Necesitamos el AVE
QUE los bancos tenían (y tienen) su caladero en Galicia no es un invento de los del BNG, ni de los galleguistas, ni de nadie, sino la puñetera realidad. Aquí los banqueros, desde presidentes a directores generales de las distintas áreas, no acudían a otra cosa que no fuese forrarse intestinalmente con los productos del mar y de la tierra, lo que va del marisco al lacón con grelos, y a llevarse el dinero ahorrado por marineros y emigrantes para después poder desarrollar con él otros espacios geográficos peninsulares mejor dotados de comunicaciones que el nuestro.
Si uno observa los documentos gráficos correspondientes verá que el trazado de nuestras comunicaciones con la meseta permanece prácticamente inalterable desde el siglo XV. Siempre que se hablaba de ello se reducía todo a hacer una somera referencia a nuestra orografía como justificación de la persistencia en la falta de la mejora de los trazados existentes. No fuimos pocos los que nos los creímos. Algunos tuvimos que entrar en Italia conduciendo un coche por las autopistas piamontesas hechas en tiempos de Mussolini para caer de la burra y comprender que también eran posibles en Galicia. Conste que también tuvimos genios propios que a la que une Vigo con Coruña le llamaron La Navajada y se opusieron a ella. El desarrollo que provocó esa navajada en nuestro territorio costero está ahí para quien recuerde la realidad de hace cuarenta años y quiera compararla con la actual.
Ahora nos niegan el AVE por boca de Albert Rivera y de su gurú económico el dicharachero y coloquial Luís Garicano de la misma manera que lo han venido haciendo el resto de los partidos catalanes. ¿No les bastará con seguir ordeñando las arcas del Estado como pudiera hacerlo una puta insatisfecha con un amante maltratado? Lo curioso es la prepotente desvergüenza de estos dos genios cuando con total desparpajo anuncian su concurrencia a los procesos electorales que se avecinan en Galicia a la vez que su oposición al derecho y a la necesidad de que el trazado del AVE sea concluido y llegue a nuestra tierra.
Podemos deducir, sin temor a equivocarnos, que quienes concurran en sus listas serán candidatos que apoyen todas las líneas programáticas de este partido, auto proclamado Ciudadanos como si el resto de los concurrentes no dispusiesen con iguales merecimientos y derechos de la condición de tales. No seré yo quien los vote, ni quien anime a nadie a hacerlo. Más bien intentaré disuadir a quien piense hacer tal cosa. Galicia necesita el AVE y quizá el Estado no deba invertir un euro más en un territorio que habla de independencia pero sin decir ni pío de la posibilidad de devolver parte de las inversiones que el con el dinero de todos los ciudadanos, esta vez sí vale el término, se hicieron en Cataluña. El nuestro significadamente en tan importante cifra.
Escritor. Premio Nadal
y Nacional de Literatura