Galicia

Equipo de
INVESTIGACIÓN

Esta madre de Noia, que acabó con la vida de su hijo y después ocultó su cadáver en una maleta en un monte de Menorca, permanece en la cárcel de Palma desde 2010 // Tendrá que cumplir una pena de veinte años de prisión

  • 23 nov 2020 / 00:00
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De origen gallego, esta mujer procedía de la localidad coruñesa de Noia, donde aún residen sus padres, María y Víctor, abuelos que se hicieron cargo de su nieto durante una temporada y sobre los que pesa un sentimiento de desesperación que no les permite hablar sobre el asunto. Ni en su momento ni tampoco a día de hoy han estado dispuestos a realizar declaraciones ante los medios de comunicación.

Y es que, para ellos, el conocer la muerte del pequeño fue un golpe duro de sobrellevar que ya no es que no se esperasen, sino que desconocían por completo, creyendo durante más de dos años que César estaba vivo, que estaba haciendo nuevos amigos en un colegio de Menorca y que ya había hecho la comunión.

Esas eran las noticias que les llegaban a través de su madre. Desconsuelo y shock son las emociones que mejor describirían la sensación de estos abuelos al descubrir que su nieto llevaba muerto mucho tiempo. Al menos, tras varios días de lucha judicial, consiguieron que el cuerpo del pequeño regresase a Galicia y descanse ahora en el cementerio de Santa Cristina de Noia.

CONDENADA A 20 AÑOS DE PRISIÓN, YA HA CUMPLIDO diez. Por su crimen, Mónica Juanatey fue condenada en noviembre de 2012 a cumplir una pena de 20 años de prisión, estando desde 2010 en prisión preventiva. En aquel momento todavía no existía la prisión permanente revisable, que sería aprobada en el Congreso de los Diputados tres años después, en 2015. Hoy día, sin duda, su caso sería uno de los firmes candidatos a la misma, al igual que lo fue el de José Enrique Abuín (el Chicle) o el de Marcos Javier Mirás (el parricida de Oza-Cesuras).

La sentencia del tribunal hacía referencia al “reproche, no ya jurídico, sino social, a una madre que mata intencionadamente a su hijo, y aún más si este tiene solo 9 años”. A esto se sumaba la conducta posterior al crimen de Juanatey: el ocultar el cuerpo y fingir durante dos años a través de Internet que el menor seguía con vida ante sus familiares.

Además, tras haber reconocido lo ocurrido en un primer momento y haberse confesado como autora del crimen ante autoridades policiales y judiciales, se desdijo ante el jurado popular en 2012, asegurando no recordar cómo murió su hijo.

“¿Considera la posibilidad de que hubiera sido usted?”, le preguntó su abogado, Carlos Maceda. “Sí”, respondió. Cabizbaja todo el juicio repitió dos frases que comprometieron su defensa, que pedía para ella solo 15 años de prisión: “No había nadie más”; y “¿qué accidente puede tener un niño de nueve años en una casa?”. Con la primera admitía que solo ella pudo causar la muerte de César y con la segunda rechazaba la hipótesis de que pudiese haberse encontrado a su hijo sin vida.

ASEGURABA NO RECORDAR LO SUCEDIDO. Sobre lo ocurrido el día de los hechos, en julio de 2008, Juanatey relató: “Le pedí el coche a mi pareja para hacer la compra. Le dejamos en el trabajo a las siete de la mañana y fuimos a desayunar. Después preparé el baño a César, fui a la cocina a limpiar los cacharros de la cena y no recuerdo más”. La siguiente imagen que aseguró tener era la de ella en el cuarto de baño con el cadáver de su hijo en brazos. Dijo estar con él así dos o tres horas.

Después metió el cuerpo en una maleta roja junto a los objetos personales del menor, dio vueltas con el coche y se deshizo de ella. “Ni sé dónde lo dejé”, afirmó tras haber dicho que el hallazgo no se produjo en el lugar donde había tirado el cuerpo. A preguntas del fiscal, aseguró que no sabía tampoco por qué reaccionó así: “Es que no sé lo que ocurrió”.

