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SOCIEDAD GITANA

La ley gitana: una norma que impera sobre 20.000 gallegos

Los consejos de ancianos resuelven los conflictos entre las familias desde 1471 // Cada núcleo urbano cuenta con su consejo: sus decisiones pueden ser revisadas por un órgano autonómico // Si interviene esta justicia calé, los afectados ya no recurren a los juzgados

    • 10 abr 2016 / 21:42
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    Muestra el pueblo gitano un respeto reverencial por sus niños y mayores. Esta cultura milenaria cuenta con una gran riqueza de música, ritos y tradiciones. Sin embargo, sus formas de resolver sus propios problemas todavía pueden sorprender al resto de la sociedad. A raíz de los últimos conflictos entre familias gitanas, como la reyerta que acabó con la muerte de Jesús Rivero Conchado en Ferrol, vuelve a salir a la luz el papel de los consejos de ancianos. Porque los 20.000 gitanos que residen en Galicia se someten a su propia ley: la ley o justicia gitana, implantada en España desde que ellos llegaron en 1471. Un sistema en el que los más veteranos toman las decisiones para poner fin a los conflictos, “hacen de mediadores y evitan males mayores”.

    Así ha ocurrido en los últimos enfrentamientos de Ferrol o Santiago, “esos consejos evitaron que los afectados se tomasen la venganza por su mano, preferimos que se desplacen las familias a que se desate una tragedia”.

    Cada núcleo urbano de Galicia cuenta con su propio consejo de ancianos. Pero sus decisiones también pueden ser recurridas ante un órgano supramunicipal, una especie de consejo autonómico. ¿Cómo funcionan? “Cuando ocurre un conflicto, una discusión entre familias, una de las partes contacta con la Sociedad Gitana en Galicia (una especie de federación de las agrupaciones de esta etnia en toda la comunidad)”, explica su presidente, Sinaí Giménez. Los afectados denuncian los hechos padecidos y entonces interviene el consejo de ancianos local: “Cada gran núcleo con población de etnia gitana cuenta con un consejo: Ferrol, A Coruña, Santiago, Pontevedra, Vigo... también se conocen como patriarcas”. Si es necesario, estos líderes veteranos se desplazan a otros municipios, “pero siempre tiene que haber una denuncia para que este órgano intervenga”.

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