Galicia

Activos solo seis de los 275 millones por derechos de CO2 para industrias

En medio de la mayor crisis de las fábricas electrointensivas resta el 97,8 % de estos apoyos por convocar // La Xunta exige seriedad // Insisten desde Alu Ibérica A Coruña en la intervención

  • 07 jun 2020 / 02:09
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La Delegación del Gobierno en Galicia aprovechó este reivindicativo fin de semana de protestas en el sector del aluminio gallego para recordar que, desde el pasado día 1 y hasta el próximo 22 de este mes, se encuentra abierta la convocatoria de concesión de subvenciones compensatorias de costes de emisiones indirectas de gases de efecto invernadero. Sin embargo, su dotación, limitada por el momento a 6 millones de euros, se queda a años luz del máximo permitido por la UE, unos 275 millones.

Mientras en la Praza de María Pita, ante el concello, protestaban los trabajadores de la antigua Alcoa herculina, hoy Alu Ibérica, y en Xove acudían a la llamada del comercio local para demandar que se eviten los 534 despidos y que se apaguen las cubas que permiten fabricar aluminio primario en nuestro país, recordaba el organismo que comanda Javier Losada que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo convocó las ayudas vinculadas al Real Decreto 1055/2014, de 12 de diciembre, que creaba un mecanismo de compensación de costes de emisiones indirectas de gases de efecto invernadero, correspondientes a 2019.

El caso es que Bruselas permite que el 25 % de lo recaudado en los derechos de emisión, 1.240 millones, el año pasado, se destinen a compensar a las empresas electrointensivas. Industria se comprometió a alcanzar esos 275 millones, pero las compañías siguen a la espera. De hecho, el sector instaba a que se recogiese en la Ley de Cambio Climático y Transición Energética ese porcentaje que avala la UE.

Tampoco se sabe nada de la subasta de interrumpibilidad del segundo semestre. Una fórmula que pagamos los consumidores en nuestra factura mensual, y que cayó de los 525 millones de 2017 a 316 en 2018, alrededor de 196 el pasado ejercicio y que de enero a junio de este año se limitó a 4,4 millones.

Este caldo de cultivo, más el Estatuto para los consumidores electrointensivos que se aguardaba para el año pasado y sigue sin estar listo condena no sólo al aluminio, también al resto de la metalurgia y a las ferroaleaciones que se elaboran en España y Galicia. Por ello, el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, pedía desde Ferrol “rigor y compromiso” al Gobierno central para ofrecer una “solución” a la amenazada de cierre fábrica de Alcoa en San Cibrao y muchas otras.

En declaraciones ante los medios el sábado, Conde aseguraba que “tan solo la voluntad política del Gobierno puede permitir una solución a las cinco mil familias que dependen de la industria” electrointensiva y a las “700 que de forma directa e indirecta” están afectadas por la decisión de la multinacional estadounidense Alcoa de acabar con la producción de aluminio primario en Cervo.

DEMANDAS. Desde la Xunta de Galicia solicitan al Ejecutivo de Pedro Sánchez que “responda de forma concreta a las alegaciones presentadas por Galicia” sobre este asunto y que “traslade” a la comunidad el contenido del borrador del Estatuto para las electrointensivas “para evaluar si este estatuto permite dar una respuesta en términos de precio competitivo a Alcoa San Cibrao”.

A renglón seguido, el titular del departamento de Economía solicitaba que se concrete “la convocatoria de la segunda subasta de este año, que puede permitir obtener los ingresos precisos para Alcoa y el resto de empresas”.

También consideró que debe conocerse y determinarse la dotación para las compensaciones de CO2, dada la diferencia de cerca de 269 millones entre el máximo que permitiría la UE y la exigua dotación de 6 millones que se ha habilitado.

Esta serie de peticiones son las que la Xunta trasladará el Gobierno en la reunión multilateral a celebrar el martes entre estas dos administraciones con los representantes de los trabajadores y también con la compañía.

