En una madrugada se triplicaron las hectáreas quemadas en Galicia

El infierno se desató en la provincia de Ourense. Sus montes más secos ardieron en un fin de semana en el que la Consellería de Medio Rural, a falta de la perimetración definitiva tras la extinción de los fuegos, estima que se quemaron unas 7.920 hectáreas, según los últimos datos facilitados este lunes. Un día antes eran 2.258. Y sobre todo el avance del fuego sucedió en la madrugada, apareciendo nuevos focos en otros sitios.

“Tenemos acreditada una intencionalidad clara”, expresó en la Radio Galega el conselleiro de Medio Rural, José González, quien calificó de muy complicada la madrugada del lunes, en la que siguió de cerca las llamas en Rairiz de Veiga y Cualedro. Aquí, en la tarde de ayer se desvió el tráfico cortado en el km. 173 de la autovía A-52, de la Rías Baixas, a la carretera N-525.

Por su parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, durante la presentación de la campaña marisquera en Noia, declaró que “la intencionalidad de los incendios en Galicia ya es un clásico”. En Ourense hubo “varios incendios de forma simultánea y sucesiva”, dijo y matizó que por ahora el “número de hectáreas calcinadas es inferior a la media de otros años”.

DESOLACIÓN Y TEMOR. Los vecinos de Cualedro, municipio del suroeste de Ourense y limítrofe con Portugal, todos los veranos sufren la misma incertidumbre. Y en el presente no es la primera vez que están pendientes del viento para saber hacia dónde van las llamas. En la parroquia de Montes vivieron desde la tarde una situación de inquietud, pero finalmente superaron los nervios al contener las llamas en el núcleo principal. No así en alguna casa aislada que sufrió más el calor que el fuego. En este lugar, el pasado día 13 de agosto ya se habían quemado otras 250 hectáreas.

El incendio de Cualedro se inició poco antes de las tres de la tarde del domingo, al mismo tiempo que otro en Maceda. Una hora antes prendió el monte en Rairiz de Veiga. El sábado al mediodía comenzó uno en Vilar de Barrio; pasadas las siete y media de la tarde otro en Lobios y poco después en A Gudiña y en Laza.

Si los dos últimos ya son sospechosos al detectarse hacia las nueve de la noche, lo que no tiene explicación lógica son los que comenzaron de noche. En este caso están, a las dos y veinte de la madrugada del domingo, el de Vilariño de Conso, y en la del lunes, el de Vilardebós, detectado a la una; otro en Ribas de Sil, a las dos menos cuarto de la madrugada, con cuatro focos a la vez, y dos en Manzaneda, a las 2.40 y 5.32 horas.

El esfuerzo de los servicios de extinción en las últimas 72 horas fue brutal. Para atender a los 13 fuegos de más de 20 hectáreas quemadas emplearon a cuatro técnicos. 101 agentes forestales al mando de 255 brigadas de bomberos, ayudados por 159 motobombas, 28 palas retroexcavadores, y que alternaron a 59 helicópteros y 50 aviones, sin incluir a los efectivos de la Unidad Militar de Emergencias.