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VILLA Y CORTE

El audífono del Rey. José Ramón Ónega

    • 20 mar 2010 / 17:18
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    En el país se ha declarado la guerra. Todo el elenco político venía bruñendo las espadas pero desde que el Gobierno anunció la subida del IVA, se desempolva la espingarda del abuelo y se saca brillo a las armas heráldicas del salón. Cuando los políticos entran a saco en la economía la dejan irreconocible. El IVA ya no es una riña sino la guerra civil. Me pierdo escuchando los argumentos a favor y en contra. Uno no es economista pero no hace falta porque ni los especialistas de postín se ponen de acuerdo. Como los modistos, los políticos llenan la pasarela de colores candy, peinados rampantes, lunares de pega y lazos de blonda.

    O sea, que convierten el patio socio-económico en un violento registro. Los currantes no distinguen entre la tragedia griega y el cuento de terror. Se duda de si el impuesto conviene o no conviene, es gravoso o plácido, beneficia o jode el bolsillo. Es como vestir looks diferentes que rozan el esperpento. El dinero lo han gastado en chucherías y ahora no tienen para la cena. Esperanza Aguirre hizo escuela y ahora su "rebelión" hace estragos por doquier. Escuchando a Cristóbal Montoro dan ganas de pedir auxilio a Merkel, pero oyendo a la Salgado, necesario darle dos euros para el bocata. Los políticos no se besan porque no llegan pero se dan caña y tiran de faca.

    Así que el diálogo de este tiempo es el currante que te arregla la persiana, el grifo o la lavadora. "¿Quiere la factura con iva o sin iva?". Y los paganos hacemos equilibrios entre el deber ciudadano y el jodido bolsillo, entre la razón de Estado y la realidad social. Indro Montanelli no pedía a los políticos que no robaran; se conformaba con que no sólo robaran. Muchos andan disfrazados de servidores públicos que aspiran a perpetuarse. Los humoristas tienen la clave y la coña. Dibuja Máximo una mujer y un hombre hablando. Dice ella: "Subir el IVA es bueno, es malo y es regular". Contesta él: "Y otro tanto puede ocurrir si lo bajamos". Por eso el PNV y Coalición Canaria votaron sí a la subida en el Congreso y Ana Oramas, portavoz canaria, pedía perdón después por los pasillos. Algunos políticos, raza y virtuosismo, son así de estupefacientes y sinceros.

    Pero la dedicación política es una fiebre que no se cura. Tiene morbo la declaración de Monica Frassoni, que en el debate sobre los toros en el Parlamento catalán, comparó al torero con "el hombre que mata su mujer a patadas". Aquí sacamos la lengua a pasear y confirmamos que las palabras son dardos envenenados para exterminar al contrario. No sólo somos país de palmeros sino que llevamos dentro los lances de los pícaros del XVI. La política es picaresca. Sembramos el campo de alcahuetes, bujarrones, hijoputas, lazarillos, buscones y cojuelos. Quevedo y Vélez de Guevara harían su agosto. Además, ha vuelto del trullo Roldán, casado con una rusa, para justificar lo suyo.

    El asesinato del gendarme francés por ETA abrirá el futuro. La banda no sabe con quien se gasta los cuartos. A fuerza de amnistías, derechos humanos y árnicas a sus corifeos, se les ha olvidado que Francia, antes territorio comanche de refugio, es reino republicano donde ley y jueces son instrumentos férreos del Estado de Derecho. Si Sarkozy ha dicho que propondrá pena de treinta años para los asesinos, serán treinta y ni uno menos. No como aquí donde el matarife De Juana Chaos, con sueldo en Irlanda, paseaba por alrededores del hospital donostiarra, hacía el amor con la novia y los paparazzis retrataban su rictus amargo. Aquí, funcionan legalmente gestoras pro amnistía, se hace apología de dictaduras y se justifica que mueran en la cárcel los presos de conciencia. Los presos políticos serán la caída de Fidel y Rául, y la de ETA por haber asesinado a Jean S. Creen que Francia es España y que después de matar seguirán bailando salsa. Han perdido la razón que nunca tuvieron y están acabados.A todo esto, los rumores sitúan a la vice De la Vega, pitada en las fallas, a punto de hacer mutis por el foro. Jordi Sevilla, según José Blanco, se aburre y anda descubriendo secretos de colegas. Si se va María Teresa, el zapaterismo entrará en fase crítica, la política será garito orquestado de penumbra, el Parlamento perderá equilibrio, y Soraya tendrá que buscar nuevos muñecos de tiro al plato. Aburrida pero serena no aporta remedios, trabaja con lentitud de monje y da aire de reposo al Ejecutivo. Sin ella, comienza la nueva era. Echaremos de menos sus arrugas, cicatrices de la crueldad política, sus modelos de alta costura, sus pantalones sin piernas, sus rubios pelos sobre la frente, su demorado discurso. Su parsimonia en el ring. Pero está Blanco para opositar al puesto: es el futuro porque ya es el presente.

    Aído reclama que el feminismo sea materia "troncal" y los universitarios reciban estudios de género e igualdad. La prensa hostil tacha de ocurrencias estas manifestaciones pero yo creo que esta joven ministra a los que los malévolos llaman da-igual, no ha consultado la estadística. Hoy las aulas están pobladas por un contingente tan elevado de mujeres que hacen innecesarios troncos y géneros y acojonan a los machos. La mujer llega silenciosamente al poder no por las leyes de Aído sino por número y empuje. A mí me produce compasión Aído, que pasará a la historia por una palabra inocente- miembra-, y por una ley depedradora: el aborto. Los plomos se le fundieron cuando dijo que el feto era un ser vivo pero no un ser humano. En la Edad Media ya creían que algunas mujeres parían demonios o seres luciferinos, engendrados por el diablo. Aído actualizó la superstición.

    La basca, aguerrida y bullente, necesita expansiones. En Ferrol, han mandado a Franco y su caballo al almacén, tapado con una lona, pero sigue ahí. También a Akenaton le borraron y apareció su momia. Quiero decir que la Historia no se borra con gestos sino con mejoras. Además de los divorcios de toreros, artistas y otras gentes del cuché, salió el Rey en las noticias porque dio un traspiés en una tarima y se supo que usaba audífono. La explicación de la Zarzuela es insólita. El Rey lleva audífonos en los oídos, dijo Palacio, porque "en su momento se consideró que era necesario". No sé por qué al personal no se le dice toda la verdad. Don Juan Carlos lleva audífono como otros pueden llevar muletas o gafas para la presbicia porque se va haciendo mayor. A los reyes también les afectan los años, las canas, la vista cansada, la próstata jodida y el oído duro. A ver. Sólo los dioses son jóvenes y eternos.

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