O Correo de Caldas-Tabeirós
El consumo se redujo en la última década un 83 % gracias a una gran inversión // De las diez plantas en España, la gallega es, después de la cántabra, en la que más desciende el uso TEXTO M. Boo

Nestlé ahorra cada año en Pontecesures casi 800 millones de litros de agua

  • 03 may 2021 / 01:00
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El agua es un bien escaso que hay que cuidar. Nestlé, consciente de la necesidad de hacer un uso responsable del mismo en sus fábricas, ha invertido más de siete millones de euros entre 2010 y 2020 para hacer una gestión sostenible de este recurso natural. Además, de esta cifra, solo durante el año pasado, la compañía invirtió 1,4 millones de euros en mejoras en sus centros de producción para ser más eficiente en su consumo. Como consecuencia, ha reducido en cerca de cinco millones de metros cúbicos (5.000 millones de litros) el uso de agua en sus diez fábricas españolas a lo largo de la última década.

Las plantas de Nestlé en La Penilla de Cayón (Cantabria) y en Pontecesures (Pontevedra) son las que han registrado un destacado descenso en el uso de agua por tonelada de producto fabricado en este período, con una reducción de cerca de un 83% cada una de ellas. Así, mientras que en 2010 el uso de agua en la fábrica cántabra era de casi 70 metros cúbicos por tonelada de producto, en 2020 esta cantidad se redujo a poco más de 11 metros cúbicos por tonelada elaborada. Por su parte, el centro de producción gallego ha pasado de los 16 mil litros de agua por tonelada de producto del principio de la década a los cerca de tres mil registrados el pasado año. Si se tiene en cuenta que la factoría de Pontecesures tenía previsto alcanzar casi 60.000 toneladas de producto elaborado en 2020 el ahorro anual es de 780 millones de litros de agua, que equivale a la capacidad de 231 piscinas olímpicas –miden 50x25 metros y tienen una profundidad de 2,7 metros–.

La implementación de circuitos cerrados con torres de refrigeración, que sustituyen a los de un solo paso en algunos de los centros productivos, ha propiciado estos descensos. Así, gracias a este sistema, el agua permanece en un circuito cerrado que, mediante aerorefrigeradores, permite su reutilización constante sin necesidad de usar el agua del río y contribuyendo a mantener el caudal ecológico del mismo.

La fábrica de Nestlé en La Penilla, que produce chocolates y productos de confitería, cacao soluble, harinas y cereales infantiles, leche en polvo y masas y obleas refrigeradas, cuenta con este sistema instalado desde el año 2011. A él se le debe sumar, entre otras mejoras, la planta de ósmosis inversa –instalación que permite filtrar el agua a través de membranas, y hacerla apta para usos industriales–, en funcionamiento desde 2015. Además, la factoría se caracteriza por ser pionera en el cuidado del medio ambiente ya que inauguró su primera depuradora de aguas residuales en 1966, veinte años antes de que la ley obligara a ello.

Por su parte, la fábrica de Nestlé en Pontecesures, que se dedica a la producción de leche condensada, instaló a finales de 2016 este sistema de circuito cerrado con torre de refrigeración, mientras que el centro de Nestlé en Sebares (Asturias), dedicado a elaborar leches líquidas y tarritos infantiles, también cuenta con esta instalación desde 2014.

También cabe destacar la reducción en más de un 35 % del uso de agua conseguida por la factoría de café soluble y bebidas en cápsulas de Nestlé en Girona en esta última década. Así, la factoría ha pasado de los 25 m3 por tonelada fabricada a los 16 m3. El centro de producción gerundense, que cuenta también con circuito cerrado con torres de refrigeración que data de los años 90, ha realizado en la última década mejoras importantes en materia de agua, como la instalación de una planta de ósmosis inversa o la ampliación de la depuradora.

A estas medidas, también hay que sumar el desarrollo de acciones preventivas de mantenimiento y la realización de programas de sensibilización y formación que se han llevado a cabo entre los empleados.

Por su parte, la fábrica de salsas de tomate Solís, ubicada en Miajadas (Cáceres), y la planta embotelladora de Nestlé en Viladrau (Girona) han sido reconocidas el pasado año con el estándar de la Alliance for Water Stewardship (AWS). Esta certificación mundial promueve el uso responsable del agua que beneficia a las comunidades locales de forma social y económica, al tiempo que garantiza la sostenibilidad ambiental de las cuencas hidrográficas.

En la planta de Viladrau, esta certificación constata cómo la compañía se preocupa por el agua tanto en la fábrica, fortaleciendo los esfuerzos de eficiencia; como en la cuenca hidrográfica, trabajando para proteger los recursos hídricos.

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