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O Courel, un oasis en el uso tradicional de las plantas medicinales

María Moure realizó más de 200 entrevistas para recuperar conocimientos sobre plantas medicinales ·· Cinco libretas repletas de remedios rescatan un saber transmitido oralmente que se extingue con la despoblación del rural ·· Sus resultados se contrastarán en laboratorio

  • 18 ago 2007 / 23:10
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Entre abril de 2003 y abril de 2004 María Moure Oteyza, licenciada en Farmacia, se instaló en O Courel para llevar a cabo la primera parte de su tesis, centrada en el uso tradicional de plantas medicinales. Cinco libretas gruesas recopilan la información reunida en más de 200 entrevistas a sus vecinos en distintas aldeas de O Courel Alto, Baixo y las comarcas limítrofes, las tres áreas en las que repartió su estancia, costeada por la Diputación de Lugo

Su trabajo rescata un amplio saber amenazado por la despoblación del rural. "Desde entonces ya han muerto muchos de mis informantes. Al menos quince", señala María Moure como dato elocuente.

El uso de las plantas y sus distintas fórmulas sobrevive a través de la transmisión oral y constituye un patrimonio casi exclusivamente femenino. Las mujeres fueron sus principales informantes aunque, subraya Moure, los pocos casos en los que sus interlocutores fueron hombres resultaron especialmente provechosos puesto que guardaban conocimientos realmente ancestrales.

El trabajo de María Moure completa el iniciado entre 1989 y 1994, a través de siete visitas de ida y vuelta, por el salmantino Emilio Blanco Castro, El Caurel. Las plantas y sus habitantes, reconocido en 1995 con el Premio de Investigación de la Real Academia Galega das Ciencias. A diferencia de esta primera aproximación, instalarse como un vecino más, ser mujer como la mayoría de los informantes y compartir el gallego como lengua de comunicación son factores que contribuyeron en la consecución de unos resultados mucho más amplios y exhaustivos.

Más de cien remedios curativas recopiló Moure a lo largo de ese año en O Courel. Y no sólo sobre plantas. De sus informantes courelanos supo que la sopa de carne de culebra se utilizó como reconstituyente tras largos periodos de convalecencia, que la piel mudada de las serpientes se aplicaba sobre las heridas para acelerar la cicatrización o que la gentiana o xanzá en exceso puede provocar anemia, porque "come moito sangue".

Ahora, completará su tesis en el sur de Portugal, en un terreno contrapuesto y en un sistema universitario donde las facultades de Farmacia cuentan con departamentos especializados en Etnobotánica. Otro paso será el estudio en laboratorio de los principios activos de las plantas recogidas en O Courel.

LOS DATOS

InvestigadoraMaría Moure optó por vender la farmacia de su padre en Carballo y que como licenciada le correspondía, para costear futuras fases de su investigación.

ApoyoAgradece el apoyo del profesor Blanco Castro, precursor de su estudio, y del catedrático de Producción Vegetal Antonio Rigueiro. Al mismo nivel, Moure señala a los habitantes de O Courel que participaron en su proyecto de investigación.

Una másMoure cifra el éxito de su trabajo en haberse introducido como "una más" en O Courel. De hecho, en ese año conoció a su marido, Álvaro. Entre sus proyectos, un diccionario de courelán-gallego. Covacha (nuca), soá (médula), o sentallor (asiento) son algunos de los términos que quiere preservar .

ALGUNAS APLICACIONES

Fiebre, adelgazante y analgésico dental

La Gentiana lutea, subespecie aurantiaca, o xanzá, se utilizó como cicatrizante, antitérmico y analgésico para el dolor de muelas. Los courelanos también descubrieron en ella propiedades adelgazantes.

Contra las lombrices de cerdos y perros

Los courelanos extendieron sus conocimientos medicinales al campo veterinario. Las semillas de calabaza, mezcladas con su alimento, prevenían las lombrices en el ganado porcino y los perros de la casa.

Refrescar el aliento y limpiar los dientes

Según pudo saber Moure, las hojas de salvia (xarxa) fresca se utilizaban en O Courel como dentífrico. En tiempos pasados, sus hojas se mascaban para mantener la boca limpia y prevenir problemas dentales.

Esporas que secan granos y quemaduras

Para problemas de la piel como granos, quemaduras o pequeñas heridas se utilizaban las esporas que libera el hongo Lycoperdom o pedo de lobo cuando es presionado. En O Courel se le conoce como fungato.

"Trampa" para las abejas y desinfectante

Los courelanos dieron otros usos a las plantas además de los curativos. Con melisa, o herba abilleira, se frotaban las paredes de los panales con un doble objetivo: desinfectar y prevenir el moho y atraer a los enjambres.

Masaje de tomate para suavizar durezas

De la huerta se extraía el remedio para los callos y las durezas de los pies. Según recopiló María Moure en distintas entrevistas, con un trozo de tomate se frotaba la zona afectada para suavizarla y evitar el dolor.

Para activar el deseo sexual masculino

El doctor Blanco Castro la descubrió como viagra de O Courel. También a María Moure le relataron las propiedades de la infusión de Linaria, o herba caralleira, para activar la potencia sexual del hombre.

Cataplasma de miel para articulaciones

Los habitantes de O Courel descubrieron en el uso tópico de la miel efectos antiinflamatorios y analgésicos. Como pomada o cataplasma se aplicaba, por ejemplo, sobre las articulaciones hinchadas .

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