Las tentaciones de Blancanieves
Medio Rural reconoce que el 25% de las mejores manzanas se encuentran en el Eume ·· Prepara un plan para la recuperación de las especies autóctonas en campos de ensayo ·· Los cultivadores apuestan por volver a las huertas familiares y de las escuelas
Rodeados por la niebla que baja desde los castillos de los Andrade, cuentan los mayores que antiguamente el Eume vivía inmerso en naranjos y limoneros. Los cítricos sembraban los campos de Ombre y se transportaban hasta el embarcadero de la ría. Los remeros llevaban la mercancía hasta los puertos de Ferrol o A Coruña. Y desde allí partían hacia nuevos mundos con dos promesas: generar oro en la exportación a otros países y fortalecer la salud de los marineros. Porque sólo el escorbuto podía combatirse con vitamina C.
Han volado los siglos, pero la fruta sigue colgada en racimos de los árboles eumeses. Los abuelos vendían sus cosechas en los mercados y aún se celebra la Festa das Peras. Pero los productores asisten al imperio de la fruta recolectada verde, madurada en cámaras e importada desde Francia. Y han querido rebelarse formando la Asociación Galega de Froita Autóctona do Eume, y tentando a la Xunta. La Consellería de Medio Rural los tendrá en cuenta para crear campos de demostración y ensayo, donde la fruta del país recobrará su antiguo esplendor.
Como en el pasaje de Adán y Eva, todo empieza con una manzana. Según Medio Rural, el 25% de los 24 tipos de manzana que merecen conservarse en Galicia nacen en la ribera del Eume. Según indica el secretario de la asociación, Juan Bautista Marcote, "as mazás de Ombre e Doroña xa se atopan catalogadas dende finais dos 70". Galicia cuenta con 800 deliciosas variedades, pero sólo unas veinte merecen la conservación: cinco de ellas en el Eume. Aquí tenemos la grande plana estriada, príncipe grande, blanca cerosa, Sangre de Toro y tabardilla. ¿Qué ha ocurrido con ellas? "Se abandonaron as fincas, se perdeu o cultivo e o coidado da árbore", explica Marcote.
Y ahora los productores desean "potenciar as hortas familiares sen explotación industrial". Con el apoyo de la Xunta se crearían campos de ensayo en Doroña y Ombre, y también en las escuelas rurales de Andrade y Centroña. Se potenciarían las fiestas y experiencias de fruticultura, y por último se constituiría un centro de venta.
Si la manzana logra su éxito, la lucha se trasladará a las cerezas y las peras autóctonas. Carlos Fornos, eterno vencedor de la Festa das Peras y presidente de la asociación, destaca que "a froita de fóra non madura ó natural, e a de aquí xa está adaptada ó clima galego, agora temos que recuperar a cultura dos nosos avós". Francisco Vázquez, vocal de la entidad, nos lleva a su campo de 300 cerezos: "Antes era mellor, todo o horizonte estaba cuberto de branco polas flores das cerdeiras".
A MORDISCOS
El antiguo mercado hasta los años 60A medidos del XIX, el Eume era el centro de venta de fruta. Los agricultores bajaban a Pontedeume, y sus cultivos se revendían después en mercados de las ciudades. La tradición siguió hasta los años 60. Según Marcote, "aqueles tesouros se perderon".
Parcelas con siglos de antigüedad
La entidad confía en llegar a 200 socios en dos meses, con cultivadores de A Capela, Miño o Ares. La zona cuenta con fincas que llevan siglos produciendo fruta: "Peras de manteca, ás que a xente nova ten que adaptar o paladar porque son deliciosas".
Siete variedades de cereza y las Rato
También el Eume presume de sus siete modalidades de cereza autóctona, y de frutas casi en peligro de extinción. Así ocurre con las manzanas de Rato: "Só quedan dúas maciñeiras auténticas, agora queremos recopilar a historia da froita cun estudio".
¿Cómo eran aquellas cestas de Navidad?
Marcote, Carlos y Francisco recuerdan cómo eran las cestas de Navidad de antaño. "Regalabas unha cesta de tabardillas ou mazás príncipe, froita no medio da palla, se mandaban ás grandes cidades dende o Eume, ¡que ben viñan para a saúde!".