Galicia

Felipe VI alaba ante el Apóstol el coraje de los españoles en momentos duros

En su invocación a Santiago pidió que siga dando fuerzas y protegiendo a todos aquellos que luchan contra los incendios // Recordó también la guerra en Ucrania y la crisis económica

  • 26 jul 2022 / 01:00
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“Quiero que en esta ocasión mis primeras palabras sean para transmitir cariño y apoyo a todas las persona que todavía sufren los incendios que asolan a tantos lugares de España, a las personas evacuadas de sus hogares, con casas, cosechas, ganaderías perdidas, su modo de vida y la vida misma”, comenzó su discurso en la Ofrenda al Apóstol Santiago de este Ano Santo extraordinario 2022 el rey Felipe VI. En su nombre, en el de su esposa, la reina Letizia, y en el de la princesa Leonor y la infanta Sofía, quiso mostrar sus condolencias a las familias de los fallecidos.

“Galicia sabe bien lo que es sufrir el azote de los incendios y también ha padecido y padece esta última ola de fuegos”, proclamó el monarca, quién quiso hacer llegar su solidaridad y respeto a todos los afectados y agradeció “el esfuerzo titánico” de los que están participando todavía en las tareas de extinción. “Su entrega es admirable y va más allá de cumplir un cometido profesional”, aseguró, sin olvidar tampoco a los profesionales que los coordinan y apoyan a su alrededor, y a los cientos de voluntarios y vecinos que han decidido sumarse de modo desinteresado a la lucha contra los fuegos.

“Debido a estas circunstancias excepcionales, quiero pedir al Apóstol la protección de los que luchan día a día contra este drama, de las personas que ante esta grave situación no dudan en ayudar a los demás demostrando su sentido de comunidad”, invocó a Santiago el rey.

“Hoy volvemos a Santiago, donde convergen todos los Caminos, y su final es el cumplimiento de una promesa, de un objetivo, de una meta, pero también el comienzo de nuevas actitudes, propósitos, compromisos de una nueva vida... El valor del Camino trasciende, pues, el plano puramente material para adentrarse en el simbólico”, aseguró Felipe VI, convencido de que “el Camino conecta lugares cercanos o lejanos y supera distancias, relacionando y hermanando personas”.

Evocando al poeta, dramaturgo y científico alemán Johann Wolfgang von Goethe, subrayó que “Europa nació en la peregrinación” y, como ejemplo de fraternidad, “puede decirse que (el Camino) fue el primer proyecto europeo común”. Recordó que fue precisamente por este motivo que se le concedió al Camino el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia hace ya dieciocho años.

No quiso olvidarse tampoco en su invocación al Apóstol de todas las personas que sufren el horror de la guerra en el este de Europa. “En esta etapa en la que el horror de la guerra reaparece en el Viejo Continente debemos reivindicar los valores cívicos, culturales y espirituales del Camino, trazados por los innumerables peregrinos que lo recorrieron a lo largo de los siglos”, indicó.

El monarca hizo hincapié en que “aunque los conflictos sean distantes en términos de kilómetros, resultan propios pensando en las mujeres y niños que han visto rota una convivencia que en este siglo XXI de progreso parecía asegurada”. “La paz debe marcar siempre el norte de nuestra brújula, ahora y siempre”, aseveró.

Y es que para Felipe VI “nada tiene sentido si la democracia no está en la base”, ni la economía, ni el comercio, ni la energía que condicionan a la Europa contemporánea y su devenir. “Esta plaza del Obradoiro sella geográficamente la periferia de Europa, pero emocionalmente está en su corazón”, y “esta Catedral románica, gótica y barroca demuestra que existe una evolución de las cosas que se adapta a los tiempos”.

Por otro lado, el monarca también resaltó el carácter de sanación mental y espiritual que el Camino tiene en una sociedad líquida como la actual, donde todo va tan deprisa que no hay tiempo para pararse a reflexionar. “Al llegar a este templo, Santiago ayuda a descubrir uno de los propósitos más importantes del Camino: el reencuentro con uno mismo”, proclamó.

A través de la peregrinación, tal y como destacó, “se revela lo realmente importante”, porque la experiencia “ofrece reflexión e introspección, en medio de la vida sin pausa y de la inmediatez aporta calma y serenidad”. “Por eso peregrinar contribuye a que lo material pase a un segundo plano y que el alma recupere protagonismo”, zanjó.

Esto es algo que cobra un especial protagonismo en un momento como el actual, donde “las dudas parecen nublar los horizontes de toda la humanidad”, en medio de un siglo XXI marcado por el dolor de la pandemia, la falta de paz y la complejidad de la economía. “Pasamos momentos muy duros en los últimos años, pero en todo este tiempo no se ha doblegado la capacidad de seguir adelante de los españoles, porque España tiene valores: es un pueblo responsable, valiente, fuerte, solidario, al que nunca ha faltado ni ambición ni coraje, porque España tiene carácter y lo ha demostrado a través de su Historia y lo sigue día a día demostrando”, sentenció Felipe VI, encomendando al Apóstol la protección de todo el pueblo español.

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