Galicia

Dejes de la tierra en sus cartas y el escudo de armas de Soutomaior

Pontevedra es el único lugar en el mundo donde estaba documentado el apellido ‘Colón’ ya durante el siglo XV

  • 20 nov 2020 / 23:44
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Dentro de su creación, el nombre principal a tener en cuenta es el de Celso García de la Riega, investigador y padre de la teoría sobre la que se asienta ese Cristóbal Colón gallego. Todo comienza “a principios del siglo XX, cuando este personaje histórico detecta varios indicios que acompañan a la hipótesis, basados en pruebas demoledoras, y así sienta los mimbres de que Colón tenía que ser, necesariamente, español, y más concretamente, de la zona de Pontevedra”, explica Costoya.

Sin embargo, él no sería el único investigador en apoyar que el descubridor de América habría sido gallego. Tras él, Beltrán y Rózpide, miembro de la Real Academia de la Historia, apadrinó a De la Riega en su conferencia en la Sociedad Geogáfica en 1898, y publicó un libro titulado ‘¿Cristóbal Colón, genovés?’.

Seguidamente, Constantino Hora y Pardo, perteneciente a las Sociedades Geográficas de Washington y Madrid, publicaría en 1911, en Nueva York, ‘La verdadera cuna de Cristóbal Colón’.

Fernando Antón del Olmet, marqués de Dos Fuentes y profesor de Instituciones Ibéricas en la Facultad de Leyes y Ciencias Políticas de Chile, publicaría en 1910 un interesante estudio sobre ‘La verdadera patria de Cristóbal Colón’, publicado en la revista madrileña ‘España Moderna’.

LIBROS de texto EN LATINOAMÉRICA QUE YA HABLABAN DEL COLÓN GALLEGO. Tal fue el impacto en latinoamérica de la teoría que, a raíz de los descubrimientos de De la Riega y sucesores, aparecieron, tal y como afirma Rodrigo Costoya, “en torno a 1920 y 1930, libros de texto en países iberoamericanos donde se les decía a los niños de esas escuelas que Cristóbal Colón había sido un poderoso noble español de la zona de Galicia”.

ESCRITORES QUE REFORZARON LA HIPÓTESIS EN SUS OBRAS. También numerosos escritores gallegos reforzaron y alimentaron la teoría en sus novelas. Sería el caso de Miguel de Unamuno, Mercedes Vieito Bouza, Joaquín N. Aramburu, Emilia Pardo Bazán, Justo E. Areal, Gaspar Leite Azevedo, Torcuato Luca de Tena o Rodrigo Cota, entre muchos otros.

TRAS CELSO GARCÍA DE LA RIEGA LLEGA ALFONSO PHILIPPOT. Sin embargo, la aportación más importante tras los descubrimientos realizados por De la Riega llegaría en torno a los años 70 del siglo pasado, de la mano del marino mercante e investigador Alfonso Philippot Abeledo, que fue quién no solo apoyó el origen, sino que también descubrió y aportó pruebas de quién había sido en vida Colón: Pedro Madruga, conde de Soutomaior.

Así, teniendo en cuenta todos estos antecedentes, se puede observar la gran repercusión e impacto que tuvo la tesis del Colón gallego desde su mismísimo nacimiento: en la conferencia dada por Celso García de la Riega en la Sociedad Geográfica de Madrid, en torno al año 1897, hace más de 120 años.

una CRUZ DE PIEDRA EN PORTOSANTO y historias vecinales. “En Portosanto, en Poio (Pontevedra), hay una cruz de piedra delante de una casa (el actual Museo de Colón) en la que aparece inscrito: ‘Juan de Colón, 1490’”, indica Rodrigo Costoya, que añade que, “Celso García de la Riega investigó esa cruz y los propios señores mayores de la zona le decían que, efectivamente, aquella era la casa en la que había nacido el descubridor de las Américas, ni más ni menos”. Es decir, “la gente mayor sostenía que, efectivamente, allí naciera Colón”.

DEJES GALLEGOS EN EL IDIOMA DE SUS CARTAS. Partiendo de esos precedentes, De la Riega decide seguir investigando y analiza los escritos de Colón. En ellos, “se da cuenta de que este hablaba un castellano con muchos giros gallego-portugueses”. ¿El motivo? “En esa época, estamos hablando del siglo XV, el gallego y el portugués todavía eran dos idiomas muy entremezclados”, explica Rodrigo Costoya, a lo que suma el hecho de que “aún no había una ortografía unificada por aquel entonces ni del gallego ni del castellano”. De tal manera que, “esos escritos eran propios de alguien que había aprendido a hablar, a leer y a escribir en la zona de Galicia”.