CONTINÚA EN PALMA SIN gozar de PERMISOS PENITENCIARIOS. Desde el gabinete de prensa de Instituciones Penitenciarias nos confirman que, pese a que ya se ha cumplido más de la cuarta parte de la condena (10 años de 5 necesarios para solicitar permisos), la reclusa sigue interna en el Centro Penitenciario de Palma de Mallorca, donde ingresó en 2012 y no se le ha concedido ningún permiso de salida, por lo que todavía está muy lejos de poder adquirir un hipotético tercer grado que le permitiese reintegrarse socialmente. Se desconocen las causas y desde Instituciones Penitenciarias no se nos ha proporcionado más información para “preservar la intimidad de la reclusa”.

SIN ABOGADO recONOCIDO hasta la fecha. El equipo de investigación de EL CORREO también se ha puesto en contacto con su antiguo abogado, Carlos Maceda, cuyo despacho, Maceda Abogados, se encuentra igualmente en la isla balear de Menorca. Este nos ha confirmado que, desde que Mónica Juanatey ingresó en la prisión en el año 2012, ya no mantiene ningún tipo de contacto con ella ni ha realizado más seguimiento, porque ya no figura como una de sus clientas.

Es por ello que, en caso de que se solicitase algún tipo de permiso penitenciario de salida, Mónica tendrá que comunicarlo ella misma, sin intermediación ni asesoramiento de ningún abogado. Por el momento, tampoco le ha sido preciso, ya que no se le han ofrecido permisos ni se ha contemplado la posibilidad de su salida temporal de prisión.

Más de 10 km en coche separan su casa del bosque en el que enterró la maleta
Pasó por parques, colegios y establecimientos a su salida de Mahón, luego todo fue campo yermo hasta la cala

Santiago. Año 2008. Mónica Juanatey vivía en el número 91 de la calle San Llorenç (San Lorenzo), situada en un céntrico barrio del municipio menorquín de Mahón (Islas Baleares), que cuenta con menos de 30.000 habitantes. Se trataba de una vivienda unifamiliar de edificación antigua y techo plano, al estilo de las típicas construcciones isleñas.

En esa casa fue donde tuvo lugar el terrible suceso en el año 2008. Tras ahogar al pequeño César Juanatey e introducir su cuerpo junto a otros objetos personales en la ya famosa maleta roja, Mónica se dispuso a abandonar su domicilio para dirigirse al monte de Binidalí, donde pensó en ocultarla, situado en la otra punta de esta pequeña isla, a 10 kilómetros de distancia. Tardaría entre unos 15 y 20 minutos en coche.

Atravesó todo lo que restaba de carretera para salir de su barrio y torció a la izquierda, abordando el Carrer de Sant Ciril, para girar de nuevo hacia la izquierda entrando en una calle más céntrica, el Carrer de l’Estrella que, a mano derecha, entronca con el Carrer de Sant Lluís Gonçaga.

PARQUE INFANTIL Y DIVERSOS ESTABLECIMIENTOS PÚBLICOS. Al final de esta calle, por la que necesariamente pasó Mónica para alejarse de su domicilio, se encuentra un parque infantil. Un tobogán y un balancín, entre otros juguetes de los que sin duda en numerosas ocasiones habría hecho uso la madre con el pequeño César, estuvieron a la vista de la mujer en su desplazamiento para enterrar el cuerpo. ¿Qué se le pasaría por la cabeza en esos tensos momentos?

Seguidamente, dejando ya atrás el parque, toda una retaíla de tiendas locales, farmacias, talleres, tapicerías, bares y restaurantes le esperarían a su paso por la avenida principal del pueblo, el Carrer de Sant Manuel, una de las calles más transitadas de Mahón y, en la que sin duda, debió cruzarse con numerosas personas a su paso.

