Santiagos de Santiago

con este tÍtulo, al que se suma el epígrafe aclaratorio de Dos Apóstoles al final del Camino, el profesor José Manuel García Iglesias, acaba de publicar, dentro de la colección de la Biblioteca jacobea del Consorcio de la Ciudad de Santiago y en coedición con la editorial Alvarellos, un volumen imprescindible que se suma a las actividades conmemorativas del 800 aniversario de la Consagración de la Catedral compostelana que se han venido celebrando a lo largo de estos últimos nueve meses. El libro es el resultado de una investigación seria y concienzuda de un profesor universitario que ha decidido homenajear a su ciudad natal y a su Catedral en el 25º aniversario de la obtención de su cátedra. Así, realiza un completo recorrido por las figuras de Santiago el Mayor y Santiago el Menor y su presencia y significación en Compostela a lo largo de los siglos, en un texto de fácil lectura al tiempo que plagado de referencias documentales y bibliográficas que permiten al lector completar la información. Esta capacidad de síntesis y la de buen comunicador son dos de las virtudes que pude apreciar como alumno suyo en la Universidad de Santiago. Además, este interesante estudio sobre los dos Apóstoles de Compostela me recuerda, a primera vista, al esquema de una posible exposición temporal -y bien podría, en efecto, llegar a serlo- labor en la que el Profesor García Iglesias es un verdadero maestro, pues no en vano ha sido el responsable e inspirador de las principales y mejores exposiciones temporales que han tenido lugar en Galicia desde la pionera y recordada Galicia no Tempo. Por aquel entonces un servidor comenzaba sus estudios universitarios y no pudo más que admirarse ante aquel nuevo mundo que se abría ante sus ojos. Años después, terminando la carrera, llegó el V Centenario de la Universidad compostelana y un programa de voluntariado que terminó por meterme en el mundillo de las exposiciones. Por fin, el proyecto Galicia Terra Única significó una de mis primeras oportunidades profesionales, también de la mano del profesor García Iglesias, de quien he tenido la suerte de seguir aprendiendo, desde entonces, colaborando con él en diversos proyectos.

Son, estos tiempos de crisis, especialmente duros para el mundo de la cultura y es preciso paliar con imaginación, trabajo y saber hacer la falta de presupuestos. Por ello, es un lujo poder contar, en la Universidad y en las instituciones culturales, públicas y privadas, con figuras como José Manuel García Iglesias a quien felicito por este nuevo libro y por toda su carrera profesional y académica.