Galicia

Abren al público las rampas de la Gran Vía para hacer más transitable Vigo

Calificada por el alcalde como una “obra excepcional”, estuvo precedida de una encendida polémica tanto por su estética como por la tala de árboles añejos

  • 03 dic 2020 / 13:11
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Ascender la mitad de la cara norte de la Gran Vía de Vigo, con una pendiente del 9 por ciento, es pan comido desde este miércoles gracias a la apertura al público de unas rampas mecánicas instaladas en el bulevar de indudable valor práctico, pero cuya inauguración ha estado precedida de una encendida polémica tanto por su estética como por la tala de árboles añejos.

"Una obra excepcional", ha dicho el alcalde, Abel Caballero, que ha sido el primero en usar unas rampas que cumplen "con las aspiración de modernidad y de cuidado del medio ambiente" que pretende Vigo.

Enmarcada en el proyecto 'Vigo vertical', cofinanciada con fondos europeos y con la que el gobierno local se ha propuesto hacer más transitable una ciudad angustiosamente escarpada, esta actuación de casi seis millones de euros es una de las más ambiciosas de cuantas se han emprendido hasta el momento.

Tras año y medio de obras, los vigueses han comenzado inmediatamente, tras su inauguración, a hacer uso de unas rampas mecánicas que permiten recorrer casi un kilómetro cuesta arriba sin mayor esfuerzo que el que supone caminar los pocos metros que van de una rampa a la siguiente.

Las rampas mecánicas no recorren más que la mitad de la cara norte de la avenida porque, como ha recordado el alcalde, la Xunta de Galicia frenó la posibilidad de que lleguen hasta la Plaza de España, cuestión en la que ya trabaja el Ayuntamiento para que los vigueses puedan coronar la montaña sin mayor esfuerzo.

Con todo, Caballero se ha mostrado pletórico: "Esto supera nuestras previsiones", ha dicho tras la interpretación por parte de un pianista de 'Nuvole Bianchi', de Ludovico Einaudi, y del Himno Europa, obra de Ludwig van Beethoven, como agradecimiento a la UE por su implicación en esta actuación urbanísitica.

El alcalde recibió el aplauso de un buen número de vecinos que se lanzaron a probar las rampas en cuanto quedaron abiertas al público, aunque también tuvo que escuchar el desahogo de una vecina francamente decepcionada con una obra cuya estética no ha generado precisamente consenso.

De hecho, hace un par de semanas, Martín Curry, arquitecto y miembro fundador del Instituto de Estudios Vigueses, dijo que la Gran Vía "era el mejor bulevar de Galicia y se ha convertido en un engendro", y añadió que "hasta los técnicos que lo han hecho no se atreven a reconocer que lo han hecho".

Lo que parece no gustar a todo el mundo es la cubierta de las rampas: una estructura de hierro que va variando de color a medida que se asciende y que está cubierta de cristal, por lo que algunos pronostican que en verano será "un invernadero".

Es la previsión del Partido Popular de Vigo, cuya concejala Teresa Egerique llamó "adefesio de colores" a una estructura con la que el alcalde "se ha cargado una avenida emblemática, bonita, representativa de la ciudad, con historia".

Caballero discrepa, y hoy mismo ha dicho que "estas cubiertas contra la lluvia son una fantástica escultura" que forma parte del "Vigo del siglo XXI" y que no es más que "un punto y seguido" porque en la ciudad se están llevando a cabo actualmente 150 humanizaciones de calles.

También se ha referido el alcalde al hecho de que se trata de una actuación sostenible y respetuosa con el medio ambiente, lo que demuestran las placas solares que descansan sobre el techo de cristal o los jardines verticales que crecen debajo.

Entronca esto con la gran polémica que generó la tala de 68 viejos árboles para abordar la obra, árboles que según el Ayuntamiento estaban muertos y podían suponer un riesgo para la ciudadanía, pero que no evitó que el asunto acabase en la Comisión Europea por una denuncia de Marea de Vigo, aunque sin mayor recorrido.

Como contrapartida, en el nuevo tramo humanizado de la Gran Vía se han plantado 207 árboles ya crecidos, 710 arbustos y 2.800 plantas de temporada, según datos del Ayuntamiento, por los que el entorno se ha convertido en un vergel cuya espesura no dejará de crecer.

Polémicas aparte, las rampas de la Gran Vía son ya una realidad que sirven para "salvar la orografía muy difícil" de la ciudad, como ha explicado Caballero, quien ha subrayado que "este es el sistema de movilidad por el que apuesta la ciudad".

Con estas rampas, continúa, pues, en crecimiento el proyecto 'Vigo vertical', que ya cuenta con cuatro escaleras mecánicas, tres ascensores y estas rampas de la Gran Vía, todo lo cual hace de la ciudad un lugar más amable de recorrer.

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