Galicia recibe la nueva reforma laboral entre aplausos y críticas

Sin la voluntad pero con el voto del diputado popular Alberto Casero, la nueva reforma laboral salió este jueves adelante, aupada entre el aplauso del bloque que sí la quería y el rechazo más crítico de aquellos que no... La polémica -- protagonizada por un error en el peor momento posible y dos traiciones que de poco sirvieron -- corrió como la pólvora de Madrid a Galicia, donde nadie se salió del guión. Quien había rezado en su contra lo siguió haciendo (ciñéndose a las pautas que marca la capital o avanzando acciones para deshacer lo hecho) y quien la veía con buenos ojos (por x o por y) celebró su llegada e incluso salió al paso de los ataques vertidos contra este real decreto ley que pretende acabar con la temporalidad.

El primero en pronunciarse fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, haciéndolo el mismo día que estallaba la confusión y los reproches en el Congreso. Desde Ponferrada (León), donde se encontraba apoyando la candidatura de Alfonso Fernández Mañueco, el de Os Peares repetía lo argumentado por sus compañeros. “Aprobar una reforma laboral utilizando un error, es un error democrático imperdonable”, señalaba ante los medios.

“Es indigno de un partido y de un gobierno, imposible en Alemania, en Francia o en Italia, y espero que en mi país se dé de una vez por todas el no a la reforma laboral, que es lo que salió en la votación”, agregó entonces. En un tono más elevado habló el viernes para repudiar que al Ejecutivo “enfermo”que dirige Pedro Sánchez, “el más débil de los 40 años de democracia”, le “valga todo”. “Es una manipulación de la democracia”, añadía al son de Génova.

Algo parecido dijo el secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, que consideró “indigno” que el poder ejecutivo de “un país democrático” como es España vaya a aplicar la nueva reforma laboral “utilizando un error” en la votación para ratificar el real decreto ley. “Está por ver todavía si fue un error o fue una manipulación” de la Mesa del Congreso, comentaba en sincronía con Feijóo y a la par que las declaraciones de un Pablo Casado que dejaba caer que la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, podría “estar prevaricando” y que ello podría tener “consecuencias legales”.

En este sentido, Tellado calificaba como “un error democrático imperdonable” que “no tiene parangón” el hecho de que “no se deje explicar a un diputado su voto en libertad” y “se utilice un error informático para dar por aprobado” el decreto. “Si estos son los éxitos con los que se presentan Sánchez y Yolanda Díaz, la mayoría de españoles no estarán de acuerdo con esta forma de proceder”, añadía el número dos gallego.

UN INSUFICIENTE PARA EL BLOQUE. En Galicia, los ataques también llegaron del BNG. Su portavoz nacional, Ana Pontón, avanzó este viernes que actualmente su formación está manteniendo “contactos” con otras fuerzas políticas del Congreso de cara a impulsar una proposición de ley en esa Cámara que suponga una derogación “íntegra” de la reforma laboral de 2012.

En declaraciones remitidas a los medios, la líder del Bloque lamentó la “oportunidad perdida” por el Gobierno central de cambiar esta legislación para, entre otras cuestiones, “recuperar los 45 días de indemnización por despido, los salarios de tramitación o la autorización administrativa de los ERE”.

A este respecto, Pontón también recordó que pese a la convalidación de la reforma laboral “hoy es igual de barato y de fácil despedir a un trabajador que cuando gobernaba el PP: es así de grave y de triste”.

“Lamentablemente, y me duele decirlo, lo que se aprobó ayer en el Congreso deja intacto el núcleo duro de la reforma laboral del PP cuando había una mayoría para cambiarlo, pero PSOE y Podemos no quisieron hacerlo”, señaló asimismo.

Más enfocada en el contenido de la norma que en lo acontecido en la Cámara Baja, también tuvo tiempo para valorar la votación de “esperpento” que a sus ojos pone de relieve que “no hay alternativa al bloque de la investidura” por lo que el Gobierno debe “esforzarse en negociar y cumplir sus compromisos”.

LA DEFENSA QUE TAMBIÉN ATACA. Ante todas las críticas salió al paso el secretario general de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, quien lamentó ayer que el Gobierno autonómico rechace una reforma laboral que, en realidad, supone un “avance en los derechos de los trabajadores” y, además, llega avalada por el “diálogo social entre los agentes más importantes” del tejido productivo.

“La ciudadanía está asistiendo estupefacta a un hecho que debería ser aplaudido por todo el mundo”, apuntó, evidenciando que “lo más importante de todo es que se recupera una senda de diálogo social entre los agentes más importantes, que representan a todo el tejido productivo, gallego y español”.

“No entendemos cómo puede no alegrarse, no apoyar, un avance claro en los derechos laborales”, dijo en alusión a la oposición, algo que también utilizó el delegado del Gobierno en Galicia, el socialista José Miñones, al considerar que los partidos que votaron en contra de la reforma laboral pactada entre el Gobierno y patronal y los sindicatos mayoritarios en el Estado deben “explicar” si están a favor del “diálogo social”.

A su celebración también se sumó la patronal gallega. Desde la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) aplaudieron la reforma laboral, “una norma que aporta certezas de cara al exterior y favorece la confianza en el país” y que además es “garantía de la estabilidad en el empleo y la transformación del mercado de trabajo”. “Se trata de un acuerdo que da estabilidad al país en el tiempo, garantiza la paz social, consolida lo esencial de la reforma laboral de 2012 y trabaja por reducir la temporalidad en nuestro país como pide la Unión Europea”, indicaron.