Estudió en Santiago la científica más talentosa de Holanda

Marta Pita Vidal siempre destacó por su rendimiento académico. Empezó secundaria en el IES Pontepedriña, para después cursar el Bachillerato Internacinal en el IES Rosalía de Castro, donde ganó sus primeras Olimpiadas de Química y Física. Ahora acaba de ser galardonada por la Real Sociedad de Ciencias y Humanidades de los Países Bajos con el premio Jong Talent Prijz-Youn Talent Award 2019 por sus labores en el Grupo de Investigación Qutech de Física Cuántica, en la Universidad de Tecnología de Delft.

De su etapa escolar, su padre, Ricardo Pita, asegura que siempre fue una estudiante que destacaba por su empeño y perseverancia. Desde muy joven tuvo claro que lo suyo era la ciencia, aunque nada le hacía pensar que, a sus 25 años, acabaría siendo considerada una de las mayores promesas de la Física Cuántica a nivel internacional.

Tras salir de Santiago, se dirigió a Barcelona, donde estudió un doble grado de Mateméticas e Ingeniería Física en la Universidad Politécnica de Cataluña. Sus méritos en este centro le permitieron viajar a Estados Unidos para desarrollar su proyecto de final de grado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Una vez más, la gallega no pasó desapercibida y con la carrera terminada, optó por quedarse un año más en el prestigioso centro estadounidense, donde tomó contacto con la Cuántica. Su intención de dedicarse a la investigación, algo que, según su padre, siempre tuvo claro, la llevó a Delft, a una de las universidades de mayor prestigio en la materia.

Con este último premio, Pita acumula ya tres reconocimientos por parte de las autoridades holandesas, que no dejan de celebrar sus logros. Pese a la incipiente fama que la joven está alcanzando, su familia destaca su modestia. Una modestia "de verdad", según aseguran, y que hace que, "más allá de la alegría que supone que reconozcan su trabajo", Marta se tome los premios como una anécdota más de su trabajo.

En el Instituto que la vio crecer intelectualmente, el Rosalía de Castro, los profesores que coincidieron con ella ya esperaban este reconocimiento. Ubaldo Rueda, director durante casi cuarenta años del centro, la define como una de las cinco alumnas más brillantes que tuvo el placer de conocer durante su etapa docente. Cuenta que siempre dejó ver sus habilidades y que, más allá de su sacrificio en el estudio, era una alumna dotada de una inteligencia que le permitía conciliar una gran cantidad de actividades escolares con las puramente académicas. Es el caso del premio literario San Clemente-Rosalía-Abanca que cada año organiza el centro y que Pita presentó en varias ocasiones.

El exdirector del centro ya ha tenido la oportunidad de felicitarla por su nueva hazaña, ya que mantiene una relación próxima con su exalumna. Asegura que el premio no le cogió por sorpresa, ya que "después de graduarse como la mejor alumna tanto en el Instituto como en la Universidad, todo hacía pensar que en Holanda iba a volver a destacar".