España se coordina con Europa para determinar su futuro en Malí

Pese a que el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, avanzó este martes que España reducirá su presencia militar en Malí, en el marco de la reorganización de la European Union Training Mission Mali, nuestro país continuará combatiendo el terrorismo en la zona del Sahel como “socio sólido y fiable” hasta que Bruselas decida de qué forma ajustará su operación. Así lo reconoce el Ministerio de Defensa en declaraciones a EL CORREO GALLEGO, luego del anuncio formulado al inicio de esta semana por el Gobierno maliense, que ha abandonado la coalición africana destinada a combatir el terrorismo yihadista que hasta hace poco integraba junto a Burkina Faso, Chad, Mauritania y Níger.

“España como socio sólido y fiable seguirá combatiendo el terrorismo en la zona del Sahel, convencido que es la mejor forma de ayudar a la seguridad de la zona y la seguridad global”, apunta el departamento de Margarita Robles como respuesta a diversas preguntas de este periódico, dejando claro, eso sí, que “cuando llegue el momento” el Ejecutivo central “tomará una decisión coordinada y alineada con el resto de países implicados y la Unión Europea”.

Entre las opciones, como también avanzó este medio tras consultar a fuentes de la Brigada Galicia VII, que cuenta con unos 350 militares en el país africano y actualmente está gestionando el proceso de relevo entre los contingentes EUTM Malí XIX y EUTM Malí XX, estaría la posibilidad de trasladar las maniobras a alguna de las otras cuatro naciones citadas. “Ya se están haciendo cosas poco a poco con Burkina Faso y con los otros países” y puede ser que por ahí se “reoriente” la misión “si se ve que la situación en Malí no es políticamente la que la Unión Europea considera más adecuada para llevar a cabo la operación”, comentaron.

A falta de que se reúnan los Veintisiete en un encuentro que seguramente llegue a finales de mayo y en la que se presentará una revisión estratégica de la operación a los Estados miembros en la que actualmente está trabajando el jefe del Estado Mayor de la UE, el almirante Herve Blejean, en la Base General Morillo (Pontevedra) siguen trabajando con “normalidad” en el despliegue y repliegue simultáneo de sus tropas, aunque sin fechas “concretas” para las dos rotaciones que faltan, previsiblemente esta segunda quincena salvo nuevos imprevistos.

Lo único fijo por ahora, conforme avanzó Josep Borrell, es que España reducirá su presencia militar en Malí en el marco de la reorganización de la European Union Training Mission Mali y la suspensión de las labores de adiestramiento. Así las cosas, en base a sus declaraciones, cabe esperar que se produzca una disminución en la aportación de la Brilat al mencionado territorio, teniendo en cuenta que sus efectivos en este país suponen algo más del 60% de los 550 españoles desplegados: uno de los mayores contingentes europeos. Alemania, con otro de los batallones más grandes, pasará a trabajar desde Níger, como contempla el quinto mandato de esta misión que ahora cobra una dimensión regional.

EL intento golpista. Las declaraciones del Alto Representante de la UE para Política Exterior se produjeron una jornada después de la salida de Malí del G5 Sahel (coalición de la que hasta ahora formaba parte junto a Burkina Faso, Chad, Mauritania y Níger) por discrepancias en torno a la presidencia rotatoria del grupo, que ahora le tocaba ostentar pero a lo que el organismo se negaba por la inestable situación política del territorio. El mismo ha vivido dos golpes de Estado en 2020 y 2021 provocados por el coronel Assimi Goïta, quien tras el primer pronunciamiento se coronó como vicepresidente de facto y con el segundo ascendió a presidente de transición.

Para colmo, horas después de que Bamako anunciara su retirada del grupo africano, que entre otros cometidos luchaba de manera conjunta contra el yihadismo, las autoridades de Malí informaron de un intento de golpe de Estado producido en la noche del 11 al 12 de mayo por parte de “oficiales y suboficiales antiprogresistas” que habrían contado con el “apoyo de un Estado occidental”. El anuncio de la intentona golpista, que este miércoles se saldó con siete personas imputadas por su presunta implicación, llegó solo dos semanas después de haber roto todos los acuerdos de defensa con Francia, citando violaciones de su soberanía por parte de las tropas galas y un “profundo deterioro de la cooperación militar desde hace un tiempo”.

En este contexto, cabe recordar que París y el resto de socios europeos que participan y colaboran con la operación Barkhane y la Fuerza Takuba, además de Canadá, informaron en febrero de la retirada de sus fuerzas de Malí, donde estaban desplegadas para ayudar al país en la lucha contra el terrorismo. ¿La razón? Pues básicamente que las tensiones eran insostenibles: en medio de los cruces de acusaciones entre Francia y Malí sobre los esfuerzos en materia antiterrorista y el despliegue de mercenarios rusos del Grupo Wagner, la junta nacional dijo que iba a alargar el proceso de transición entre cuatro y cinco años más, aplazando con ello las elecciones previstas para aquel febrero.

“A nuestro nivel no tenemos constancia de esa información”, apuntan desde la Brigada Galicia VII a EL CORREO, cuestionados por el supuesto pronunciamiento perpetrado en Malí entre el lunes y el martes de la pasada semana. Por su parte, también en respuesta a la solicitud de este periódico, el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) dice que por ahora “no se dispone de información oficial al respecto por lo que no es posible realizar ninguna valoración”.