La productora de cine Emma Lustres llena de sueños el club Gallegos del Año

Hay que admitir que la figura del productor de cine no está, en general, ­suficientemente valorada por el público. La causa bien podría ser la ignorancia que existe ante la responsabilidad que ejercen estos profesionales para que un proyecto llegue a la gran pantalla.

De ahí que las redacciones del Grupo Correo Gallego hayan decidido, por unanimidad, apostar por el reconocimiento a la trayectoria de Emma Lustres (O Grove, 1975) distinguiéndola como nueva incorporación del club Gallegos del Año. El lector se halla ante una mujer emprendedora, llena de sensibilidad y de talento que hace realidad el sueño de los cineastas.

"Estoy muy contenta, siempre todos los premios y reconocimientos son motivo de orgullo, de alegría y de satisfacción", cuenta a EL CORREO.

Fundadora de la productora audiovisual Vaca Films en 2003 junto a Borja Pena, destaca en el panorama nacional e internacional consolidando su especialización en el thriller.

Y eso no ha impedido que su base de operaciones perviva en A Coruña, todo con el objetivo de que la comunidad gallega tenga su lugar visible en el mapa y los trabajadores del sector no se vean obligados a abandonar su tierra.

"De momento, son nuestras películas las que tienen el reconocimiento, no tanto nosotros. Y sí que aquí, en Galicia, el reconocimiento es más personal", confiesa.

"Pero esto quiere decir que estamos haciendo cosas buenas por nuestra tierra. Para mí es muy importante contribuir a que la sociedad sea mejor y creo que todas las personas que tienen empresas pueden mejorar la vida de los gallegos, la imagen de Galicia, exportar su imagen positiva", afirma con ilusión Lustres, licenciada en Historia y en Periodismo en la USC.

En un esfuerzo por estar presente en los principales foros del sector, forma parte de las juntas directivas de la Asociación Gallega de Productores Independientes, de la Asociación Estatal de Cine y de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles. También es miembro de la Academia Española de Cine y de la Academia Galega do Audiovisual.

Volviendo a la idea del principio, el papel del productor pasa inadvertido, "y es lógico" -argumenta Lustres- porque el foco de la promoción de las películas "se pone siempre en los actores y en el director. Eso es lo que llega al público. Luego, hay muchos tipos de productores, no todos somos iguales. Algunos tienen una vertiente más empresarial y otros que tienen un perfil, que es el nuestro, más creativo".

"EL PRODUCTOR CANALIZA EL TALENTO". "A mí, particularmente me gusta hacer películas para el público, intentar hacer películas para que la gente reflexione sobre temas trascendentes y hacerlo de una forma entretenida".

Involucra a la "parte creativa, de la mano del director y del guionista, sobre todo, aunque también del director de fotografía, de arte, del músico... Digamos que las películas son obras colectivas en las que todos aportan. Entonces, para mí el productor es el que canaliza todo ese talento y que consigue montar el equipo y llevarlo a cabo tanto desde un punto de vista más creativo, como más económico, empresarial y de financiar la película. Sin productores no habría nada".

Asimismo, afirma que "este es un trabajo "muy divertido y muy cambiante", no es nada monótono, "conoces a gente muy diferente y eliges temas, historias... Para mí también es vital el trabajo del productor en la fase del lanzamiento, sacar la película al mercado y ponerla ante los espectadores, hacer una buena campaña de comunicación y de marketing. Eso también es muy importante".

APARTAR LO NEGATIVO PARA SER FELIZ. Sobre las claves del éxito, cree "que es un poco soberbio hablar de ellas". Considera, "desde la más pura humildad", que la gloria "está muy ligada a ser feliz, que uno esté satisfecho con lo que hace y con su vida. El éxito personal consiste en quedarte con lo que te gusta y con lo bueno, y apartar de tu vida todo aquello que te genere tristeza.

Sin embargo, apuesta por "trabajar mucho y dedicarle mucho tiempo, ser muy apasionado con lo que uno hace, no parar de aprender, y no parar de observar".

Por otro lado, hace una crítica al sistema educativo: "Insiste demasiado en que todos debemos saber y tener que hacer todo. Y claro, eso tiene un problema, que no potencia las habilidades de cada uno, sino que intenta igualar. Además, uno siendo demasiado joven tiene que decidir qué hacer. Y creo que en la vida es muy importante conocerse. Esto lleva a que muchos con 30 años no están en el sitio que les gustaría y eso, al final, genera frustración".

Una sabia reflexión de una gran gallega que tiene el don de fabricar sueños.