Gallegos del Año 2012

Currás: "Esta celebración imbúenos no sentimento de admiración"

"EL CORREO GALLEGO fai certa aquela afirmación metafórica segundo a cal un periódico é unha sociedade que dialoga consigo mesma”

  • 26 oct 2012 / 00:00
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La ética del trabajo y la admiración, frente al éxito banal y la envidia, son dos de las cualidades que institucionalizan cada año los premios Gallegos del Año. Así lo puso de relieve el alcalde de Santiago, Ángel Currás, en su discurso en la gala de entrega de los galardones, que recaen sobre personas que reciben así una merecida “gratificación postergada”, dijo en palabras del sociólogo Richard Sennett. Unos premiados que sirven así de ejemplo a los más jóvenes, contribuyendo a que estos deseen emularlos, añadió.

“Reconozcamos que somos una sociedad que, por momentos, utilizó el crédito con ligereza, a fin de obtener satisfacciones inmediatas por la vía del gasto o del consumo, cuando quizás deberíamos haber tenido en cuenta que resulta preferible consolidar, primero, los recursos propios a fin de que las satisfacciones posteriores sean irrevocables. Es lo que hicieron los premiados con sus recursos físicos, o intelectuales o económicos. Consolidaron esos recursos y al cabo de un tiempo obtuvieron satisfacciones irrevocables”, detalló el alcalde compostelano.

Acudiendo a otro sociólogo, esta vez el alemán Schoeck, el regidor manifestó su preocupación con la tendencia a institucionalizar la envidia y resaltó el papel de los Gallegos del Año como antídoto. 
“Esta iniciativa que hoxe celebramos é unha vacina contra unha enfermidade que afectou a non poucas sociedades, en tempos e en latitudes diversas: a envexa (...). Esta celebración exorciza calquera asomo de envexa e imbúenos a todos nun sentimento ben distinto, localizable nos seus antípodas éticas e emocionais: o sentimento de admiración. Con este acto, EL CORREO GALLEGO institucionalizou o sentimento, nobre e fértil, da admiración”, prosiguió.

Más allá de subrayar el afán por visibilizar el mérito y el talento de los homenajeados, Ángel Currás valoró el papel de la gala como punto de encuentro que permite a la ciudad de Santiago de Compostela ver reforzado su “capital social” y su condición de “cidade patria da que falaba Eduardo Blanco Amor”, que se eleva sobre cualquier localismo.

“É o momento no que, literalmente, EL CORREO GALLEGO fai certa aquela afirmación metafórica segundo a cal un periódico é unha sociedade que dialoga consigo mesma”, concluyó el alcalde.

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