Felipe VI, en el buen camino

Frente a lo que sucede en otras latitudes de España, en las que el compromiso con la Constitución y con la Corona parecen estar siempre en entredicho, Galicia quiere y respeta al rey, tal y como le trasladó este viernes Alfonso Rueda durante el primer encuentro celebrado entre ambos. Y el rey, en justa reciprocidad, quiere y respeta a Galicia, según también demostró ayer con hechos Felipe VI, al recibir como es debido, sin titubeos, al titular de la Xunta. Una reunión protocolaria, después de la toma de posesión del presidente autonómico, que por el contrario Pedro Sánchez viene postergando sin motivo durante casi dos meses, sin ni siquiera dignarse a contestar a las solicitudes que le llegan desde San Caetano. Mientras en La Moncloa, muy ocupados con cualquier otra cosa, se hacen los remolones, avivando la sospecha de que se están mezclando las cuestiones políticas y de partido con las obligaciones institucionales, en La Zarzuela el trato al máximo representante de nuestra Comunidad fue, como siempre, exquisito. Así lo reconoció el también líder del PPdeG durante su comparecencia de prensa posterior a la cita, en la que manifestó el alto grado de conocimiento que le expresó el monarca sobre los temas que afectan a nuestro territorio, entre ellos la llegada del AVE al conjunto de las ciudades o los proyectos que se van a ejecutar con los fondos europeos. Durante aproximadamente hora y media, mandatario y jefe de Estado cambiaron impresiones en un encuentro “cordial” y productivo donde el pontevedrés, muy hábil, aprovechó para emplazarle a viajar a la ciudad compostelana el próximo 25 de julio y tampoco dejó pasar la ocasión para invitarle a sumarse al Xacobeo, que se prolongó a este 2022. “Estaríamos encantados de recibirle como peregrino”, le sugirió, consciente de los innegables beneficios que siempre conlleva una visita real y el tirón que supondría ver a su majestad recorriendo aunque sea una pequeña parte de la ruta que finaliza ante la Catedral. Por ahora no hay todavía confirmación, pero a la vista del afecto que don Felipe despierta por esta tierra, siempre leal con el conjunto del país, es de esperar que recoja la mano tendida de Rueda y acepte. El rey, a diferencia del máximo responsable del Ejecutivo central, que sigue dando vueltas y vueltas, sí va por el buen camino. El de Santiago y también el de cumplir las formas.