Concibe este oratorio como un todo, a semejanza de los G.F. Haendel. Los de este se programan con frecuencia. ¿Quién no conoce El Mesías o tararea su Aleluya? Pues está pensado para Semana Santa.

La segunda interpretación en público fue el 17-12-1857, dirigido por E. Grell con la Academia de Canto de Berlín. Nome bailan los números: más de 123 años más tarde.

Los textos provienen de la Biblia y seguro que su amigo y poeta H. Picander, le echaba una mano. Presenta 4 cantores y la orquesta al completo, de lo más granado de entonces. Flautas y oboes acompañan o doblan las voces solistas, trompetas y timbales refuerzan la grandiosidad ya desde el inicio. Parece todo estudiado.

Termino citando dos versiones del siglo pasado. La de J. E. Gardiner (Monteverdi Choir English, English Baroque Soloists). Y la de T. Koopman (Coro y Orquesta Sinfónica de Galicia). Aunque no debemos olvidar la de Helmut Rilling, un apasionado de Bach, del que decía que era un músico innovador absoluto.

El hilo conductor es una exaltación de gozo y alabanza: ¡Regocijaos, alegraos! ¡Celebrad estos días! ¡Dejad el temor, alejad los lamentos! ¡Cantad, llenos de júbilo y alegría! ¡Servid al Altísimo con magníficos coros! ¡Adoremos el nombre de nuestro soberano!

Por cierto, de coros y corales no he tratado, ni de las arias da capo. Busquen en el diccionario cuando puedan.

Bach, calumniado e incomprendido, cuestionado, con temprana incipiente ceguera y ¿tan contento? ¿Era la música su aliento?

Para Gardiner, Bachel músico es insondable ...Bach, el hombre era rotundamente, cualquier cosa menos un muermo... Era un ser humano profundamente imperfecto.

¿Y si fuera eso: una persona que raro es que no empatice por ser uno como nosotros? ¡Ojo, que no significa que fuese ser “un cualquiera”! Se le redescubre a través de su música, por el sin igual peregrinaje musical y espiritual de su obra.

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