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el día después

Las pizarras

    • 06 nov 2017 / 21:02
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    Antes de comenzar mi más sentido pésame a Ángeles, Montse, Bea, Ildefonso y César, hijas e hijos de Alfonso Rivera con el que tuve el privilegio de compartir banquillo, como preparador físico, en el Obra.

    Llegó la quinta ante un rival difícil, rocoso y pegajoso que no lo puso nada fácil por el nivel de esfuerzo individual y colectivo que ofreció defensivamente. La falta de acierto que tuvieron en los tiros de 3 puntos lo suplieron con una gran agresividad y, a la postre, dominio en el rebote de ataque. Ahí hicieron mucho daño capturando un total de 16 rechaces que impidieron, entre otras cosas, que el Obra pudiese correr 16 veces. En la defensa su mejor hombre fue Oleson que, paradójicamente, no lo hizo nada bien en la jugada clave del partido. También Kloof fue un incordio para Sàbat y Pozas, sus largos brazos y sus fuertes piernas lo hicieron un rival muy incómodo, rompiendo el timing en los sistemas y cerrando líneas de pase. Tal y como iba el partido, igualado-igualadísimo, al final deciden las pizarras. Con el partido dos puntos abajo, funciona muy bien la de Navarro que hace que Delia, reciba y anote debajo del aro. Acto seguido Moncho Fernández activa la suya, y cuando todo el mundo esperaba un diseño a la medida de Matt Thomas, este corta buscando el despiste, Pepe aguanta, pasa a Navarro, los pívots se abren, y el aclarado lo juega de cine y lo finaliza de fábula, con mate y victoria, en un final feliz. Tal y como transcurrió el partido y dejando claro de antemano que la cara o la cruz pudo tocarle a cualquiera, en el cómputo global creo que el Obradoiro fue un justo vencedor a pesar de haber perdido más balones y haber cedido más rechaces defensivos. Otra victoria ante otro equipo enrachado que unos días antes fue capaz de vencer y convencer en el Palau y que además, sin resaca, salió intenso y trabajador.

    La sensacional victoria tiene un doble efecto. Por el lado real, ya son cinco partidos ganados de ventaja ante el Betis y el Burgos. Cinco victorias suponen una renta importantísima de cara a la permanencia. Por el lado virtual, esas cinco victorias y estar sextos en la tabla, invita a pensar en la posibilidad de alcanzar cotas más elevadas que por la solidez que demuestra el equipo no sería ilógico soñar con ellas.

    Retornando al día a día y con los pies en el suelo, el sábado visita Sar un gran rival, el Herbalife que por clasificación es compañero de viaje, pero por presupuesto y plantilla teóricamente es un equipo superior que lleva varios años con una trayectoria impecable en la ACB. Un rival potente que promete un gran espectáculo en Sar. Las pizarras pueden ser otra vez protagonistas pero, al igual que contra el Fuenla, el que sea capaz de imponer su ritmo tiene camino recorrido para ganar. Lo importante, disfrutar, volver a disfrutar y valorar lo que supone este gran momento del Obradoiro.

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