Isabel Cantó Lozano: “Toda empresa sin control de jornada se arriesga a multas de hasta 6.250 €”

¿Inventamos la pólvora con el control horario de la jornada?

El decreto ley aprobado este 8 de marzo aporta detalles, pero no es nada novedoso. El registro de la jornada para el control de las horas extraordinarias está desde el Estatuto de los Trabajadores de 1980, y en textos refundidos posteriores. Siempre incluido.

¿Y por qué el actual furor?

En 2015 hubo una sentencia de la Audiencia Nacional, en concreto contra Bankia, que obligaba a todo el mundo a registrar la jornada. Empieza a haber unas inspecciones de Trabajo y unas multas tremendas, y entonces la gente empieza a poner controles de horarios como locos.

¿Pero por qué se legisla ahora?

Ese fallo se recurre en el Tribunal Supremo y, en 2017, éste lo confirma, pero indica que ellos no pueden obligar a una empresa a poner un sistema, que eso lo debe regular el legislador. El Gobierno en aquel momento lo intentó, pero no hubo acuerdo entre patronal y sindicatos. Al final lo sacó como decreto ley el actual Ejecutivo.

¿No se vigilaba antes?

Estamos en un país que de no haber una sanción detrás, se intentan saltar ciertas normas. Existía ese artículo, el 35.5 del Estatuto de los Trabajadores, pero como no se perseguía, no había multas, pues como si no existiese.

¿Quién se beneficiaba?

Tanto a las empresas, porque el trabajador hacía horas extra, en muchos casos no pagadas y en los que sí sin cotizar a la Seguridad Social, pero no debemos demonizarlas. A los empleados también, a los que las cobran, claro, que al percibirlas en un sobre se llevaban, sin descuentos, el 100 %. Se juntaban el hambre y las ganas de comer, y por eso estaba el tema en stand by: ninguna de las partes se esforzaba porque se cumpliese.

¿Qué novedades se aprecian en el actual decreto?

Establece puntualizaciones, como que hay que registrar la jornada de todos los trabajadores, cuando antes era solo de los que realizaban horas extraordinarias. Aporta la ley que esos datos deben guardarse cuatro años, en los que tienen que estar disponibles para el trabajador, representantes sindicales, inspectores de trabajo... es una manera de poder hacer seguimientos a varios años vista.

¿A qué empresas obliga?

A todas, de uno a infinitos empleados. En la ley laboral española los contratos a tiempo completo sí pueden hacer horas extraordinarias, pero los a tiempo parcial, no. Como van a controlar las extras los segundos no tendrían por qué, pero al haber mucho abuso por los empresarios, contratos parciales de cuatro horas se convierte bajo cuerda en uno a tiempo completo, de ocho, pero sin cotizar. Eso se quiere perseguir, y lo van a tener que utilizar todas las empresas.

¿Cuando entra en vigor?

A partir del 12 de mayo, o 13, que es lunes, ya se sabe que en el BOE salen a veces unas fechas muy raras. Tenemos clientes que ya nos están pidiendo tenerlo para esa fecha, porque ese día podría ir una inspección y, si no lo tienen funcionando, empezar a multar.

¿Sanciones por cuánto?

Se considera falta grave, con saciones que pueden ser de un máximo de 6.250 euros. Aquí se abre otro debate, porque esa cifra hará daño a una pequeña empresa, pero no a una grande, que se puede permitir pasar porque, si le pillan, no será nada. El régimen sancionador ha quedado un poco cojo, porque no está baremado en función del tamaño de la empresa.

Démosle la vuelta. ¿Qué beneficios aportará este sistema?

El Gobierno saca este decreto enfocado a su interés, que es elevar la recaudación por las horas extra. Pero lo que el empresario logrará es controlar el absentismo en el puesto de trabajo. Muchas veces, también en administraciones públicas, apenas se hace. Recordarás la noticia de aquel funcionario que llevaba ocho años sin ir al trabajo. Para mi el sector privado debe implantarlo porque va en su bolsillo, y el público en un ejercicio de transparencia, que el ciudadano vea que lo que paga se controla y hace.

¿Que coste supone ese absentismo para el empresario?

Uno indirecto, el dinero que está pagando por gente que no hace nada, y otro directo, pues hay personas que tras faltar a su puesto, recuperan el tiempo con horas extra. Eso va a poder ser controlado. El sistema aporta mucha más información, que podrá utilizar para gestionar mejor su mano de obra y elevar su productividad. Es como un software de contabilidad. Se va a ser consciente, en tiempo real, de lo que está pasando en la empresa. También se puede ver la calidad del trabajo según los trabajos que se encarguen, se puede medir productividad de las personas ante labores similares.

¿Y no habrá picaresca?

Llevamos 30 años y cada vez que sale una trampa, buscamos la manera de solventarla. Cada vez que sale una casuística diferente, horarios flexibles, conciliación, gente que trabaja en la calle buscamos soluciones y nos adaptamos.

¿Mide el Estado ese 'escaqueo'?

Faltan datos oficiales que midan el absentismo no justificado. Hay datos de centrales y empresarios, los que les interesan a cada uno. Los nuestros se basan en nuestra experiencia, en nuestro trabajo.

¿Cuántas horas extraordinarias acaban siendo un fraude?

Los sindicatos hablan de seis millones de horas extra a la semana y la mitad, dicen, son no pagadas al trabajador. Aunque yo te diría que muchas son pagadas y no declaradas. Serían 144 millones de horas al año que se escapan, al coste medio por hora de trabajo 3.067 millones, de las que el 28,3 % debería ir a cotizaciones, 868 millones. Pero mi experiencia me dice que eso es solo la punta del iceberg.

¿De cuánto hablamos?

Si cuentas a los trabajadores a media jornada que la hacen completa bajo cuerda, empleados que superan 400 horas extra cuando el límite legal son 80 al año, y otras casuísticas, poniendo por lo bajo dos horas extra por afiliado podríamos estar hablando de más de 34.000 millones. Hay otros informes que corroboran cifras similares.

¡Eso es el doble del agujero que tenemos en la Seguridad Social!

Claro, ahí vemos la magnitud de la cuestión. Tenemos ahora mismo un problema para mantener el sistema de pensiones, y se nos están yendo dos euros al día, diez a la semana, 40 euros al mes o 480 euros al año por ocupado. Si tu acabas con un tema del absentismo, primero, las empresas serían más competitivas, más productivas, y podrías contratar más gente.

¿Y cómo hacerle frente?

La ley no sirve de nada si no va acompañada por inspecciones. El Gobierno de turno debe poner los recursos para que haya más inspectores y tengan más medios. Y se debe hacer un seguimiento.