Túñez, una zurda de oro para un Celta de ¿Primera?

Andrés Túñez nació en Caracas en 1987, pero es de Bertamiráns: de allí salieron sus padres, Pepe y Margarita, rumbo a Venezuela, y allí volvió con ellos cuando tenía siete años. En Galicia y en Venezuela, Andrés creció con un sueño futbolístico: siempre fue del Celta, él soñaba con jugar en el primer equipo. El sueño se hizo realidad hace una semana: Andrés firmó un contrato profesional con el conjunto olívico por cuatro temporadas.

Por eso cuando se comienza a hablar con el valor de Ames, mariscal del área céltica desde ya, esboza sonrisa tras sonrisa. Admite su felicidad, "ya soy del Celta, tengo ficha del primer equipo para los próximos cuatro años. Cumplí mi primer sueño... ahora llega el turno del segundo: ascender con el Celta y jugar con él en Primera", señala. Y sonríe.

El caso es que el Celta acaba de fichar por cuatro años a otro joven valor de la cantera compostelana. Túñez comenzó a jugar en el colegio La Salle, y pronto pasó al Rosalía de Castro, donde estuvo en edad alevín, infantil y primer año de cadete; de allí saltó al Compos... y tras el primer año juvenil, al Celta.

Así que es también de la cantera del Celta, en la que lleva seis años y celebra "lo difícil que es que un equipo cuente tanto con su cantera como ahora mismo lo hace el Celta". Enumera, con miedo a dejarse compañeros: Dani Abalo, Michu, Jordi, Yago, Hugo Mallo, Toni... y Túñez, valores para el primer equipo.

Su mente está ya en parte allí, con los de arriba, aunque sigue jugando (y sintiendo) como valor del filial. Confía en el Celta de arriba, con el que ha jugado y ganado este año en la Copa del Rey; dice que es "un buen equipo, está trabajando bien y va a salir adelante, los jugadores confían en sí mismos y están a muerte con Eusebio, el técnico".

A muerte con Eusebio

Y mientras se entrena diariamente con el primer equipo para "un día poder pelear por un puesto, que cuenten conmigo" y alaba a sus ya rivales por un puesto en el centro de la zaga, que "Catalá, Noguerol y Jordi son impresionantes, la defensa del Celta es muy buena", tampoco se olvida de poner los pies en el suelo: "Mi equipo este año es el Celta B, estoy muy a gusto y con muy buenos compañeros".

Su dominio del juego por alto, su calidad técnica que preside una exquisita zurda, valen hoy para el filial y, desde ya, también para el primer equipo. "Bueno, técnicamente me defiendo sacando el balón. Y voy bien por alto, sí, pero nada más; no soy demasiado rápido, pero sí tengo buena colocación", es lo único que se atreve a destacar al hablar de sí mismo.

Aunque los hechos hablan por sí solos: esta temporada brilla tanto en ese Celta B que partió "con el objetivo de la permanencia" pero que aspira a "dar más sorpresas" como en el primer equipo en la Copa del Rey: tres de tres partidos ganados, contra el Girona y el Tenerife, ahora que pase el Villarreal, contra el que tiene la ilusión de volver a jugar. El año que viene el cielo se abrirá para él, y será un cielo más celeste que nunca: el sueño del Celta ya está; ¿con él la Primera?