RIGOR. Para el conselleiro, el rigor del Ejecutivo debe dar respuesta a las alegaciones presentadas y el “compromiso” del mismo tiene que ser con “las familias” que se sustentan en esta “industria básica electrointensiva que es una de las empresas claves del tejido productivo”.

PLANTA DE AGRELA. Ante la alcaldesa socialista Inés Rey, por el BNG Xosé Luís Rivas o Pancho Casal por En Marea unas doscientas personas se concentraban ayer en la manifestación organizada por el comité de empresa de Alu Ibérica A Coruña en la Praza de María Pita, donde con sus camisetas naranjas realizaron un mural humano formando la palabra “intervención” para exigir la actuación del Ministerio de Industria, pues califican su proceso como “el proyecto Maroto”, en alusión a la titular de esta cartera.

Juan Carlos López Corbacho, presidente del comité, recordaba que el jueves se celebra la Mesa Técnica con el Ministerio para abordar la situación de la factoría, que en menos de un año pasó de Alcoa a Parter y de éste al Grupo Riesgo, sin cumplir los acuerdos de inversiones.

“En A Mariña solo se habla de Alcoa, no es tema central el covid”
Marcha por las calles de Xove de más de cuatro mil personas en defensa de la planta

Xove. Cuatro mil personas participaron ayer en una marcha reivindicativa en Xove (Lugo), organizada por comerciantes de la zona, para expresar su rechazo al cierre de la factoría de Alcoa en San Cibrao, el principal motor económico de la comarca.

Ataviados de negro, recorrían las calles de la localidad en apoyo a los trabajadores de esta industria, acompañados por un coche fúnebre con ataúdes, reclamaron la continuidad de la industria del aluminio en la comarca.

Presente estaba el comité de empresa y muchos de sus trabajadores. “El virus ha quedado aquí en un segundo plano”. Emilio Villarmea es uno de los 534 trabajadores que Alcoa quiere despedir en Lugo. El 2 de junio cumplió 46 años. Su padre, Tito, y su suegro, Paco, trabajaron en la planta de San Cibrao, -en la que él lleva trece años-, desde su apertura, en enero de 1979, antes de la denominación actual tras su privatización en 1997.

La multinacional americana firmó el 25 de febrero de ese año el acuerdo de intenciones para la adquisición del grupo público Inespal, la industria española del aluminio, el cual se materializó poco después. Cuando la factoría de Alúmina-Aluminio, como despegó en sus inicios, llegó a la Mariña hubo revuelo, pues sus gentes se ganaban la vida exclusivamente con la tierra y con el mar y no comprendían entonces otros modos, pero en la actualidad nadie, independientemente de cuál sea su edad, concibe que el sustento de su entramado económico cierre y desaparezca.

Dani es menor. Su edad: doce. Es hijo único y, de madrugada, su progenitor, Emilio, recibió la primera felicitación por su aniversario. Pensó que era un vídeo de los que el pequeño sube habitualmente a Youtube, donde tiene su propio canal, el de Danitube Wirs y la temática se centra en los videojuegos que están de moda, pero se equivocó.

El niño solo quería que escuchasen su historia en su casa, y, fuera de sus cuatro paredes, los vecinos, los españoles, los dueños de la empresa y, sobre todo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

“Mis dos abuelos trabajaron en Alcoa y ahora viven aquí felices”, relata. Habla de Paco y de Tito, que son de Viveiro (Lugo), “de siempre”.

“¿Por qué mi padre no puede hacer lo mismo?, ¿por qué nos tenemos que ir si tenemos aquí nuestra casa?”, se pregunta el adolescente en una grabación que se ha hecho viral.

“Solo en mi portal viven cuatro familias que trabajan en Alcoa, y no quiero que se tengan que ir de aquí”, apunta un chico que desea “no perder de vista” a sus amigos y que ni siquiera quiere pensar en un traslado.

Los empleados han agradecido su gesto, con otro conmovedor audiovisual en el que portan la pancarta “Gracias Dani”, una sorpresa a la que él ha reaccionado con su voz clara, su mirada limpia y del modo más tierno. Entre todos han llegado a la conclusión definitiva de que los únicos derrotados son aquellos que deciden dejar de luchar.

