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EL DÍA DESPUÉS

Perfecto/a

    • 25 abr 2016 / 21:32
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    Fue el partido perfecto para una jornada perfecta. Partido perfecto, octava victoria, y jornada perfecta al quedar fuera del descenso porque Estudiantes perdió, al igual que Guipúzcoa y Manresa, que siempre viene bien a estas alturas. Para ganar el Obra tuvo que poner en la pista de Sar las tres patas que son necesarias para la victoria, la cuarta la puso el público que estuvo incomensurable antes, durante y después. El ambiente generado desde el recibimiento a la llegada de los jugadores a Sar y en los prolegómenos del encuentro les ayudó de tal manera que apenas tuvieron momentos de flaqueza y siempre se sintieron apoyados por los decibelios de ánimo que desde la grada recibían. Cuando el jugador se siente alicaído por un error en el pase o un fallo en el tiro el aplauso tienen un gran valor para la recuperación mental.

    Las otras tres patas las puso el equipo. La primera fue la de la intensidad defensiva que no permitió que jugadores como Campazzo o Cabezas pudiesen jugar y dirigir a sus compañeros con fluidez. El Murcia no pudo jugar ni tirar con comodidad por culpa de la buena defensa obradoirista. La segunda fue el dominio en el rebote antes del descanso: 21 rebotes del Obra, 6 ofensivos, y sólo 11 de los murcianos, todos defensivos. Esas 10 posesiones de diferencia sirvieron para paliar los momentos de atasco en ataque y así poder dominar el marcador en la primera parte. La tercera pata fue la del acierto, donde Kolesnikov se erigió como gran protagonista al comienzo del tercer cuarto con cuatro triplazos casi consecutivos que dinamitaron el partido en un santiamén al llevar la ventaja a los veinte puntos. Con defensa, rebote y acierto, aderezado por el pabellón lleno de un más que animoso público, es muy difícil perder si además se sabe gestionar, a base de buen trabajo con continuidad en los deberes defensivos, el resto del partido.

    Decía el otro día que los fichajes del Estudiantes y del Manresa cambiaron a ambos equipos. Es evidente de que las llegadas de Maric y Kolesnikov han hecho lo mismo con el Obra y con su dinámica de juego. El rebote ha dejado de ser la asignatura pendiente y el 83 %, 5 de 6, en los triples de Kolesnikov ha sido decisivo. Por pura lógica no siempre va a poder tirar con un porcentaje de acierto tan brutal pero, aparte de su buena mano, sabe jugar, es duro y defiende bien. Estas tres últimas cualidades también forman parte del dossier de intangibles de Maric.

    Queda mucha guerra, mucho por jugar, cinco difíciles batallas por lidiar, pero estamos mejor en todos los sentidos, individual y colectivamente. El mensaje de optimismo de la semana pasada sigue vigente con el valor añadido de la mejoría en el juego del equipo, la reaparición de la mejor versión de McGrath, la continua solidez de Caloiaro y por la octava victoria, que al fin y al cabo, es lo que cuenta. Y Pepe Pozas se sentirá feliz por la victoria y por el cariño recibido.

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