Adiós a la politización en la hostelería

LA ASOCIACIÓN Hostalaría Compostela cuenta al fin con una nueva junta directiva que se ha marcado como principal objetivo sanear las cuentas de una entidad muy castigada por su elevada deuda. Esa es la versión oficial que desean ofrecer, con el fin de no hacer sangre ni crear malos rollos, los mandatarios del colectivo, pero la crisis que arrastra la agrupación tiene muchos más factores que el simplemente económico. Así, es un hecho constatable que muchos de los asociados estaban muy descontentos con la progresiva y evidente politización de algunos directivos anteriores, que parecían tener más interés en apoyar o criticar a distintos partidos que en trabajar por el bien común de los profesionales de la hostelería compostelana, un sector con mucho peso en la economía local, sin caer en juegos o intereses ideológicos y partidistas. En este sentido, llamaron mucho la atención, durante los meses más duros de la pandemia, algunas de las decisiones que se adoptaron por ciertos responsables cuya lucha se centró, básicamente, en intentar responsabilizar al gobierno de la Xunta de todos los males que sufrieron los bares, restaurantes y hoteles cuando fueron obligados a cerrar a cal y canto debido a la pandemia sanitaria. Cabe recordar, al respecto, que aquella orden fue dictada a nivel nacional por el Gobierno central, entre otras muchas, tras ser decretado un estado de alarma que hace unos días, por cierto, fue calificado de inconstitucional por el TC al entender que debió aplicarse el estado de excepción. Pese a conocer de dónde emanaban aquellas normas, en diversas manifestaciones desarrolladas en Santiago se exhibieron fotos de Núñez Feijóo como si él hubiese sido el responsable del cierre... y hasta se hicieron aquelarres con imágenes suyas. Pedro Sánchez, en cambio, y sus socios de Gobierno quedaron liberados de toda culpa en aquellas marchas “en defensa del sector”. ¿De qué defensa y de qué sector hablaban? Eso es lo que deberían explicar.