CAMPO YERMO TRAS PASAR POR UN COLEGIO. Tras ese tránsito entre establecimientos públicos de diversa índole, tomaría el Camí Gràcia para llegar hasta la rotonda que da salida a la ciudad. Vía libre entre hectáreas y hectáreas de campo yermo se abrían ahora ante Mónica al encarar la carretera Ronda de Maó. Lo peor ya había pasado, solo le quedaban de camino algunas gasolineras y supermercados situados en los bordes de la vía. Nada de lo que preocuparse, si es que en algún momento tuvo miedo, remordimientos o alguna sensación parecida.

A un kilómetro y medio, la rotonda que encara la carretera Me-12, donde se sitúa el colegio La Salle Mahón, otra puesta a prueba de la psicología de la asesina. Un colegio con un amplio patio exterior de vistas a la carretera donde cada día decenas de niños juegan. Tras casi 4 kilómetros más de recorrido, le quedaban otros tantos para llegar a su destino.

Solo los 4,3 kilómetros de la carretera de Binidalí la separaban del lugar en donde enterraría la maleta. Grandes extensiones de campo con vegetación amarillenta por el sol a un lado y chalets de lujo a otro acompañaban a Mónica en su trayecto en coche hasta la cala menorquina.

NI SIQUIERA APAGÓ EL COCHE. Una vez allí, ni siquiera apagó el motor del coche, todo lo que hizo fue bajar y ocultar la maleta. En ese turístico, idílico y emblemático lugar de Menorca permanecieron los restos de César durante dos años hasta que, de forma fortuita, unas personas la encontraron durante las labores de desbroce de una finca rural.

Las iniciales C.J. que tenía bordadas estrecharon el cerco y las investigaciones policiales acabaron con la detención de Mónica el 23 de noviembre de 2010. Tras varios meses de gestiones, los abuelos del niño lograron que los restos de César fueran enterrados en Noia. Á.P.

¿Actualmente sería prisión permanente revisable?

··· Desde marzo de 2015 la máxima pena privativa de libertad en España es la prisión permanente revisable, que no estipula un máximo de años de prisión para el condenado. Se aplica en crímenes de lesa humanidad y por el asesinato de una persona menor de 16 años, así que Mónica Juanatey sería firme candidata a esta pena. Sin embargo, en 2008, la condena máxima era de 40 años.

¿Cómo es el centro penitenciario de Palma?

··· Se trata de una institución penitenciaria singular. En 2017 se acusó a este centro de supuestas negociaciones con droga entre reclusos y personal. Europa Press y ‘Mallorca Diario’ se hicieron eco de la noticia, dando voz a la directora de la prisión, María Jesús de Dios Corchero, que aseguró que denunciaría ante la Fiscalía al abogado Vicente Francisco Campaner, autor de las acusaciones.

··· En el centro se encuentran ingresados, mayoritariamente, hombres, y es que la población reclusa en Palma es de un total de 1.244 personas, de las cuáles solo 110 son mujeres y, una de ellas, es precisamente Mónica Juanatey. Por ello, pese a que la cárcel cuenta con un módulo mixto para favorecer la reinserción social, apenas se hace uso del mismo.

··· Según las actas de los Comités de Seguridad y Salud de los centros penitenciarios de Baleares, en el 2017 se registraron 37 incidentes regimentales en ellos, donde resultaron agredidos 60 funcionarios. En concreto, entre 2014 y 2016 se registraron 23 agresiones en centros penitenciarios de las Baleares, siendo el de Palma de Mallorca en el que se registró el mayor número: 17.

··· Tras el falso positivo por coronavirus de una reclusa interna en el módulo de mujeres, donde también está Mónica Juanatey, todo este apartado de la cárcel atravesó una cuarentena sanitaria obligada el pasado agosto. No hubo que lamentar más contagios.

2008

Se comete el crimen. Y no sería hasta 2010 cuando las fuerzas de seguridad de Mahón la detendrían por el presunto asesinato de manera violenta de su hijo. Durante 28 meses nadie echó en falta al pequeño César Juanatey.

2012

Juicio e ingreso en prisión. El 31 de octubre de 2012, casi dos años después de ser detenida, Mónica Juanatey fue condenada a 20 años de cárcel por el magistrado Eduardo Calderón, después de que el jurado popular la declarase culpable.

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