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el niño de 4 años murió ahogado

La acusación atribuye la muerte de Diego Novo a negligencias continuadas en colegio

En el banquillo de los acusados se han sentado los dos propietarios del centro escolar, el director técnico, el jefe de estudios, el coordinador de las actividades acuáticas, la monitora y el socorrista

    • 14 ene 2013 / 21:43
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    La vista oral del juicio por la muerte de Diego Novo, un niño de 4 años ahogado en una piscina del colegio Liceo La Paz de A Coruña en 2009, ha comenzado esta mañana sin que los imputados aclararan las causas del siniestro, que Fiscalía y acusación particular atribuyen a una negligencias continuadas.

    En el banquillo de los acusados se han sentado los dos propietarios del centro escolar, el director técnico, el jefe de estudios, el coordinador de las actividades acuáticas, la monitora y el socorrista que vigilaba a los alumnos en la clase de natación.

    La acusación particular pide para todos ellos 4 años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave al entender que se produjo una concatenación de fallos que terminó con la muerte del menor.

    La Fiscalía mantiene la petición de 4 años para la monitora y el socorrista, mientras que rebaja a 3 años la pena para el resto de acusados.

    La vista oral del juicio, instruido por el Juzgado de lo penal número 5 de A Coruña, se ha celebrado en la sede de la Audiencia provincial, habilitada especialmente
    para la causa ante la gran afluencia de público presente.

    Durante las últimas semanas, numerosos carteles han sido colgados por toda la ciudad recordando la tragedia que conmovió a la población.

    Durante su interrogatorio, el socorrista y la monitora que vigilaban la clase en la que se ahogó Diego Novo han sido incapaces de explicar lo que ocurrió ya que ninguno de los dos es consciente de haberle quitado al menor la burbuja de seguridad y desconoce cómo y cuando volvió a entrar en la piscina.

    El socorrista, J.P., se hizo cargo del grupo de menores -pese a no tener titulación como monitor- con el apoyo de otra monitora en sustitución de la responsable habitual de la clase del menor, ausentada ese día por motivos personales.

    La jornada, según han relatado ambos imputados, transcurrió conforme al protocolo marcado por el centro, según el cual los menores llegaban al vestuario conducidos por un profesor y tras cambiarse eran conducidos a la piscina, donde los recogía un monitor, que les colocaba una burbuja de seguridad antes de introducirlos en el agua.

    Diez minutos antes de la finalización de la clase, otra profesora de apoyo aseguró haber visto al niño sólo, sin chanclas, en los vestuarios, un hecho que ninguno de los imputados ha logrado explicar.

    "En el agua no quedaba nadie", ha asegurado la monitora.

    Lo cierto es que de alguna manera el menor volvió a la piscina donde fue localizado, ya sin vida, sin la burbuja de seguridad.

    En su escrito de acusación, la Fiscalía ha denunciado la "relajación de la seguridad" así como la falta de supervisión y control por parte de los responsables superiores: los dos propietarios del centro escolar, el director técnico y el coordinador de las actividades acuáticas.

    La acusación particular, que representa a los padres del menor -quienes han renunciado a la compensación económica-, han insistido en este argumento aludiendo a la falta de control de los menores -el protocolo de seguridad fue modificado tras el suceso-.

    Los propietarios se han acogido a su derecho a no declarar, mientras que el resto de responsables han asegurado cumplir la normativa vigente.

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