"Só pagan a pena as metas que se acadan polo camiño correcto"

Los galardonados en la vigésimo octava edición de la Gala Gallegos del Año representan a la perfección el compromiso de quienes, con su esfuerzo y lucha constantes, han contribuido significativamente a consolidar la Galicia innovadora y de progreso actual. Y todo ello siguiendo el camino correcto, ya que tal y como recordó ayer el abogado y exconselleiro de Xustiza Xesús Palmou, "só pagan a pena e só son lexítimas as metas que se acadan" por este camino.

En este sentido, antes de agradecer la ayuda de sus colaboradores, compañeros, amigos y familiares, Palmou confesó que esta distinción "ven a agrandar a honra que sempre sentín de poder servir a Galicia, ós galegos e ás galegas, co meu máis leal saber e entender, durante un dilatado período da miña vida".

El magistrado de Vigilancia Penitenciaria José Luis Castro de Antonio, comentó lo orgulloso que se siente por haber recibido este reconocimiento y de pertenecer a una tierra con dos lenguas y dos culturas. "Galicia es una tierra inmensa", manifestó antes de dedicar unas cariñosas palabras a sus familiares.

El jurista Enrique Santín Díaz, en nombre del Consello da Orde da Vieira, quiso agradecer la distinción recibida, añadiendo que la "aceptamos con orgullo, satisfacción y profundo sentido de la responsabilidad para perseverar en los ideales de galleguidad, rectitud, honestidad y espíritu de solidaridad que siempre hemos defendido". Además, quiso hacer extensivo su premio a toda la plantilla y personal del Grupo Correo Gallego que, "con rigor, profesionalidad, objetividad e independencia" hace posible todos los días el milagro de informar sobre los acontecimientos más relevantes".

En esta misma línea se pronunció el matemático Juan José Nieto Roig, que reconoció que este galardón le llena de alegría, "muy especialmente al ser en la ciudad donde vivo y han nacido mis hijos". "Es un orgullo acompañar a tan ilustres y distinguidas personalidades", afirmó justo antes de defender que "se puede ser gallego habiendo nacido en Madrid o vivido en otros países".

Por su parte, el científico Carlos García Riestra, "pontevedrés de nacimiento y santiagués de adopción", tal y como recordó, quiso agradecer la decisión del Grupo Correo Gallego, "una empresa de comunicación a la que Santiago debe estar muy agradecida". Asimismo, se mostró orgulloso de pertenecer a la Universidade de Santiago y feliz de trabajar en el Hospital Clínico.

La que también quiso compartir su premio fue la psicóloga Amalia Campo, que se emocionó al recordar la labor del proyecto Son Capaces, del que forma parte. "Todos mis compañeros son los verdaderos premiados". Además, después de agradecer el reconocimiento, le dedicó unas cariñosas palabras al entusiasmo y determinación de Amador de Castro, pionero hace ya 18 años del proyecto en el que participa.

Otro de los galardonados en esta vigésimo octava edición fue el dermatólogo Hugo Vázquez Veiga, quien relató que en Santiago alcanzó lo que deseaba desde la infancia: ser médico. "Lo hice en la Facultad de Medicina y con las enseñanzas de un profesorado que ha marcado mi ejercicio profesional y humano".

La química Carme Pampín, por su parte, hizo extensivo su galardón a dos organizaciones que lidera: GalChimia y Bioga. Además, recordó también a sus compañeros, ya que "na miña andadura profesional nunca estiven soa e contei con compañeiros de viaxe excepcionais, tanto pola súa valía profesional como pola súa calidade humana". Para terminar, dedicó el premio a la persona que es "o 50 % de todos os proxectos nos que me embarco", su compañero de tesis, cofundador de GalChimia, marido y compañero de vida, Jacobo Cruces.