COLÓN habría sido en vida PEDRO MADRUGA. Sería en los años 70 del siglo pasado cuando aparecería en Galicia otro investigador, Alfonso Phillippot, que iría un paso más allá de las evidencias materiales y trataría de buscar realmente a Cristóbal Colón como personaje concreto dentro de la Historia de la comunidad gallega, llegando a la conclusión de que se habría tratado del conde de Soutomaior, en la zona de Pontevedra. Tirando de esos primeros indicios de De la Riega y otros investigadores sucesivos, trató de averiguar más cosas.

CINCO ALMIRANTES EN EL ESCUDO DE ARMAS. “A Colón había gente que lo llamaba Pedro, Pedro Colón, y, en algunos lugares, aparece escrito Almirante Pedro Colón”, apunta Rodrigo Costoya, que asegura que fue eso lo que le llevó precisamente a Phillippot a pensar que podría haberse llamado Cristóbal Pedro Colón. Sigue investigando por esta línea y, tal y como explica el escritor, “se centra en el escudo de Colón, con 5 anclas”. Cada ancla de un escudo, en la Edad Media, se correspondería con un almirante de la familia. De tal manera que, “antes de él, del propio Cristóbal Colón, en su familia tuvo que haber 4 almirantes”. Así, Phillippot comienza a buscar qué familia de la zona de Pontevedra del siglo XV tenía ya a cuatro almirantes antes de Colón. “Descubre que solo hay una: la familia Soutomaior, una de las familias nobles más importantes del sur de Galicia por aquel entonces”, indica.

UNO DE LOS HERMANOS SOUTOMAIOR. Se presentaba el problema de averiguar cuál de los Soutomaior era, ya que todos se conocían históricamente para aquel entonces, estaban identificados y no cuadraban con la descripción buscada. “Hasta que Phillippot llegó a uno, Pedro, que había muerto en extrañas circunstancias justo en el momento en que apareció Colón”, relata Rodrigo Costoya. Ahora faltaba averiguar si ese Pedro tendría motivos para hacerse pasar por muerto y resucitar con una especie de ‘alter ego’; y, efectivamente, sí los tenía.

“Pedro de Soutomaior pasó a la Historia como Pedro Álvarez o Pedro Yáñez de Soutomaior, ya que tuvo varios nombres a lo largo de su vida”. Y es que, como argumenta el profesor Costoya, “primero fue hijo bastardo, luego lo reconoció su padre, conde de Soutomaior, y más tarde su propio hermano para que pudiese heredar su condado”.

45 topónimos autóctonos en América

··· Poco a poco, Celso García de la Riega “va cerrando el círculo” y “se encuentra con que los nombres de los sitios que Cristóbal Colón puso en América pertenecen todos a las rías gallegas, principalmente a la ría de Pontevedra”, incide el escritor Costoya.

··· De hecho, una carta náutica presentada recientemente por la Asociación Cristóbal Colón junto a la Autoridad Portuaria de Marín presentaba hasta 45 topónimos de la ría de Pontevedra usados por el descubridor: San Salvador, Portosanto, Río Serpe, Punta a Moa, Punta do Ferro, Pedralonga, San Bartolomé o Punta Faxilda, entre otros.

Un peritaje caligráfico demostró que la letra del descubridor era la de Madruga

Las cartas y los pocos documentos que han llegado hasta nuestros días del puño y letra de Colón también han sido determinantes para sostener la teoría del Colón gallego.

Sería Phillippot, basándose en ellos, el que conseguiría encontrar otra prueba “irrefutable”: su firma ‘xperferens’. “Es una cosa muy rara, a lo largo de los siglos nadie supo qué significaba eso hasta que Phillippot la desgrana”, explica Rodrigo Costoya.

Por una parte, la ‘x’ sería la inicial de Cristóbal, que en esa época se escribía con ‘x’; ‘per’ vendría de ‘Pedro’; ‘fer’ de Fernández; y ‘ens’ de Anes. Además, en esa firma “aparecen las siglas de sus bisabuelos, de sus abuelos y de su padre, tal cuál, lo que resultaría demasiada casualidad”.

