O Correo de Barbanza

Cerámicas del siglo XVI: las joyas ‘ocultas’ de A Pobra

Se hallaron hace dos décadas en un pecio junto a la isla de Rúa // Las están restaurando

  • 22 feb 2021 / 01:00
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Son muchos los servicios propios de un museo. Además de la información al público y la atención especializada que prestan, son trabajos propios de toda institución museística oficial la gestión de sus fondos respetando la legislación del patrimonio cultural y las normativas deontológicas. En especial: el incremento, salvaguarda, conservación, inventario, catalogación, exhibición, estudio y puesta en valor de los bienes originales de sus colecciones.

El Museo Valle-Inclán de A Pobra no sólo atesora los objetos expuestos relacionados con la obra del autor que le da nombre; también custodia otros muy valiosos, ocultos al público por falta de espacio.

Es el caso de unas piezas de cerámica que acaban de ser trasladadas temporalmente al Museo das Peregrinacións de Santiago para su restauración. Fueron recuperadas en el año 2000 por unos buceadores que las encontraron en un pecio ubicado en las inmediaciones de la isla de Rúa.

Se trata de parte de la carga de uno de los navíos que desde el siglo XVI navegaban entre Sevilla y Barbanza (concretamente, A Pobra y Rianxo, dos puertos comerciales de la época).

Son piezas de una vajilla de cerámica de los siglos XVI o XVII, originarias de Triana.

El hallazo motivó en su día una investigación de la Guardia Civil por saqueo del patrimonio arqueológico en la ría, del que se acusó a los buzos. También se decomisaron piezas en manos particulares.

POLICROMADAS. Formaban parte de un conjunto de piezas de cerámica policromada. Son recipientes de distinta tipología, como platos, copas o vasijas, cuya fabricación se atribuye a alfares del sur de la Península Ibérica. “Por diseños y esmaltes son muy probablemente del centro de producción de Triana (Sevilla), muy valorada en los siglos XVI y XVII, que es la datación estipulada para las piezas”, señala el historiador y director del museo pobrense Antonio González.

La ruta comercial entre Sevilla, Portugal y A Pobra o Rianxo está documentada desde el siglo XVI. “Los puertos gallegos comerciaban pesca y vinos, apreciados por las coronas de Castilla y Portugal en un momento en que estaban inmersas en sus políticas de exploración, colonización y navegaciones intercontinentales, que exigían víveres; a la vuelta de Sevilla o de los puertos portugueses, traían cerámicas o productos estancados, como la sal”, añade.

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