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Delirio en Sar con un Obradoiro que pasó de moribundo a rey de la fiesta

El Blu:sens Monbus reaccionó tras un primer tiempo nefasto en ataque y anuló al Breogán alentado por su público

  • 26 feb 2011 / 01:46
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Obradoiro 80
 
Breogán 67
 
Blu:sens Monbus: Andrés Rodríguez (4), Bulfoni (17), Washington (10), Oriol Junyent (10) y Kendall (9) -cinco inicial- Hopkins (9), Nguema (6), Feliu (1) y Ruffin (8) .

Leche Río Breogán: Mokongo (7), Betinho (7), Feldeine (12), Brown (15), Arteaga (5) -cinco inicial- Vallmajó, Forcada (6), Amador (4) y Hicks (11).

Parciales: 11-17, 13-18, 26-19 y 30-13.

Árbitros: Jose Pla y Daniel Pazos.

Cancha: Multiusos Fontes do Sar con cerca de 5.000 aficionados.

Ganó el Blu:sens Monbus en un derbi jugado a doble cara ante el Breogán. Ganó el Obra su primer partido tras perder la condición de líder de la LEB Oro y demostró que de la mano de su público, desde la defensa como reza su libro de ruta de cara a la ACB, puede resurgir y levantarse sea cuáles sean los obstáculos y las piedras en el camino.

Nervios, precipitación y ánimos muy exaltados. Afición y jugadores se contagiaron del ambiente de tensión del derbi desde el primer minuto y sobre la cancha quien supo moverse mejor sobre ese terreno fue el conjunto lucense. Brown, que acompañó cada canasta con un gesto de exaltación a su público, superó hasta cinco veces la oposición de su par Levon Kendall -anotó 11 de los 17 puntos de su equipo en el primer cuarto- y a esa vía de agua del Obra se aferró el Breo para conseguir las primeras ventajas en el electrónico.

Sólo de la mano de Oriol, que supo devolver la misma dureza en sus acciones de ataque que la que recibía en la férrea defensa rival, atisbó algo de luz el cuadro local para no perder el ritmo anotador de los visitantes (11-17, min. 20).

Errático en sus pases, sin claridad de ideas en ataque, nulo de intensidad a la hora de cerrar el rebote defensivo y negado en el lanzamiento exterior y desde el tiro libre (1/5 en triples y 5/12 en tiros libres), el Blu:sens Monbus encontró cierto remedio a sus males mediante el juego interior. Hopkins, inmenso en el segundo cuarto, Oriol y Feliu se empacharon de balón para intentar frenar la sangría anotadora del Leche Río que llegó a ser de 14 puntos (15-29, min. 15) a lo largo del cuarto.

 

CARGADO DE DEBERES Pero con demasiados deberes por hacer afrontó el Obradoiro el tiempo de descanso. Le faltaba aún cemento -como le gusta decir a Pau Gasol-, al baloncesto del anfitrión y esa consistencia es la que reclamó el técnico Moncho Fernández a sus hombres en el vestuario (24-35, min. 20).

Kendall fue el primer en traducir el mensaje en puntos. Dos buenas acciones ofensivas del canadiense y un robo de balón con garra del Tuky encendieron la mecha del público de Sar que rugió para devolver la fe en la reacción a los suyos (36-41, min. 26). Entre tanto, la cuarta falta de Mukongo daba aire a la defensa local, más entonada que en la primera parte.

Un increíble y para incluir en la leyenda de Sar alley-hop entre Andrés y Washington sirvió de nuevo chispazo cuando la continua señalización de personales por parte de los colegiados pareció frenar la euforia y el derbi entró en su fase más trepidante liderado por el capitán, el incombustible Bulfoni, ya reconciliado con el aro (50-54, min. 30).

Hopkins firmó el empate al inicio del cuarto decisivo y Nguema, contagiado por el espíritu batallador que volvió a surgir en el Blu:sens Monbus logró con un triple la primera ventaja (60-58, min, 33) mientras el Breo sacaba de nuevo a la cancha a su base titular para recuperar el dominio de la situación.

A partir de ahí ya el delirio. El conjunto lucense se empeñeció ante el ensordecedor ánimo de la afición local y aquellos jugadores antes apagados en ataque, como Corbacho o Ruffin (en su mejor noche anotadora) reaparecieron para poner la puntilla a un rival que volvió a exhibir su imagen más inconsistente.

LA CIFRA

24

puntos. Con esa paupérrima cifra cerró el Obradoiro los primeros veinte minutos de partido, la peor de toda la temporada. Negado en el lanzamiento exterior y los tiros libres, supo mantener la fe y la recuperación llegó tras al descanso hasta poder firmar 56 puntos en la reanudación.

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