Emilio contiene, como puede, la emoción: “Estaba en el turno de noche. Cuando vi el primer vídeo... Pues, qué decir... Es increíble”. Igual de emotivo le ha parecido el impacto que esa ocurrencia, nacida del corazón, ha tenido en redes, donde las visitas se cuentan por decenas de miles.

Esta familia tiene una hipoteca. A Laura, pareja de Emilio y madre de Dani, la pandemia le afectó de lleno. Cobra una prestación, a la espera de que saber qué ocurrirá y cuándo podrá volver a su “normalidad”, en la que se dedicaba a la ayuda a domicilio.

Como ellos, están muchos otros compañeros en la fábrica pues la plantilla es relativamente joven y, con un “trabajo de calidad”, muchos, “inclusive los que llevan tres años”, fueron los que tomaron la decisión de tener descendencia y de adquirir una vivienda. Ahora, ya hay inmobiliarias que, con las últimas noticias, están despachando pisos a precios muy bajos.

Rabia, impotencia, indignación... “Nadie habla de otra cosa. En el resto del mundo el tema central es la Covid-19 y en Cervo, Xove y Viveiro, los ayuntamientos más afectados, solamente se habla de Alcoa”.

El coste de producir, el precio del metal a la baja, el mercado paralizado... Nadie quiere escuchar eso y sí, por ejemplo, que habrá precios especiales para grandes consumidores de electricidad, como es el caso; o simplemente soluciones válidas, sean cuales sean, menos las anunciadas.

Emilio habla por todos: “Cuando el complejo se privatizó, Alcoa hizo aquí todo el dinero del mundo. Vivió las mejores épocas del aluminio. Ahora, que el mercado está un poco parado, la pandemia ha influido muchísimo; y el precio de la energía en España no es muy asequible, es cuando decide cerrar. Que lo pongan a la venta, seguro que hay un comprador, alguien”.

“La última carta que tenemos -asume Villarmea- es que la intervenga el Estado hasta que se estabilice un poco el mercado, el precio del aluminio, y venga alguien que se dedique al sector y la compre. Una empresa de este calibre no puede parar un mes y luego volver a empezar. Este tipo de empresas no pueden parar nunca. Si paran, están perdidas”.

“Somos competitivos, de los mejores del mundo”, dice, y añade: “El proceso de electrolisis es el mismo desde hace cuarenta años. No hay empresas superiores a la nuestra. Si dijésemos, está obsoleta, la producción es bajísima, pero no, para nada. Somos productivos al 100%. Hablar de lo nuestro no es lo mismo que tratar lo de Nissan en Barcelona ni comprable a lo ocurrido con Alcoa en A Coruña y Avilés (Asturias). Porque aquí es lo único, lo único que hay. Y es toda una comarca la perjudicada. Muchas familias”.

No hay otra industria potente, observa Villarmea; la pesca está pasando por momentos difíciles y de la agricultura las personas se desentienden cada vez más. Es como él lo ve. Pero se trata de un sentir común.

“Aquí se habla más de Alcoa, que supone más del 30% del PIB de la provincia lucense, que del virus. El único motor que tenemos ahora mismo es Alcoa. Nos llega y nos sobra”, recalca, y se despide.

En esta línea, ha sostenido que la multinacional insiste en continuar adelante con el despido de 534 trabajadores de la factoría principal, lo que afectará también a los empleados de las auxiliares, ha lamentado.

La mayoría de los vehículos, que han hecho sonar sus bocinas durante toda la protesta, pertenecen a empresas con sede en el polígono industrial de Camba.

En esta marcha, organizada por comerciantes, ha estado presente el comité de empresa de Alcoa San Cibrao, que reclama una intervención de la fábrica por parte del Gobierno.

Además, los trabajadores se movilizarán este domingo, 7 de junio, en una gran manifestación en el municipio lucense de Viveiro, que arrancará a las 11:30 horas y en la que se espera la participación de miles de personas. to FirmaPell

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