Editoriales

Otra vez el manual de resistencia

  • 27 jun 2022 / 01:00
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LAS ELECCIONES andaluzas han supuesto un punto de inflexión en la política española y han levantado polvareda en el ya débil gobierno de Pedro Sánchez, que, pese a todas las crisis que encadena y todas las que ha tenido que enfrentar, atraviesa ahora uno de sus momentos más delicados. El presidente encara una semana decisiva que arrancó el sábado con la presentación de las nuevas medidas en el paquete anticrisis para combatir la inflación y los efectos de la guerra de Ucrania y seguirá en los próximos días como gran anfitrión de la histórica cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid. Consciente de que el socialismo está perdiendo apoyos –¡ay, Andalucía!–, Sánchez ha tirado de nuevo de su Manual de Resistencia para presentarse como el presidente que defiende a la clase trabajadora y a los más vulnerables. Y el que se enfrenta a los poderosos que no quieren compartir riqueza cuando se empobrecen las mayorías sociales –¡ay, las energéticas!–. En el PSOE no quieren hablar de cambio de ciclo político en España, pero es evidente que la llegada de Alberto Núñez Feijóo a Génova ha inyectado en la atmósfera política aires de cambio. El ex presidente de la Xunta sabe bien que la situación económica, con el alza desbocada de los precios espoleando la crisis, es el principal punto débil del Ejecutivo, y a eso se agarra para hacer oposición y recuperar el apoyo social que los populares dilapidaron en los últimos años. Sánchez, que esta semana se reunirá con Joe Biden y reforzará en la cumbre de la Alianza Atlántica su proyección como estadista en la escena internacional, insiste en que aguantará hasta el final de la legislatura y que habrá elecciones cuando toca, sin adelantos. Si es así, tiene por delante año y medio para fortalecerse como alternativa a sí mismo. Lo que suceda a partir del otoño, donde muchos analistas ponen otro punto de inflexión (peor aún) en la situación económica, podría determinar su futuro como prueba de fuego a la efectividad de su manual de resistencia. Será a partir de entonces cuando se sepa si las medidas del paquete anticrisis –los 200 euros para las rentas más bajas, las rebajas en el transporte, la subida de las pensiones o el recorte en el IVA de la luz, entre otras– resultan suficientes o son solo un parche ante lo que se nos avecina que, además, se ha puesto tarde. Sánchez está dispuesto a aguantar. Otra cosa es que lo consiga.

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