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Sensibilización, un arma para luchar contra la plaga de la patata

Adoptar con paciencia y resignación las medidas que exige la Xunta es clave para erradicarla// Aunque la reducción de capturas de la polilla es cierta, sigue existiendo// Hasta el año 2020 no empezará a levantarse la suspensión

    • 15 mar 2019 / 22:49
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    La primera vez que se detectó la polilla guatemalteca en patata de Galicia fue en 2015 en los ayuntamientos de Neda, Ferrol y Narón. Probablemente, vino desde Canarias, donde existe desde 1999. Hasta hoy se extiende a más de una treintena de municipios, principalmente en Ferrolterra y A Mariña lucense, en cosechas de autoconsumo sin alcanzar las principales zonas de producción de Bergantiños y A Limia. Tras su aparición en 2015, la plaga se fue expandiendo hasta llegar, en 2018, al municipio costero de Muxía (A Coruña).

    Sin embargo, desde que se ­vetó su plantación pasaron dos años en algunos lugares, tiempo mínimo necesario para valorar si se levanta la suspensión, con la condición de que no exista plaga, como advierte la normativa.

    Por eso, la Xunta ha optado por la prudencia e ir paso a paso en este laborioso ­procedimiento.

    Víctor Novo, jefe de Servizo de Sanidade e Produción Vexetal de la Xunta, corrobora esta afirmación y explica que "hay unos plazos que la ley te pone como mínimo desde que no tienes conocimiento del insecto porque ya no hay constancia de él. ¿Qué ocurre? Que existiendo en algunos sitios, no tiene sentido acelerar el proceso".

    Al tratarse de un colectivo muy tradicional, "la prohibición ya fue difícil llevarla a cabo", de ahí que la supresión ha de hacerse de ­forma cautelosa, porque la Tecia ­solanivora tiene una gran capacidad de propagación natural. Y si queda algún reducto por ahí, al ­cabo de un año o dos puede destapar otro gran foco. Por ello, hay que ser pacientes y esperar el ­momento ­adecuado".

    Por otro lado, las aprehensiones han disminuido, "pero tampoco vale de nada que tú quitesel impedimento en un ayuntamiento" y empiece la siembra, cuando en el municipio de al lado existe todavía alguna captura. Con lo cual estaríamos recontaminando" lo que se consideraba limpio.

    El Gobierno gallego insiste en no crear falsas expectativas, porque se trata de plagas de cuarentena. "No nos olvidemos de que son organismos muy difíciles de erradicar. Basta que quede algún individuo suelto de ambos sexos y obtengas 40.000 ese mismo año. Es un proceso que no para, pues no solo se reproduce en campo, sino también en almacén. Y como no existe un métodoúnico y eficaz para eliminarlas, lo mejor es contener la producción", insiste Novo, quien asimismo informa de que "en 2019, desde luego, no se está hablando de anular la res­tricción. Los límites geográficos son algo que a nosotros nos sirve para determinar qué hacemos, pero eso al insecto le da igual, pues evidentemente no sabe de divisiones administrativas. En 2020 se empezará por grupos de concellos o zonas que a lo mejor estén un poco más aisladas y veamos que no existe un riesgo de que entre nuevamente Es algo que se tendrá que ir ­valorando a través de los resultados de la red de trampeo que tenemos diseminada".

    Además, "siempre intentaremos hacerlo de la parte sur a la norte y que se vaya concentrando hacia la costa. Eso sí, luego la zona seguirá bajo vigilancia, se permitirá el cultivo, las parcelas tendrán que ser declaradas..., hasta que pase a ser zona libre. Llevará su tiempo.

    Acerca de las declaraciones que hizo el alcalde de San Sadurniño -apuntó que la prohibición de plantarlas hasta 2020 se debe a que "fallaron os controis da Consellería"-, Novo responde que "se ha invertido mucho dinero y tenemos un montón de efectivos que trabajan en la labor de control. Lo que no tiene la Consellería, ni la Policía ni el Seprona es personal suficiente para andar detrás de cualquier coche que pueda tener un kilo de patatas en el maletero". Por eso, la concienciación de los agricultores es clave, ya que la mayor parte de esta agricultura es personal.

    "Valoramos las ­medidas de sensibilización que se deben tener. Inicialmente, no se ve que la patata esté contaminada, pero en el plazo de un mes es posible tener todo el almacén con ­comienzo de esta polilla, cuyos daños son 100 veces mayores a la común".

    Y no hay que perder de vista que si siguen apareciendo, es porque hay plantaciones que no se sabe dónde están. Lo fundamental es que la Xunta siga velando por que no alcance zonas productoras donde hay una economía que depende de eso", concluye Novo.

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