PERITAJE CALIGRÁFICO. A todas este hecho se suma la existencia de un peritaje caligráfico que, tal y como afirma Rodrigo Costoya, “valdría como prueba en cualquier juicio”, en el que, tras presentarle al perito textos de Pedro Madruga y de Cristóbal Colón, “este concluyó que ambos habían sido escritos por la misma persona en diferentes momentos de su vida”. “Eso no es poca cosa”, asevera el escritor.

las MISMAS AMISTADES Y ENEMISTADES. Asimismo, otra de las pruebas es “que Pedro Madruga resulta que tenía en vida los mismos amigos que luego fueron también amigos amiguísimos de Colón y lo apoyaron, al igual que los mismos enemigos”.

“Él muere en casa de un amigo suyo, la casa del Duque de Alba, uno de sus mejores amigos y, unos días después, aparece Cristóbal Colón, un hombre del que nadie sabía nada antes de ese momento... Parece un tanto sospechoso”, sentencia Rodrigo Costoya.

Además, “ese Pedro Madruga había sido el hombre más poderoso de toda Galicia al convertirse en conde de Soutomaior, así como íntimo amigo del conde de Portugal, un hombre poderosísimo y, sin embargo, no hay tumba, nadie reclamó su cadáver y nadie lo enterró... Demasiado sospechoso todo”, asegura.

Baiona fue el primer sitio en conocer la noticia de la llegada al nuevo continente

RECIBIÓ A ‘LA PINTA’. Para cerrar el círculo, tampoco hay que olvidarse de que la localidad pontevedresa de Baiona fue el primer lugar que tuvo noticias del descubrimiento del Nuevo Mundo. “Allí llegó ‘La Pinta’, tres días antes de que ‘La Niña’, en la que viajaba Colón, hubiese llegado a Lisboa”,

explica Rodrigo Costoya, quitando a la ‘Santa María’, que “se hundió en América”.

ÚNICO PUERTO FIEL A PEDRO MADRUGA. ¿A qué se debió esto? Pues, según cree Rodrigo Costoya tras haber estudiado a numerosos investigadores, a que

“Baiona era el único puerto de las tierras de Soutomaior que permanecía fiel a Pedro Madruga”, de manera que él “quiso que sus tierras fuesen las primeras en tener noticias del descubrimiento”. Por ese motivo enviaría ‘La Pinta’ a Baiona, en donde “estaría su lugarteniente”.

La ‘Santa María’ se creó en un astillero pontevedrés bajo el nombre ‘La Gallega’

Los barcos en los que Colón viajó a América, tan estudiados a lo largo de la Historia, también jugarían un papel fundamental dentro de la teoría del Colón gallego. Sobre todo uno: la nao ‘Santa María’ que, lamentablemente, se hundió en América y no pudo regresar a la Península.

LA ‘SANTA MARÍA’ HABRÍA SIDO ‘LA GALLEGA’. En concreto, Colón partió hacia América en tres barcos: dos carabelas que eran ‘La Pinta’ y ‘La Niña’ y una nao que era ‘La Santa María’. “Anteriormente, esa nao habría sido propiedad de un naviero llamado Juan de la Cosa, de la zona de Pontevedra y, además, cartógrafo, por lo que pasó a la Historia como un gran explorador y un gran navegante”, destaca Rodrigo Costoya. Sin embargo, indica que “De la Cosa no existe como apellido actualmente ni ha existido nunca, porque De la Cosa era en realidad Xoán da Coxa, así se le llamaba en su zona, en Pontevedra, pese a que todos los apellidos tendían a castellanizarse en aquella época”.

Asimismo, antes de llamarse ‘Santa María’, la nao de Colón habría tenido el nombre de ‘La Gallega’, aunque “la rebautizaron para la expedición” y le pusieron el nombre de ‘Santa María’ porque “allí arriba, en el puerto de Pontevedra, se halla la Iglesia de Santa María”.

LA MAYOR DE LAS EMBARCACIONES. La ‘Santa María’ fue, precisamente, la mayor de las tres embarcaciones usadas por Colón en su viaje. Fabricada con madera de Cantabria, podía desplazar de 200 a 250 toneladas, con una quilla de 19,9 metros; una cubierta de 23,5; una manga de 7,3; y un puntal de 3,4.

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