Vanessa Veiga, galardonada con el premio Gallega del Año de abril

A sus 33 años, casada y con tres hijos, Vanesa Veiga, gallega de Gondomar se impuso en la Maratón de Madrid para acabar con la tiranía de las atletas africanas, galardón que se une a un amplísimo y brillante palmarés entre los que sobresalen varios campeonatos de España además de su participación en los Juegos de Londres.

Comenzó a destacar muy joven en las carreras de fondo de la mano de Julio Rodríguez, proclamándose campeona de España de cross j´´unior, promesa y de 10.000 metros. Luego se pondría las órdenes de Alfonso Ortega y finalmente acabó siendo dirigida por su suegro. Casada con el también atleta Julio Rey, reside desde hace años en Toledo. Todo ello ha llevado a las redacciones de EL CORREO GALLEGO, Terras de Santiago, Correo TV y Radio Obradoiro ha distinguirla con el Premio Gallega del Año del mes de abril.

Vanessa, que se mostró feliz con esta distinción, y lleva bastantes años residiendo en tierras toledanas, no se olvida de Galicia. "Mis raíces son gallegas, es cierto que llevo muchos años aquí, que tengo ya una vida hecha en estas tierras, pero yo mis raíces no las he perdido nunca", afirma.

Recuerda la atleta de Gondomar, como no, sus comienzos de la mano de Julio Rodríguez que fue el entrenador que le inculcó su amor por el atletismo. "Sigo entrenando -dice- con la misma ilusión y las mismas ganas que cuando comencé. Julio Rodríguez ha sido el hombre que me ha introducido en el atletismo y siempre le estaré agradecida. Y ahora estoy recogiendo los frutos de los tres entrenadores que tuve en mi carrera. Yo sigo entrenando con la misma pasión que cuando comencé. Se lo debo todo al atletismo. Conocí a mi marido corriendo y a mi el atletismo me lo ha dado todo".

En 2003, Vanessa Veiga decidió hacer un alto en el camino debido a su maternidad. Tiene tres hijos y no le resulta sencillo compaginar entrenamientos y vida familiar, pero para ello cuenta con la ayuda de los abuelos. "No resulta fácil, pero como todo matrimonio con hijos que trabaja, hoy en día sin ayuda de los abuelos sería muy complicado. Yo para centrarme en una competición tengo que tirar muchísimo de ellos. No me arrepiento de haber interrumpido mi carrera por ser madre porque en ese momento era lo que más me apetecía y disfruté muchísimo", asegura.

Vanessa Veiga se proclamó el pasado domingo ganadora de la Maratón de Madrid, acabando con la hegemonía de las atletas africanas. Desde 1998, cuando se impuso Josefa Cruz, ni una sola atleta española había ganado en la capital de España. Para ello contó con la ayuda de su marido, el excampeón de España de maratón, Julio Rey, y de su cuñado, Fernando. A solo 50 metros de la meta, la gallega adelantó a la etíope Girma Tadesse, vencedora de las dos ediciones anteriores, marcando un tiempo de 2h36:38. En la línea de meta la esperaban sus tres retoños que la recibieron con indisimuladas muestras de alegría.

"Es un lujazo poder ganar una carrera del prestigio de la Maratón de Madrid que es una de las pruebas más duras del mundo y era un reto personal que llevaba dentro. Ganarle a todas las africanas ha supuesto una motivación superfuerte. Se ha demostrado que a los etíopes se le puede ganar", señaló.

Los recientes acontecimientos de Boston no le hicieron dudar en ningún momento de su participación en la prueba madrileña "en absoluto -afirma-, yo creo que a los terroristas hay que darle la menor importancia. Han intentado sembrar el terror y no lo podemos permitir. Es más, creo que han conseguido el efecto contrario, pues en la prueba madrileña solían correr sobre 12.000 atletas y este año se han concentrado 26.000 personas". Ahora, Vanessa tiene como único objetivo descansar y cuando se recupere planificará con su marido y con su entrenador la temporada de verano.