Falleció Jaime Rey de Roa, exconselleiro con Albor y naturalista gallego

Las complicaciones de una larga enfermedad se han llevado a Jaime Rey de Roa (Arzúa, 1942; Santiago, 2016), conselleiro de Agricultura en los primeros años de la autonomía y gran abanderado del naturalismo. Casado con Mari Carmen Gómez-Serranillos y padre de Isabel, Belén y Jaime, será incinerado en la intimidad familiar. La capilla ardiente está instalada en el compostelano tanatorio de Boisaca.

Estuvo en el Gobierno de Fernández Albor entre 1982 y 1984. Intentó modernizar el sector agrario, chocó con los intereses de poderosos lobbys, se mantuvo firme en sus principios y salió de la Xunta con la cabeza alta.

Presidió la junta rectora del parque natural de las dunas de Corrubedo, que convirtió en el más visitado de Galicia, además de impulsar la inversión de las ayudas europeas en proyectos de desarrollo de las parroquias del parque.

Amigo y colaborador de Félix Rodríguez de la Fuente, a quien trajo a Galicia para filmar su primer trabajo, fue secretario gallego de Adena/WWF. Defensor a ultranza de las razas autóctonas, también presidió la Asociación Nacional Frisona.

En EL CORREO, de cuyo club de Gallegos del Año formó parte desde hace una década, lideró durante cien meses, desde el año 1995, el cuaderno Ozono, decano de los suplementos medioambientales de la prensa española. Con el biólogo y activista Manoel Santos, lo convirtió en el templo libre del ecologismo, del crecimiento sostenible y de la conservación de los recursos naturales.

Rey de Roa se distinguió siempre por su insobornable independencia de criterio y por su capacidad visionaria para promover leyes importantes: la de caza, la de espacios naturales protegidos, la de conservación de recursos cinegéticos y la de montes vecinales en mano común. La Xunta reconoció sus servicios a Galicia con el Premio de Medio Ambiente e Conservación da Natureza. También recibió el Premio Bandera Europea del Medio Ambiente.