Los plagios dejan de ser secretos
La proliferación de reproducciones literales de textos en el ámbito universitario pone la voz de alerta entre el profesorado. La doctora Fabiana Olivero llega a calcar tres fuentes diferentes en su tesis. Las pruebas lo demuestran.
Desde que salieron a la luz los primeros estudios comparativos de protesta sobre los plagios del rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Suárez Bilbao, las reproducciones literales se han convertido en una especie de trending topic en el ámbito académico.
Mientras la reacción de la administración universitaria sigue siendo tibia, una parte cada vez más importante del profesorado reclama respuestas. Tras la reciente aparición de evidencias sobre un plagio del profesor de Historia del Derecho de la Universidad de Burgos, Rafael Sánchez Domingo, la tendencia viaja a Sevilla de la mano de la historiadora argentina y doctora por la Universidad de Sevilla, Sandra Fabiana Olivero. Después de que el rectorado hiciese caso omiso a denuncias anteriores sobre la existencia de otros plagios, los textos a los que ha tenido acceso este periódico confirman que en su tesis doctoral Población, sociedad y economía en la campaña rioplatense: el pago de la costa en el siglo XVIII, defendida en la Universidad de Sevilla en 2006, Fabiana Olivero plagió nada menos que tres fuentes documentales diferentes.
Tal y como puede confirmarse en los documentos adjuntos, Olivero reproduce numerosos fragmentos del trabajo Campesinos y estancieros (1998), original de Jorge Gelman.
En otro capítulo de su tesis, Olivero copia también partes de la Historia Mexicana, (2002) de Manuel Miño Grijalva, cimentada en el estudio de la historia regional.
Finalmente, al respecto del análisis de la iglesia y estado, Olivero reproduce en distintas ocasiones los textos de La Pragmática Sanción de 1778: ¿solución o conflicto?, de Esperanza Mo Romero y Margarita Eva Rodríguez García.
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