El Plan Director propone ampliar la pista para vuelos transoceánicos

Junto a las grandes obras ya previstas a las que el Plan Director de Lavacolla, actualmente en fase de revisión, pone fechas y cifras, también apunta otros aspectos del desarrollo futuro de la terminal sobre los que serán los responsables de AENA los que deban decidir. Así, el texto actualmente a exposición pública apunta a la conveniencia de "reservar un área" en la cabecera 35 de la pista "para albergar una futura ampliación" de esta plataforma.

Justifica la medida destacando que Lavacolla es "el aeropuerto alternativo para muchos de los vuelos transatlánticos y por tener el mercado con Sudamérica un elevado potencial". Por eso los redactores del Plan Director consideran "previsible que el número de vuelos procedentes de América del Sur y Central con averías en sus aeronaves aumente proporcionalmente al aumento de tráfico" los que significa que "aeronaves cada vez más grandes puedan necesitar aterrizar en condiciones precarias, con lo que los requerimientos de longitud de pista serían mayores a los que actualmente ofrece el aeropuerto de Santiago".

Por lo demás, la longitud actual de la pista de Lavacolla es suficiente para todas las aeronaves comerciales susceptibles de operar en Lavacolla en el horizonte del año 2020, con la única excepción de los B747-400 y los A321-200, que estarían sometidos a una limitación de peso para el despegue.

El documento de revisión del Plan Director analiza también los flujos de pasajeros en el edificio terminal, y sus cálculos establecen que la capacidad de la terminal es insuficiente para atender a la demanda en hora punta ya en el año 2010, cuando todavía no estará terminada la nueva terminal. La capacidad del aeropuerto es de 1.249 pasajeros en hora punta, limitada en su mayor parte por las carencias de hipódromos de recogida de equipajes, pero también por falta de suficientes mostradores de facturación. En 2010 está prevista una densidad de pasajeros en hora punta de 1.620 personas, superior a la máxima capacidad del edificio. En 2015, cuando ya la nueva terminal estará en uso, ese flujo de viajeros ascenderá a 2.055, y en 2020 será de 2.420.

También los aparcamientos son insuficientes para atender la demanda actual. Con el volumen de pasajeros previsto por el Plan Director para el año 2010 los 1.373 pasajeros en hora punta que se estiman como techo actual para las plazas disponibles en el aparcamiento quedarán también muy cortas.

Ya en el horizonte 1, que la revisión del Plan Director fija en el año 2010, se detectan déficits en cinco áreas de la terminal, en los mostradores de facturación, donde harían falta al menos siete a mayores de los diecisiete actuales, en los controles de seguridad y la zona de colas para los mismos, así como en los controles de pasaportes de llegadas y en el área de espera para los pasajeros en este último punto.

Por estas razones el Plan Director, que valora la posibilidad de reformar la terminal actual en lugar de construir una nueva, descarta esta opción, que no resolvería las carencias de Lavacolla a medio plazo. El edificio actual propone conservarlo y dedicarlo al bajo coste. También plantea que, a raíz de la construcción de la nueva terminal de carga, el edificio que actualmente cumple estas funciones pase a convertirse en un almacén.

Las inversiones programadas en Lavacolla hasta el año 2020, suman 260,8 millones de euros. La terminal y el edificio de aparcamientos suponen 173 millones, 26 la ampliación de la plataforma y casi cuatro millones más la nueva terminal de carga.

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