Javier Montenegro García: “Investigamos cómo se puede abrir la puerta de las células”

¿Qué supuso para usted conseguir una Starting Grant, de 1,5 millones de euros, del Consejo Científico Europeo?
Te cambia la vida. Es pasar de cero a 100 en cuatro segundos. Una aceleración muy fuerte para tu carrera, porque estando acostumbrado a gestionar pocos recursos, de pronto de te ves gestionando un montón de dinero. Conseguir una oportunidad para demostrar lo que vales es lo que todos los investigadores sueñan.

Usted se formó en Cambridge, en el Scrips Institute de California y en la Swiss National Foundation, donde pasó tres años. ¿Qué destacaría de esas estancias ?
Para mí, todas, absolutamente todas, fueron muy enriquecedoras en lo profesional y en lo personal. Ver toda esa gente diferente, aprender de ella, hacer cosas diferentes, el contacto con otras culturas, todo eso es muy enriquecedor. Cambridge, o el Scrips o la Swiss Foundation son sitios muy cosmopolitas, con gente de todo el mundo, en las que la comunidad universitaria es abierta. Sentí que iba avanzando. Fue una gran oportunidad en mi vida estar en esos sitios.

¿Qué sensaciones genera investigar al límite del conocimiento?
Es mi leitmotiv. La mejor sensación es trabajar en ideas un poco descabelladas que poco a poco van saliendo adelante. El momento del descubrimiento es algo sublime. Cuando el control te confirma que ese dato que tu buscabas está bien es un momento especial, pero dura un momento, es muy perecedero. A partir de ahí, la única recompensa que tienes es que el horizonte se abre y a otra cosa.

¿Abrir las puertas de las células a moléculas forasteras es una hospitalidad alcanzable?
Lo que estaría bien es que las células le abriesen las puertas sólo a un tipo de moléculas y se las cerrasen a las otras. Necesitamos que la hospitalidad sea selectiva, Esto es muy importante.

¿Eso permitiría modificar su funcionamiento con principios activos y realizar diagnósticos?
Digamos que para poder ejercer una función biológica debes entrar en la célula, ser capaz de atravesar su barrera (su membrana), cruzarla y entrar. Y ya dentro de ella, realizar cosas, como ser capaz de realizar una función y poder aplicarla, desde el punto de vista terapéutico, para corregir un problema y, además, para marcar el problema. Por ejemplo, un tumor o unas células que funcionen de una forma no correcta, si eres capaz de marcarlas, diagnosticas.

¿Eso va a revolucionar la manera de hacer los diagnósticos?
Incluso la manera de operar. Si tu eres capaz de marcar el tumor con un color para que el cirujano lo vea, él sabe lo que tiene que cortar. Que la química biológica haga nuevas moléculas para diagnosticar es una herramienta muy poderosa. Te puede ayudar no sólo a descubrir problemas subyacentes, que de otra forma no podrías, sino a hacerlo más rápido. Los diagnósticos, cuanto más rápidos, mejor. No sólo porque quita la duda a la persona diagnosticada, también porque permite tratarla antes.

¿Eso se verá muy pronto?
Las investigaciones en química biológica suelen llevar su tiempo. Los procesos en una célula, no ya en un organismo vivo, necesitan su tiempo y sus controles. Es muy complejo. Y cuando vas a un organismo vivo, a un tejido, ahí tienes que hacer miles de pruebas, miles de controles... No es fácil darle a una persona un tratamiento nuevo. Es normal.

¿Esas investigaciones supondrían una revolución en medicina y farmacología?
Aunque el avance hoy en día requiere de técnicas y conocimiento multidisciplinares, hay que focalizar en problemas concretos. Lo que nosotros intentamos es facilitar la selección del tejido, del orgánulo y del transporte. Si nosotros avanzamos en este pequeño pero enorme compartimento, eso luego lo utilizan otros. Un farmacólogo dice: tomemos el vehículo que ha desarrollado ese señor, le ponemos nuestro fármaco y vemos si mejora su distribución, O podemos disminuir la dosis y evitar los efectos secundarios

¿Qué hacen los péptidos?
Las proteínas son cadenas muy larga de aminoácidos unidos unos con otros. Un polipéptido muy largo es una proteína. Un oligopéptido o un péptido pequeño es una secuencia de aminoácidos corta. Se descubrió que había péptidos pequeños capaces de ser internalizados en las células y que en muchos casos eran responsables del transporte de proteínas y de interacciones de proteínas con otras proteínas. Tratamos de entender por qué esos péptidos naturales entran en las células y cómo entran para poder mejorarlos.

En la lucha contra los cánceres esto sería un paso importante?
Hay mucha gente buscando terapias alternativas y es fundamental que esto continúe. Debemos ser cautos, el cáncer es un problema muy complejo; cada cáncer es de su padre y de su madre. Pero, a la vez, optimistas y comprometidos con que nuestro trabajo repercuta en la sociedad.