Las universidades perfilan un curso de transición hacia la normalidad

Las tres universidades que componen el Sistema Universitario Galego (SUG) cerraron el curso de la pandemia con buena nota. Pero ahora les toca pensar ya en el próximo ejercicio académico, que deberá ser de transición antes de recuperar la normalidad.

Hace unas semanas, en la presentación del nuevo Mapa de Titulacións, el conselleiro de Educación e Universidades, Román Rodríguez, se dirigía a los rectores de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), A Coruña (UdC) y Vigo (UVIgo) para darles las “gracias” y afirmar que “podedes estar satisfeitos polo traballo realizado” en un año muy complejo.

Pero el trabajo no ha terminado, porque el virus sigue entre nosotros, y porque el curso no se va a empezar con la vacunación total de la población, aunque sí que es posible que buena parte de los jóvenes hayan comenzado su inmunización durante el verano.

En todo caso, es momento de seguir trabajando en unas pautas que garanticen la “calidade” de la enseñanza durante el curso, y en el que se contemplen, de nuevo, las contingencias que pudieran surgir en caso de brotes.

Por eso, la Xunta y los tres centros tienen listas las instrucciones para garantizar la presencialidad, aunque con ciertas restricciones, y poder ofrecer una enseñanza segura el próximo curso en los siete campus. Así pues, se trata de “establecer uns requisitos mínimos que garantan a calidade da docencia”, tal y como resalta Educación en un comunicado.

Este próximo curso todavía no va a ser normal, con los estándares de antes de marzo de 2020, sino que será un periodo de “transición entre a situación de presencialidade adaptada do curso 2020-21 e a situación de normalidade adaptada que se prevé para o curso 2021-22.

incorporación progresiva. Cabe recordar que este último año las universidades se han movido entre la docencia mixta y totalmente telemática. En el próximo, el objetivo es una apuesta por la presencialidad del alumnado, aunque la adaptación se debe realizar “dun xeito progresivo, sobre todo no primeiro cuadrimestre do curso”.

Así, fundamentalmente el año lectivo se desarrollará en lo que se ha dado por denominar “normalidade adaptada”, que tendrá similitudes con lo que pasaba antes de la pandemia, pero con adaptaciones.

Por ejemplo, en los aforos. La recomendación es que sean del 50% en aquellas aulas que tengan gradas fijas, y que entre compañeros se deje un espacio vacío. En el caso de que el mobiliario no esté fijo, se sigue la recomendación de la educación no universitaria: una separación de 1,2 metros entre los puestos.

En todo caso, para aquellas asignaturas que cuenten con un gran volumen de alumnos, se aboga por fijar un máximo de estudiantes que pueden estar en el aula. Para evitar las concentraciones, instan a mantener la docencia mixta que ha predominado este curso.

Las prácticas, en caso de verse afectadas por complicaciones en la evolución de la pandemia, podrán ser sustituidas por actividades complementarias, “sempre garantindo a adquisición das competencias e capacidades esixidas”. En las clínicas, el ACIS determinará quiénes las pueden realizar.