Un triunfo y dos protagonistas: Alejandro y su abuelo Benjamín

Lloró. Cruzó la línea de meta señalando al cielo y, roto por la emoción, apenas si pudo dar un paso más antes de tirarse al suelo. Era su momento. Suyo y el de su abuelo Benjamín, quien tanto le había animado, "mi seguidor número uno", "mi mejor fan". Por fin había roto el maleficio que le perseguía en Santiago... y su único pensamiento era un lamento al no poder celebrarlo con quien más lo había deseado.

El ourensano Alejandro Fernández (Club Ourense Atletismo) inscribió ayer por primera vez su nombre en lo más alto del palmarés de la Carreira Pedestre de Santiago que organiza el Grupo Correo Gallego tras varios intentos fallidos. Abandonó en 2017 por una lesión en el tendón de Aquiles y con anterioridad había firmado cuatro segundos puestos en cinco oportunidades. Lo logró esta vez. Llegaba fuerte tras haber bajado de la barrera de los 30 minutos en la Coruña10, y no defraudó a quien le había señalado como favorito.

Imposible no emocionarse con él. "Llevaba desde el 2012 buscando la victoria aquí. Mi familia es de Santiago, y mi mayor fan era mi abuelo y nunca pude ganar con él vivo. Esta victoria va para él y me gustaría que los titulares de todos los periódicos lo recordaran a él. Se merecía que ganara esta carrera vivo porque era de aquí. No ha podido ser y es una espinita que tengo clavada", confesaba tras cruzar la meta. Se le rompe la voz a Alejandro cuando relata que "cuatro meses antes de morir bajó a la Plaza de Vigo a animarme ya en las últimas". "Quería ganar por él para dedicarle la victoria y sobre todo me gustaría que los periódicos amanecieran con su nombre más que con el mío", insta.

Malos momentos. El gallego llegó solo a la meta del Obradoiro con un tiempo de 37:29, siete segundos por delante de Manuel Hurtado aunque reconoció una vez más que "es un circuito que a mí no se me da muy bien". "Hay algunas zonas donde lo paso mal, sobre todo en las cuestas arriba y siempre es una carrera que me suele costar un poquito más de lo normal, pero hoy salió bien la cosa y pude ganar", apunta. En plena preparación de la Maratón de Valencia del 2 de diciembre, reconoce que "he cogido un punto de forma interesante, creo que vengo haciendo buenos resultados y por eso estoy contento".

Esta vez los abandonos del atleta portugués afincado en Sigüeiro Nuno Costa, ganador de las dos últimas ediciones, y del arzuano Lolo Penas, en lo alto del podio entre 2012 y 2015, parecía que le allanaban el camino al triunfo. Nada más lejos de la realidad. "Pasé una crisis bastante fuerte en Galeras pero vi que no se me acababan de ir. Sabía que era el más rápido al final así que, mientras los llevara a cinco segundos o así, mientras no se me escaparan mucho, en el último kilómetro podría cogerlos", explica. "Gestioné ese mal momento, ya en Vite me pegué a ellos y a partir de ahí, cuando acabé la cuesta me di cuenta de que mis posibilidades de victoria habían aumentado mucho", afirma aunque reconoce que "el circuito estaba muy resbaladizo".

La marca tampoco es muy significativa pues asume Alejandro Fernández que fue "una carrera táctica donde nos hemos controlado todos".