"Era un hombre entrañable que congeniaba con los jóvenes"

Ubaldo Rueda solo tiene buenas palabras para hablar de la relación del filósofo con el instituto que dirigía. Destaca de Aranguren su facilidad para tratar con los estudiantes: "Era un hombre muy entrañable que, además, pese a su avanzada edad, congeniaba muy bien con los jóvenes". Más allá de su visita en 1987, el pensador volvió al instituto un año después. En esa ocasión lo hizo para participar en la semana de la filosofía del centro, que aquel año se centraba en laÉtica y Libertady en la que el invitado ofreció una ponencia tituladaA liberdade e a moral.El centro aprovechó la presencia de Aranguren para organizar una mesa redonda con los demás invitados, en la que se debatió sobre la obra del mismo, para deleite de los alumnos asistentes.