La Xunta cumple 25 años en 1.ª división

El Estado de las Autonomías, "uno de los más descentralizados del mundo", está hoy plenamente asentado en España. Pero no siempre fue así. A pesar de aparecer recogido en la Constitución de 1978 y en el Estatuto de 1981, los primeros pasos no fueron sencillos. Todo lo contrario.

Hubo dudas y desconfianza, incluso de que se pudieran pagar las nóminas, en una apuesta que "podía salir bien, mal o regular". También gente a la que le costó asumir el "concepto", que diría Manuel Manquiña en Airbag. Hasta que en 1993, cuando toda la Xunta estaba ocupada por funcionarios transferidos del Estado, la situación empezó a cambiar de la mano de una generación, hoy 25 años mayor, que logró el ascenso de "una administración de segunda" a División de Honor.

Así lo recordaron ayer los grandes protagonistas de la jugada, la primera promoción de funcionarios del Cuerpo Superior de la Xunta de Galicia, formada por 459 personas, durante un acto celebrado en la Escola Galega de Administración Pública (EGAP) para conmemorar el primer cuarto de siglo tras aprobar unas oposiciones que marcaron sus vidas.

Una cita en la que "era previsible" que el exalcalde de A Coruña, Carlos Negreira, obtuviese el número uno de la promoción, pero en la que "nadie se hubiera imaginado que yo llegaría a ser presidente de la Xunta", en palabras de Alberto Núñez Feijóo, ayer un integrante más de ese grupo de funcionarios del grupo A, a quienes emplazó a repetir el encuentro dentro de otros 25 años.

En pleno debate sobre si se presentará o no a la reelección en 2020, Feijóo aseguró que por aquel entonces ya estará "jubilado" y fuera de sus actuales responsabilidades que le impiden ver a sus antiguos compañeros de fatigas más de lo que desearía. "Me queda menos tiempo de presidente de lo que ya he sido", calculó.

El hoy titular del Gobierno autonómico presidió el acto sentado junto al exconselleiro de Presidencia y Administración Pública Dositeo Rodríguez y el exalcalde herculino y "amigo" Carlos Negreira, encargado de abrir los discursos apelando a una sociedad que dé valor a las emociones. A una Galicia sin complejos que de vez en cuando se de una alegría aún a costa "de que le suba el colesterol", bromeó.

"Sí Carlos, pero para volver a reunirnos dentro de otros 25 años también es necesario cuidar el colesterol", le respondió Feijóo. Ambos recordaron las dificultades de las épocas de estudio para sacar adelante una oposición que costó "sudor" y muchas noches de insomnio, según Negreira, pero que como puntualizó el presidente se tradujeron en 25 años de servicio público "fructífero". "Lo importante es que cuando finalice nuestra etapa hayamos dejado una administración mejor".

De la "cosecha" de 1993, remarcó, dependía que el desarrollo del Estado autonómico saliese "bien o regular", enfatizando que esa promoción fue "clave" en el "crecimiento ordenado" de la Xunta y, por tanto "de Galicia". Desde entonces, observó el presidente, las comunidades autónomas pasaron a gestionar "el 50 % del gasto público en España", mientras que la renta per cápita gallega se multiplicó "por tres", al crecer de 8.800 euros al año a 22.000.

Ante un testigo de excepción de aquella labor como el exconselleiro de Presidencia Dositeo Rodríguez -que recordó lo difícil que fue sacar adelante aquellos primeros exámenes, que iban desde la conformación del temario, la selección del tribunal o la impresión de las copias-, el presidente aprovechó el encuentro en la escuela que dirige Sonia Rodríguez Campos para pedir disculpas por los "necesarios" ajustes llevados a cabo en la retribución de los funcionarios. "Fue difícil y no lo olvido", prometió a sus compañeros de 1993. Una época en la que "había muchas dudas de que la Xunta se consolidase". "Creo que hemos sido una promoción útil", fue su conclusión final.